Envases, el mensaje sí importa

Los cartones de bebidas, o conocidos también como tetrabriks, por ser Tetra Pak, la empresa que inventó este envase multicapa para conservar alimentos de forma aséptica (que los introdujo en España en 1960), fueron estigmatizados como un envase no reciclable. Algo curioso porqué el 75 % de su peso es cartoncillo. La fibra celulósica de un cartón de bebida  se separa del resto de materiales con sólo dejarlo en remojo varios días. Los cartones de bebidas están compuestos en un 75 % de cartón, un 20 % de polietileno y un 5 % de aluminio. Esta tipología de envase aséptico, multicapa, contiene tres productos en sus materias primas que son aprovechables

En el año 1995 se iniciaron las primeras campañas de reciclaje de cartones de bebidas. Curiosamente, el estigma de ser un envase “no reciclable” ha lastrado durante lustros la baja tasa de reciclaje de briks. Según Tetra Pak España, la tasa de reciclaje era del 5 % en 1999, aunque diez años más tarde asegura se sitúa ya en el 51,3 % (2009). Las empresas se esfuerzan en demostrar la “idoneidad ecológica” de su envase frente a la competencia. SIG Combibloc, otro de los fabricantes de cartones de bebidas ofrece la posibilidad de que estén fabricados en fibra celulósica que tiene la cadena de custodia (CoC) conforme a los criterios del FSC en todas sus fábricas. Esta empresa también promociona un envase "ecoplus" con un 28 % menos de de CO2 que un envase de litro convencional de cartón de bebida (porqué su contenido en papel llega al 80 % de su peso).

Los envases de un sólo uso deben fabricarse de la forma más ambiental posible, pero esto no nos exime de un debate social para reducir su consumo. El reciclaje de los mismos es la máxima prioridad. Imagen publicitaria de SIG Combibloc.

La ciudadanía no es tan insensible como creen las empresas y los gobiernos. Pero a menudo está faltada de estímulos positivos. A diferencia de las botellas que se toman en cualquier sitio, los cartones de bebidas están mayoritariamente dentro del hogar. El depósito de cartones de bebidas en el contenedor amarillo debería ser un acto reflejo ciudadano  ya que sus materiales pueden tener otra vida y evitar contaminación.

Es cierto que la huella de carbono de un cartón de bebida para un litro de bebida es relativamente baja. Según un estudio del Instituto de Energía e Investigación Ambiental (IFEU) de Heidelberg (Alemania) en todo el ciclo de vida de un brik de Tetra Pak es de 111 g de CO2, una cantidad menor que cualquier envase de plástico. Pero los beneficios ambientales asociados al envase, precisamente, por ser de un solo uso, sólo pueden argumentarse si sus materias primas se puedan recuperar. El reciclaje o dar una segunda vida a los cartones de bebidas es poco conocido.

En el tema de los envases de un solo uso para alimentos el debate no se sencillo. Se puede hablar de prevención del residuo, que sería lo ideal. Los dispensadores para alimentos a granel son otra realidad posible para algunos productos. El equilibrio entre lo fresco y lo local (con baja huella de carbono) y lo envasado cuyo origen está en la media distancia (y mayor huella de carbono) es un ejercicio que consumidores y fabricantes deben hacer. El etiquetaje de la huella de carbono de los productos de consumo es otra asignatura pendiente en nuestro país.

No es muy adecuado que se llame a elegir a un envase de un sólo uso por su baja huella de carbono. Lo más ético sería mostrar que lo "responsable" (en el mismo tamaño que el de este ejemplo de un cartón de bebida español) es contribuir a su reciclaje cuando se deposita en el contenedor amarillo. Este espacio de publicidad del fabricante del cartón de bebida debería ser para visualizar las nuevas vidas del envase. Foto: Fundación Tierra.

Sin embargo, mientras se avanza en un mayor sensibilización social respecto a la sostenibilidad, el reciclaje es la mejor opción. Es fundamental promover de forma reiterada el depósito de todos los envases en el contenedor amarillo. Para ello se deberían promover acciones tales como:

1. La obligatoriedad de que una parte importante y bien visible de la etiqueta del producto en un envase recuerde depositarlo en el contenedor de selectiva. No basta con la "mosca" sobre el punto verde. Si las cajetillas de tabaco van con mensajes para prevenir la salud humana, los envases debería exigirles que de forma explícita comuniquen que si acaban en la basura de rechazo final suponen un grave problema para la salud ambiental del planeta.

2. Los envases deberían ser monomateriales y de no ser así el fabricante debería disponer del sistema para el reciclaje del mismo. En la comunicación de las empresas de envases debería ser obligatorio que detallaran las formas de reciclaje de sus productos con medidas equivalentes a las prescritas por las cajetillas de tabaco (mientras las tasas de reciclaje no sean de casi el 100 %).

3. Debería promoverse el consumo de producto fresco a partir de dispensadores a granel. La salubridad e higiene pública no es incompatible con la venta a granel y el uso de contenedores de múltiple uso.

Este mensaje, creado hace más de 15 años todavía sigue siendo necesario de recordarlo a la población. Imagen de una campaña de 1995 sobre el reciclaje de cartones de bebidas impulsada por Tetra Pak.

El proceso del reciclaje de los cartones de bebidas en la actualidad
Separar las fibras de cartón (por un lado) del polietileno y del aluminio por el otro es bastante sencillo. Basta con una hélice y agua bien agitados y la fibra va desprendiéndose. Esta fibra celulósica se utiliza para fabricar cartoncillo reciclado estucado. Luego con la ayuda de filtros se separa el polietileno y del aluminio. La división de estos últimos materiales es más compleja ya que se precisa de un proceso de pirólisis. Esto implica someter la mezcla de aluminio y polietileno a 400 ºC. A esta temperatura el polietileno se rompe y se convierte en gases similares al gas natural, con el mismo poder calorífico y aparece también un liquido similar al fuel que puede utilizarse para calentar el reactor de la pirólisis. El gas obtenido se puede utilizar para hacer vapor que se emplea en el proceso de hacer papel o bien como combustible para el área del secado del estuco (esto todavía lo están ensayando). Respecto al aluminio, este se queda limpio y con una pureza de casi el 100 %. La teoría es sencilla, el proceso industrial es más complejo, pero en España, la empresa papelera Storaenso Barcelona ya está ensayando con éxito en este revolucionario reciclaje. Actualmente, esta empresa es la segunda fábrica del mundo en capacidad para reciclar cartones de bebidas con aprovechamiento del aluminio y del polietileno. 

Lo que nos queda por hacer
Sin embargo, mientras, nos falta recuperar más del 60 % de los envases plásticos, el  50 % de los cartones de bebidas, el 40 %de las latas, el 35 % del vidrio, el 30 % del papel usado. Así que todos los envases nos deberían recordar en "grande" que deben ser reciclados (no que son "ecológicos", que es un perversión ética). Todas las empresas fabricantes de envases de un solo uso deberían patrocinar programas de visitas escolares a las plantas donde se reciclan sus envases, desde los briks a los botellines de agua mineral de polietileno. Sólo conociendo la nueva vida de los envases de un sólo uso uno puede persuadirse de la bondad del gesto de usar el contenedor amarillo.

 

Redacción: Equipo Terra.org.

 

Modificado
09/02/2017

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