Ingenieros endiosados y políticos irresponsables




Ingenieros endiosados y políticos irresponsables
Octubre 2007. 

Cualquiera que conozca la estación de trenes de Sants sabría perfectamente que el AVE no podía entrar por esta estación, simplemente no porqué no pueda agrandarse esta sino porqué por el útero de la misma no podía agrandarse más al estar dispuesto en un corredor altamente urbanizado y de terrenos poco consistentes. Sin embargo, la cúpula política de este país nunca ha viajado en tren para sus menesteres más que para inauguraciones. Con políticos que no saben de lo que se trata e ingenieros endiosados pues son capaces de prometer el paraíso en medio de un desierto. Así se ha llegado a este desaguisado de penetrar el AVE en Barcelona por la estación de Sants. Más de 160.000 ciudadanos han visto como los servicios de cercanías, regionales y larga distancia quedaban fuera de servicio. Al político de turno poco le importa la realidad como se ha demostrado. RENFE ha tirado de autocares como si el tren y un autocar fueran lo mismo. Y mientras los ingenieros de las obras permanecen en silencio ante una obra inaceptable. Ellos serían los primeros de reconocer que jamás debieron aceptar la idea de los políticos taciturnos de entrar el AVE por Sants. Sería todo un detalle y luego que asuman poner cuanto antes el parche. Porqué seamos claros, el AVE Madrid Barcelona no sólo está en vía muerta su inauguración sino la propia continuidad atravesando toda la ciudad Vía Sagrada Familia..

La granizada llueve sobre el Gobierno de Zapatero. El trazado del AVE se fraguó en el Gobierno de Aznar. La complicidad del gobierno catalán y la oposición en aquel momento fue unánime: por Sants. Pero la desinversión en cercanías y la demora en el AVE entre las dos ciudades con mayor tráfico de pasajeros y mercancías se decidió en el Gobierno de Felipe González. Aunque está claro que la falta de visión política respecto a las infraestructuras ferroviarias es absoluta. El propio Consejero de Política Territorial y Transportes de la Generalitat no tiene criterio alguno sobre el tema. Y sus técnicos menos. Resulta inaudito, por ejemplo, que se plantee el proyecto de un tren transversal entre Lleida y Girona cuando Barcelona-Vic o Manresa siguen siendo líneas del siglo pasado. Ahora el AVE cae como una estocada mortal sobre toda la red de transportes colectivos catalanes. Pero hace años que se está toreando el tema y gozando desde la barrera política como miles de ciudadanos sufren a diario la tragedia del transporte diario.

Lo peor que puede tener un país es políticos iluminados por cazar siempre dos pájaros de un tiro. Eso es lo que ha estado pasando con el AVE. Se vió como una panacea para solucionar lo ajeno. Por ejemplo, el presupuesto que no llegó para canalizar el río Llobregat por culpa de las obras de la Autovía se imputaron al AVE. En lugar de arreglar el tren Barcelona-Aeropuerto pues se decidió que fuera el AVE el “cercanías” de lujo para dar este servicio. En lugar de pensar en dar un nuevo acceso ferroviario por el norte de Barcelona y llegar hasta Sagrera y luego ampliar el corredor Sants-Sagrera como en Madrid se hizo con el Atocha-Nuevos Ministerios-Chamartín pues se decidió que el AVE era la solución.  Sólo a una panda de ineptos se le puede ocurrir aceptar que el trazado de un tren de alta velocidad sea la solución a una falta de visión de conjunto. Pero si además le añadimos las presiones del poder fáctico catalán para que este tren pasara cerca  de las delicias de Port Aventura pues pasa lo de poner una estación como la de Tarragona en medio de la nada. Los directivos de Renfe lo sabían pero hicieron oídos sordos y acataron las propuestas de un Ministerio en decadencia. A los políticos catalanes les chispeaban los ojillos por matar tantos pájaros de un tiro con el AVE: modernizar Sants, llegar al aeropuerto de Barcelona desde Madrid, especular en Sagrera, etc. Un craso error que de momento padece la inocente población que confía en su vida cotidiana con los transportes públicos. Un craso error que exigiría quemar las fotos de todos los políticos que han permitido que este largo viaje mal planificado termine en un tragedia para la vida de centenares de miles de personas. Ahora las obras en el tramo final de este útero que no puede contraerse más sin desgarrarse de forma trágica  no es más que la consecuencia de una cadena de errores. No de un error.

Aquí no dimitirá nadie. En Francia se hubiera armado la de san Quintín.  Pero lo cierto es que en esta crisis de las obras del AVE Madrid-Barcelona algunos políticos deberían estar en la cárcel por tantos perjuicios y pérdidas en tiempo personales, nervios, etc. por haber planteado una mala idea y haber aceptado una temeridad ingenieril de algo que a todas luces era improcedente. La alta velocidad debía haber entrado en Barcelona por túnel debajo de Collserola directo a Sagrera. Ni el Ayuntamiento de Barcelona ni el Estado y mucho menos el Gobierno autonómico quisieron escuchar la experiencia de quienes ofrecían sensatez para una línea cuyo destino final debe ser Francia. Lamentablemente, mientras en Catalunya se discutía el trazado del AVE con unanimidad política en Madrid el AVE de Sevilla llegó a Atocha sin problemas para nadie y luego se introdujo un eje central de comunicación con Chamartín al norte de la ciudad. Pero, claro, ningún político catalán ha usado jamás el tren para viajar a Madrid. Y en el Gobierno popular de Madrid, cuando ya fue inevitable que debía ejecutarse esta obra pues se habían diseñado ya otros corredores de alta velocidad mucho menos transitados como el de Valladolid, Málaga, Valencia, etc. quisieron matar el mayor número de pájaros de un tiro: la desinversión en el corredor del litoral Mediterráneo, en cercanía, en estaciones, etc… el pretexto del AVE era la solución y los políticos “barretinaires” les pareció la glória. Hoy es inaceptable cualquier explicación; las soluciones de emergencia deben admitirse como una chapuza y debería replantearse el futuro de este aborto de tren de alta velocidad.

Un ingeniero jamás puede ser un consultor de fiar. Para ellos todo es posible. Lo que nunca evalúan es el coste para los sufridos ciudadanos de su solución. Así que se ha llegado al colapso. El alcalde de Barcelona ante la supresión de una parte del servicio de cercanías argumenta que no ha ocasionado caos alguno. Solo la desfachatez puede impulsar esta afirmación. Que el AVE pasara por el aeropuerto de Barcelona es otra imprudencia. El vocifero alcalde del Prat de Llobregat quizás alguien debería hacerle tragar tantos humos. Pero lo que es inaudito es que desde el centro de Barcelona no haya una comunicación ferroviaria de calidad y rápida con la infraestructura aérea y que además no pinche en las diferentes terminales como debería. Al final quien aprueba los proyectos de infraestructuras son políticos que no tienen opinión porqué jamás han usado los transportes públicos. Eso sí, luego todo son políticas de sostenibilidad y contra el cambio climático.

Las chapuzas se pueden oler a leguas. Basta con pasearse por entre la orda de trabajadores de esta obra para escuchar más de diez idiomas entre los obreros de la misma. Con esta realidad uno puede imaginar lo difícil que puede ser que unos trabajos ejecuten con eficacia y precisión sus labores. Las subcontratas no se vigilan políticamente e incluso hay que habla de sobornos para financiar los partidos (otro tema que no se quiere plantear políticamente). El resultado acaba siendo el bajo coste final para el erario público y sin importar los costes indirectos que se ocasionan a la ciudadania ni los de mantenimiento que lo acompañarán durante décadas.

Este otoño del 2007 no es más que el colofón de años de ineptitud política en todo el arco parlamentario español y catalán sin distinción. El AVE no podía entrar en Barcelona-Sants sin poner en jaque un territorio saturado de infraestructuras. El problema no es la fecha final de unas obras sino como se pretenden ejecutar. La presión de las aguas freáticas y otras eventualidades no son excusa porqué eran previsibles. Los ingenieros son dioses mientras no tienen al demonio acechando. Pero este hace años que regenta el tráfico ferroviario a la entrada de Barcelona-Sants. Sólo le faltaba el AVE para su regocijo. Y así ha sido. El problema es que la endiablada solución del AVE por Sants en Barcelona no podía acabar sino provocando un verdadero caos como el actual. De nada sirvieron los primeros amagos registrados en el verano 2007.

Asumir obras impropias de la sensatez tiene sus riesgos. Pero siempre se es a tiempo de rectificar. Humano es errar pero también corregir. Hace falta humildad política para asumir que se cometieron errores y pedir disculpas con las mejoras soluciones de emergencia. Sería importante que políticamente se asumiera este error y se enmendara. Barcelona es la segunda capital en movimientos de pasajeros con destinos regionales, de larga distancia y de cercanías. La clase política sólo puede tomar decisiones cuando se ha sido usuario de una realidad. Hace años que el corredor Mediterráneo entre Barcelona y Tarragona es una vergüenza a pesar del Euromed. El AVE con un trazado que vía Tarragona se ha situado  lejos de esta ciudad y que no enlaza con el corredor Mediterráneo es otra chapuza impropia. Hacer entrar el AVE por Hospitalet era y es una temeridad y sin embargo ninguna fuerza política lo denunció en su momento ni ahora lo asume. Hoy los problemas de miles de ciudadanos son ninguneados. Se han dañado infraestructuras como la de los Ferrocarriles de Catalunya por el corredor del Llobregat y no pasa nada por dejarlos dos meses sin servicio. El problema no es la Ministra de Fomento sino una Generalitat y no digamos ya un Parlamento incapaz de asumir que se han cometido errores inaceptables. Que los cargos políticos son remunerados…

No es hora de seguir consultando a los ingenieros sin haber percibido el problema. Y es que aunque finalmente la tragedia colectiva del AVE termine esta no es más que el preámbulo de unas obras realizadas con una osadía impropia de las necesidades del siglo XXI y que continuará dando quebraderos de cabeza por estar ejecutada con riesgos innecesarios. Hoy decenas de miles de ciudadanos sufren tanta ineptitud. Y sin embargo, ya no hay ni aliento para la movilización popular pues con llegar al trabajo ya queda uno hastiado. Pero quizás hay que depurar responsabilidades y encarcelar a quienes tanto perjuicio están causando a la insufrible ciudadanía. Y tampoco dice mucho de la incapacidad de la clase técnica dirigente para asumir respuestas ingeniosas ante el caos. En España falta arrojo para saber asumir con valentía los problemas. Hoy la prioridad debería ser el servicio de cercanías, regional y de larga distancia. El AVE puede esperar y quizás debería replantearse para rediseñar su trazado volviendo a la idea de que entrara por la Barcelona Norte atravesando con un túnel la sierra de Collserola hasta la lógica estación de Sagrera. Y sin embargo, de esto nadie habla. Vamos a convertir un tren de alta velocidad en un cercanías y además, ¿seremos incapaces de asumir que pasar por debajo de la Sagrada Familia es directamente otra estupidez mayúscula?. Quizás habría que secuestrar al ejecutivo entero y encerrarles durante varios días en los andenes de Sants en obras para que comprendan la magnitud de la tragedia. No vamos a pronunciar al solución mágica desde una simple editorial de una entidad ecologista, pero es evidente que como usuarios conocemos perfectamente como plantear una solución global para que en Barcelona haya un red ferroviaria racional y útil a un siglo que debe reducir emisiones tóxicas a toda costa. Pero lo que ya es inevitable es que en el conflicto de las obras del AVE en Barcelona se afecten centenares de miles de sufridos ciudadanos a los cuales no se puede obviar y para los cuales la solución no son las reuniones entre ineptos que lo único que se los ocurre es cerrar un servicio capital. Demuestra muy poca responsabilidad y muy poco respeto a la decencia colectiva.


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Modificado
09/02/2017

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