Invadir campos y bosques




Modificado
09/02/2017

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Invadir campos y bosques
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No hemos de olvidarnos de ser respetuosos con los animales y su hábitat.
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Debemos ser cuidadosos de no dañar los sembrados, pues de ellos provienen alimentos básicos.
El baile de los salvajes
En España hay unos 24 millones de ovejas esparcidas por los pastos de montaña. Estos animales aportan carne y leche. El número de tierras labradas es de unos 20 millones de hectáreas. En un metro cuadrado puede haber hasta 350 plantas de trigo. La inconsciencia de la gente de la ciudad corriendo por en medio de los sembrados o molestando a los rebaños provoca pérdidas económicas que perjudican los recursos, más bien escasos, de los labradores del campo y la montaña.
Cada vez menos agricultores
Alrededor de un 40 % de la superficie de España son tierras labradas. Pero tan sólo hace 25 años era del 50 %. Unos 6 millones de hectáreas se dedican al pastoreo, y la cabaña de ganado, incluidos los cerdos (unos 17 millones), sobrepasa los 50 millones de animales.
La dedicación laboral del sector agrario actualmente es del 4,5 %. Pero en el año 1980 era del 17 %. La población agrícola está en recesión. Un factor clave de esta disminución ha sido la mecanización, pero otro muy importante se debe al abandono de los jóvenes por la dureza del tipo de vida. Por tanto, los agricultores y su actividad en el paisaje merecen todo el respeto de los habitantes de ciudad.
Respetemos los sembrados
Un 4,5 % de la población que vive en el campo lo hace sobre un territorio que representa el 45 % de la superficie del país. Esta reducción de la población refleja, como decíamos, las duras condiciones que, en general, configuran el trabajo agrícola, y es por esta razón que no hemos de dificultar la existencia a los labradores. Todos los productos agrícolas que salen del campo español son básicos para nuestra economía, nuestra comodidad y calidad de vida.

Respetar los sembrados supone una conducta que puede contribuir a mejorar la productividad de nuestras tierras agrícolas. A su vez, debemos propiciar que los agricultores se comprometan cada vez más con el campo, que les dejen labrar los campos y no abandonen el medio rural. Recordemos aquí que la aplicación de la política agraria comunitaria también está mermando el paisaje agrícola trabajado laboriosamente.

Resumiendo ...
Evitemos pisar los sembrados. De ellos provienen la harina para hacer el pan, las verduras y el pienso para los animales de granja.

La vida en el campo es muy dura. Respetemos las tierras y sus animales.

Por la montaña, caminemos por los senderos y cerremos a nuestro paso las barreras existentes para evitar que el ganado se salga de su parcela.