Preocupación por el mercurio de las bombillas de bajo consumo

El mercurio es una sustancia peligrosa y que está fuertemente regulada. Podemos, por ejemplo, quedar expuestos a este metal pesado al comer pescado contaminado o usar productos que contienen mercurio. Si accidentalmente inhalamos o tragamos grandes cantidades de mercurio podemos sufrir efectos severos sobre nuestra salud.

Las bombillas fluorescentes compactas de bajo consumo de de energía, CFLs en corto e inglés, son una versión compacta de los habituales largos tubos fluorescentes. Consumen cerca de 5 veces menos electricidad que las bombillas incandescentes, -no se calientan tanto-, de modo que reducen las emisiones de las centrales eléctricas, pero contienen un poco de mercurio - un metal peligroso.

Depositar las bombillas fluorescentes compactas en un punto verde permite recuperar el mercurio que contienen y evitar que se disperse en el medio.

Qué pasa cuando se rompe un bombilla de bajo consumo

El mercurio contenido en las bombillas de bajo consumo no puede escaparse de los tubos, excepto si se rompen. Ésta es la razón por la cual las CFLs viejas deben llevarse a un Punto Verde y depositarse cuidadosamente con los desechos peligrosos para que reciban un tratamiento especial ya que no deben desecharse con la basura sin clasificar. Cuando una bombilla de bajo consumo se rompe, se libera una pequeña cantidad de vapor de mercurio que puede ser respirada por alguien que esté próximo a esa área. En este caso, la concentración de mercurio en el aire puede ser relativamente alta brevemente, pero baja rápidamente a medida que el vapor se transforma en pequeñas gotitas líquidas. Si el cuarto no se ventila suficientemente y no se limpia a fondo, este mercurio puede pegarse a las superficies o al polvo y permanecer en el medio por algún tiempo más.

En caso de rotura accidental de una bombilla de bajo consumo se recomienda limitar la exposición al mercurio aireando rápidamente el cuarto, antes, sin embargo es recomendable limpiar la lámpara con un paño mojado, evitando el contacto de la piel con los cristales y sin usar un aspirador.

Debido a la pequeña cantidad de mercurio y a la naturaleza excepcional de estos acontecimientos de rotura, es muy inverosímil que estas fracturas de bombillas plantearan riesgos notables para la salud de los adultos. No hay datos específicos sobre los riesgos potenciales en niños, pero se estima que los riesgos son negligibles. A pesar de ello el mercurio es un tóxico muy venenoso. Así que como precaución, en caso de que el cuarto donde juegan niños sea donde se ha roto un CFL, lo mejor es airear el cuarto y realizar una cuidadosa limpieza para evitar que puedan incorporar pequeñas cantidades de mercurio al ponerse los dedos u objetos con polvo contaminado en la boca.

¿Las lámparas de bajo consumo están aumentado la contaminación por mercurio en el medio?

Durante toda su vida, y comparado con las bombillas incandescentes, las lámparas fluorescentes compactas ahorran cantidades de energía significativas. Consecuentemente, conllevan una reducción de las emisiones de mercurio ligadas a la producción de energía. En total, este ahorro en emisiones del mercurio de las centrales eléctricas de carbón, excede la cantidad de mercurio que contienen y que podrían desprender si se rompen o se desechan de forma inadecuada con la basura sin clasificar.

De hecho, producir electricidad en centrales eléctricas con carbón ya provoca la emisión de mercurio al medio ambiente. Como cerca de un tercio de la electricidad de Europa se produce con carbón, usar cualquier tipo de bombilla contribuye a las emisiones de mercurio, incluso si la lámpara en sí misma no contiene este elemento.

Es muy improbable que el uso y la correcta deposición de lámparas fluorescentes compactas presente cualquier riesgo al ambiente. Sin embargo, las instalaciones que las recogen y reciclan podrían plantear un riesgo local ambiental si no tratan apropiadamente las potenciales emisiones de mercurio. Según la opinión del EC Scientific Committee on Health and Environmental Risks (SCHER) las lámparas fluorescentes compactas ofrecen una ventaja ambiental neta comparadas a las incandescente y a las bombillas halógenas, incluso cuando se considera el impacto por el contenido de mercurio.

¿Cuánto mercurio tienen las lámparas compactas fluorescentes?

La directiva europea sobre la restricción de sustancias peligrosas en equipos eléctricos y electrónicos (2002/95/EC), en sus siglas RoHS, prohíbe en general el mercurio en equipos eléctricos y electrónicos, con algunas excepciones en casos debido motivados, tales como las CFLs.

La tolerancia máxima de mercurio en las bombillas fluorescentes compactas está actualmente limitada a 5 mg por lámpara pero está prevista su reducción temporal. En el marco de la Unión Europea se ha previsto su reducción gradual a 3,5 mg en 2012 y 2,5 mg en 2013, con algunas variaciones dependiendo del tipo específico de lámpara. En el marco del ecodiseño, en el marco de la mejor tecnología posible, se plantea un límite de 1,23 mg de mercurio en estas bombillas. En un futuro no muy lejano, en Europa se prohíbe la fabricación de la mayoría de bombillas incandescentes, que serán sustituidas por lámparas fluorescentes compactas que las sustituirán gradualmente.

La legislación establece que las bombillas incandescentes ineficientes serán prohibidas en el mercado de forma gradual, a medida que se amplíe la gama de lámparas y bombillas mejoradas y de alta eficiencia.


Extraído de la argumentación científica “Mercury in Certain Energy-saving Light Bulbs“, una opción adoptada el 18 de Mayo de 2010 por el European Scientific Committee on Health and Environmental Risks (SCHER) de la Comisión Europea.

Modificado
09/02/2017

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