Ropa interior y lencería ecológica

Las fibras textiles son unas grandes desconocidas respecto a las cuestiones ecológicas a pesar de que nos vestimos a diario. La conciencia ecológica existente en cuanto a la alimentación está lejos todavía de conseguirse respecto a la ropa. Y no digamos ya sobre las prendas íntimas o la lencería. Curiosamente, sobre estas prendas, que están en contacto con partes íntimas de nuestro cuerpo, pocas veces se valora la calidad de las materias primas, su  proceso de elaboración u otras cuestiones importantes para la salud personal y también ambiental.  A penas hay información en nuestro país, aunque en la red se puede encontrar algo de información, aunque parcial y en inglés. En el mundo de la moda con ropa ecológica de vestir hay diferentes propuestas de algunos equipos de diseño textil y fabricantes. En cambio, sobre prendas íntimas a penas hay, por eso os proponemos una inmersión ilustrada en el tema.

Ropa interior de la marca Brook There Lingerie

Criterios para definir una prenda como ecológica

La definición de cuando una prenda es ecológica exige analizar todo su ciclo de vida  (eso es lo que se hace con la herramienta del Análisis de Ciclo de Vida que valora: la obtención de fibras, el proceso textil (hilatura, tejido, tintura-acabado y confección), el transporte, el uso y el destino al final de su vida (no es lo mismo que vaya a ropa de segunda mano, al vertedero, o que se triture para volver a hilar).

En determinados productos textiles (ropa de uso diario) el principal impacto se da durante el uso -o mejor durante el mantenimiento del uso- es decir lavado, secado, planchado doméstico. Así por ejemplo en una camisa de Poliéster/Algodón 65/35,  los principales impactos ambientales se producen durante su uso o mantenimiento doméstico (el 64% del consumo de energía, el 72 % de las emisiones de CO2 y el 76 % el consumo de agua) de todo su ciclo de vida. En unos jeans, en cambio el 68 % del consumo de agua se produce durante el cultivo del algodón y el 38 % del impacto sobre el calentamiento global se produce durante el mantenimiento doméstico. En otros productos en cambio el mantenimiento es bajo (una americana de lana no se lava una vez a la semana sino que como mucho se lleva una o dos veces al año a una tintorería doméstica). En cambio, productos como las alfombras donde el mantenimiento es mínimo, entonces el principal impacto ecológico se da en la obtención de la fibra.



Además hay que añadir que hay algunos aditivos utilizados en la industria textil del ennoblecimiento, como el formaldehido para conseguir que la ropa no se arrugue es altamente tóxico. Lo mismo sucede por ejemplo con determinados tintes. Conocer e incluso solicitar los aditivos empleados en el acabado final de una pieza de ropa debería ser una práctica habitual. Pero no es así. Para ello han aparecido las ecoetiquetas o certificaciones ecológicas de los procesos textiles que avalúan el grado de empleo de materiales respetuosos con el medio ambiente o de bajo impacto ambiental.  Hay diferentes certificaciones ecológicas para los textiles, unas de las más extendidas y bien valoradas es NaturTextil, la GOTS y la otra es Öko-Tex 100 que se diferencian por el grado de exigencia de las mismas. También existe una tipología certificada para la ropa de la EcoLabel de la Unión Europea y la certificación de proceso BlueSign, aunque especializada en textiles deportivos.

En términos generales Öko-Tex 100 sólo garantiza que el producto final está libre de residuos químicos, pero no valora los procesos de producción, sin embargo, existe Made in Green que permite la trazabilidad de artículos con Óko-Tex-100. En cambio, el certificado GOTS también verifica que en el proceso de producción no haya químicos tóxicos. Para  Naturtextil BEST, la norma más estricta para toda la cadena de producción textil, tanto en términos medioambientales como sociales, la certificación GOTS es la mínima exigible y la promueve la International Association of Natural Textile Industry, asociación de origen alemán que desde su fundación en 1989 pretende definir y establecer criterios de análisis de la responsabilidad ecológica y social en los procesos de producción textil, además de altos estándares de calidad en el producto terminado.  Así, por ejemplo, por ahora en la elaboración del hilo de bambú se emplean sustancias más o menos tóxicas. Por esto sobre las prendas con hilo de bambú no las hay con el certificado GOTS, pero sí con Öko-Tex 100 si el bambú como materia prima se ha obtenido de agricultura ecológica o de certificación FSC. Por tanto, para simplificar el consumidor solo puede atenerse  a la certificación si la hay a la hora de distinguir una prenda de ropa como ecológica más allá de lo que diga el fabricante.

La clave pues no es tanto la denominación "ecológica" que puede sacarse de la manga un fabricante, sino que se  visualicen las certificaciones independientes que lo avalen frente al consumidor. Con estas ecoetiquetas, corresponde al consumidor valorar según su conciencia. Sólo así sabremos que realmente una determinada pieza de ropa está confeccionada con materias primas ecológicas y su proceso y acabado tiene un bajo impacto ambiental.

Grado de conocimiento de las ecoetiquetas que aparecen en la ropa según un estudio Social and Eco-labelling of Textile and Clothing Goods as Means of Communication and Product Differentiation de Małgorzata Koszewska. Publicado en FIBRES & TEXTILES in Eastern Europe 2011, Vol. 19, No. 4 (87).

Las fibras textiles empleadas en la ropa interior

La ropa interior precisa de unas características algo diferentes de la ropa de abrigo o de vestir. La transpirabilidad, la capacidad de absorción de humedad, la elasticidad, el no impregnarse de los olores son algunas de las propiedades que deben cumplir. No hay una fibra textil perfecta para ello y por eso lo habitual es que se mezclen diferentes tipos de fibras naturales o químicas (Man Made Fabrics). Una fibra natural común es el  algodón, la cual cumple con bastantes de estas características y por ello es casi siempre la materia prima primordial en muchas prendas íntimas. Para las personas alérgicas a la ropa íntima elaborada con fibras químicas, el algodón de cultivo ecológico y sin tintar ha demostrado ser uno de las mejores opciones. La variedad de fibras químicas usadas en la ropa interior más moderna es notable y el análisis de ciclo de vida de cada una sobrepasa el ámbito de este artículo, aunque hay estudios para consultar.

Lencería y prendas íntimas de moda

Cuando la ropa íntima, especialmente, la femenina, adopta una estética más delicada o sensual se le aplica el término de lencería. Uno de las características de las prendas íntimas es el empleo de textiles suaves, vistosos, pero también transpirables y elásticos.  En cuanto a la estética, las piezas de lencería buscan diseños más sensuales que permitan resaltar las partes erógenas del cuerpo femenino. Pero para obtener todas estas características en la confección de piezas de lencería se precisa de fibras químicas y de unos procesos de ennoblecimiento y acabados que en muchos casos están repletos de productos químicos algunos para nada inocuos en personas de piel sensible. Actualmente, la confección de moda íntima tiene un notable impacto ambiental en todo su ciclo que es poco conocido ya que prima la estética erótica o sensual sobre cualquier otro aspecto de tipo ecológico o social.

Ropa interior en algodón orgánico de color crudo de Dhara Natura.

La lencería es un elemento moderno pues se inicia a finales del siglo XIX aunque no será hasta la segunda mitad del siglo XX que tomará un auge descomunal.  Durante los primeros años del siglo XX el rol femenino sufre una profunda transformación. La mujer se desencotilla, tanto en sentido literal como figurado, ya que además de abandonar el corsé, consigue más libertad y pasa a ocupar un lugar más activo en la sociedad.

El retorno a la voluptuosidad de la silueta, ahora sin sofrients y el diseño definitivo de los sujetadores, llegaron los años treinta de la mano de dos inmigrantes establecidas en Estados Unidos. Una era la rusa Ida Rosenthla que ya en 1928 intrduir eel sistema de tallas y los diferentes tipos de copa (ABCD) y en función de la forma y el volumen del pecho. El otro era la polaca Rosalind Klin, drectora de la Kestos Company y inventaora de las copas moldeadas que no sólo permitieron sujetar el pecho sino también aumentarlo y reafirmarlo.

El aristócrata norte-norteamericana Mary Phelps Jacob es considerada la creadora de los primeros sujetadores, pieza que panteón el 3 de noviembre de 1914 con 22 años. Antes ya había habido intentos de sustituir el corsé liberando el plexo solar femenino como el de Herminie Cadolle, patentatn con el nombre de bien-être en 1889 o el de brasière del modisto Paul Poiret en 1907. Los sujetadores de Jacob estaban hechos uniendo dos pañuelos triangulares y afeginthi una cinta, un modelo que fue embelleciendo con bordados y encajes de seda y satén. Ella misma creó un negocio para comercializarlos, pero no fue bien y vendió los derechos de explotación a Warner Brothers Corset Company de Bridgeport (Connecticut) por 1.500 dólares. En poco más de 30 años la Warner s consiguió ganar con esta patente más de 15 millones de dólares.

Imagen de una exposición temporal sobre la historia de las prendas íntimas en Barcelona el año 2017.

El éxito moderno de la lencería ha sido posible en primer lugar por el perfeccionamiento de la tecnología textil, por los materiales y la evolución del diseño en la indumentaria; pero en segundo lugar por la asunción de nuevos roles en  la mujer y el concepto de sensualidad en la vestimenta. La industria de la lencería mueve millones de euros, en concepto de ventas y es uno de los puntales en convertir la mujer en objeto de consumo.

La llamada lencería ecológica es la punta de lanza de una forma diferente de consumo de moda respecto a la ropa interior. La lencería ecológica no desprecia la estética sensual de la convencional pero es más delicada y responsable. Valora el concepto del uso de materiales ecológicos y se distingue por producir prendas con una confección más austera, pero no por eso menos exquisitas.

El elemento que distingue a la lencería ecológica es que se basa en fibras químicas con polímeros naturales en cuyo proceso esencial desde la obtención de la materia prima hasta en los tintados, ennoblecimiento, acabados, etc. se emplean sustancias químicas de origen natural o de muy bajo impacto ambiental (mínima toxicidad, en ciclo cerrado, etc.). Estas fibras químicas de polímeros naturales permiten texturas, colores y acabados estéticos, pero menos espectaculares que la lencería convencional.

Ropa interior de la empresa eslovaca Colori Organics, especializada en ropa ética.

En la lencería ecológica, la fibra textil química procede de la celulosa de plantas como el bambú, la soja o árboles como el pino y el eucalipto. Para acreditar que no se usan aditivos que pueden ser tóxicos, todos los fabricantes avalan sus piezas con ecoetiquetas de certificación textil que garantizan el bajo impacto ambiental de las mismas. Aunque como hemos comentado este es un tema no exento de polémica.

Como sucede en muchos casos, el tema no es blanco o negro, sino que abarca una amplia gama de grises. Las personas más estrictas se decantarán por diseños austeros con una fibra natural como el algodón orgánico tintado, pero también hay opciones que cumplen con un alto grado de responsabilidad ecológica con fibras químicas con polímeros naturales y procesos textiles de bajo impacto que permiten prendas más refinadas.

A continuación detallamos algunas de las posibilidades existentes, especialmente, próximas en nuestro país. Es cierto que algunas de las grandes marcas de ropa interior y lencería convencional argumentan que disponen de colecciones “ecológicas”, pero forman parte más de un lavado de imagen que de una apuesta de mercado. De ahí que por ahora haya que hurgar para encontrar propuestas ecológicas asequibles.

Ropa interior de algodón orgánico

Una de las fibras más usadas por su usabilidad es el algodón, la cual representa el 48 % de las fibras textiles del mundo. Sin embargo, el cultivo agrícola de esta planta, cuando no es de agricultura ecológica, tiene un impacto ambiental severo. Se valora que a nivel mundial este cultivo consume un 25 % de los agroquímicos. De ahí que, aunque todavía de forma tímida, se ha ido implantando el llamado algodón orgánico o ecológico libre de pesticidas y agroquímicos.

Imagen de la variedad de color crudo de algodón orgánico.


Uno de los avances más notables del desarrollo del algodón orgánico ha sido que a partir de semillas recuperadas de los pueblos indígenas se consiguieron variedades que colorean el fruto del algodón en tonalidades marrones y verdes. Esto permite que no haya que tintar el algodón y por tanto, saltarse toda la cadena de acabado textil que es donde intervienen más productos químicos. Hay que distinguir el algodón orgánico (organic cotton)  procedente de cultivo ecológico del llamado algodón verde (green cotton) que es una denominación que se aplica al algodón de cultivo convencional que en el proceso de acabado no se han empleado químicos sintéticos aunque incorpora restos de plaguicidas y otros agroquímicos.

El algodón orgánico crudo o de variedades coloreadas del algodón ecológico se emplea en prendas íntimas para el público que busca una fibra natural en estado puro, aunque la pieza no sea tan estética o incluso tan práctica como otras piezas que incorporan fibras sintéticas. Así la confección de ropa íntima masculina como femenina exclusivamente con algodón orgánico y sin tintar es pues austera en visibilidad, pero para el día a día es práctica, saludable y muy cómoda.

Ropa interior en algodón orgánico de OWL Underwear.

El algodón orgánico sin tintar o con tintes naturales es pues la materia estrella de la ropa interior ecológica. Dado que del algodón orgánico también se produce de forma natural en color marrón y verde esto incrementa las posibilidades de diseño. Uno de los fabricantes en nuestro país de ropa interior con algodón orgánico es OWL Underwear. Esta marca asegura además que para las cintas elástica (imprescindibles en las piezas de ropa interior) minimiza el empleo de materiales no biodegradables (sólo una pequeña parte del elástico superior está realizada con cauchos y sintéticos imprescindibles para la sujeción a base de una fibra sintética, poliamida, pero en menos del 20% de la cinta elástica, mientras que la inmensa mayoría de las otras marcas esta composición es del 100%).

Imagen de ropa interior diseñada por Mari Puri Tijeritas.


Otro fabricante local es Fox Fiber Colorganic, aunque en ropa interior su catálogo es muy básico. En cambio es mucho más diversa en cuanto a diseños la propuesta de Ecoology. También hay alguna diseñadora responsable como Mari Puri Tijeritas que en nuestro país utiliza esta materia prima en colecciones propias a las que ha personalizado con criterios estéticos empleando tintes ecológicos. En España también se comercializan productos de ropa interior en algodón orgánico certificado de la marca alemana Living Crafts y se puede acceder al catálogo de la francesa Peau Ethique.  Es cierto que algunas de las grandes marcas globales de lencería disponen de unas pocas piezas en algodón orgánico u otras fibras sintéticas con certificación ecológica, pero es más una cuestión de imagen que de realidad en su catálogo comercial.

Ropa interior con fibra de bambú
A pesar de la polémica que hay sobre el hilo de bambú, lo cierto es que hay certificaciones que garantizan que el cultivo del mismo es ecológico o FSC. También hay una  empresa suiza que produce hilo de bambú usando enzimas naturales y extracción mecánica con lo que el proceso es de producción limpia. Pero el proceso de fabricación de la fibra hilo es solo el principio. El tejido basado en el bambú es apreciado por su apariencia y tacto suave que luce un brillo natural parecido a la seda. La fibra del bambú no irrita la piel y es antialérgica. La fibra del bambú proporciona calidez en invierno y frescor en verano. Es un tejido transpirable y antibacteriano.

Fibra de bambú elaborado con el proceso de la empresa suiza Litrax.

Son pocos los  fabricantes de lencería ecológica que han incorporado el hilo de bambú obtenido en procesos de mínimo impacto ambiental respecto al convencional hilo de bambú en sus confecciones. Una de las opciones para ropa íntima femenina confeccionada con fibra de bambú en nuestro país es la que ofrece Biotactex. Esta firma ofrece indumentaria  de estética deportiva con prendas muy adecuadas para el uso diario, pero sobretodo para la práctica de deporte, yoga, etc. puesto que no son alérgicas ni irritantes y disponen del certificado Öko-Tex. Las piezas Biotactex se caracterizan por su confort térmico,  alto grado de absorción de la humedad corporal, son transpirables y eliminan los malos olores.  En fibra de bambú también hay ropa íntima masculina comercializada por Bambueko.

Ropa interior con fibra de bambú de Biotactex.

Ropa interior francesa ecológica con fibras de pino
LenpurTM es una nueva fibra textil química de polímeros naturales que se fabrica a partir de un recurso renovable: celulosa selecta extraída de las ramas de pinos. Las principales diferencias del proceso de fabricación de la fibra Lenpur en comparación con otras fibras sintéticas de celulosa, como la viscosa, es su suavidad, su capacidad de absorción, su capacidad de liberar la humedad, sus propiedades desodorantes, y sus características de adsorción. Cuando se mezcla con otras fibras, Lenpur entra en "sinergia mecánica" con ellos. La fibra textil de base se obtiene, según sus promotores, sin los productos químicos nocivos que se usan habitualmente en las fibras sintéticas de celulosa. Además argumentan que proviene de madera sostenible. Con esta materia se confeccionan prendas de lencería y ropa interior cómodas, antitranspirantes y libres de coger el olor del sudor.

Ropa interior con fibra artificial de polímero natural a base de pino de Do you Green.

La empresa bandera de confección con fibras LenpurTM es Do You Green, una firma francesa especializada en lencería ecológica, que confeccionan en Túnez y Francia con certificación Öko-Tex.

Ropa interior alemana con fibras de algas
De textura parecida al lino natural pero con el poder nutritivo de las algas, así se vende la lencería fabricada con la fibra sintética Seacell ™ producida por la empresa Smartfiber AG. Esta fibra se deriva de una mezcla de pulpa de madera y algas basada en el proceso textil de la fibra química de polímero natural “lyocell”.  Las fibras están certificados con la norma Oeko-Tex 100 (y aprobada para bebés). Se difunde por sus propiedades protectoras y anti-inflamatorias en la piel que estimulan el metabolismo dérmico gracias a los elementos que liberan las algas de la fibra y aseguran protegen la piel contra los radicales libres. El secreto de smartcel™ sensitive es un proceso patentado que permite integrar el óxido de zinc en una fibra de celulosa natural. Las propiedades positivas del zinc permanecen siempre activas, incluso después de muchos lavados. Se trata de una fibra completamente biodegradable y cumple con las expectativas de los consumidores ecológicos.

Ropa interior con fibra celulósica que incorpora algas de la marca SeaCell.

El método de obtención de estas fibras  puramente físico en contraste con el procedimiento de la viscosa o del algodón y se caracteriza por un elevado nivel moderno de respeto al medio ambiente (la planta está ubicada en Austria), gracias a que un circuito del disolvente es de circuito cerrado y no se producen residuos. Mediante el uso del proceso de fabricación de lyocell, la celulosa de las algas se solubiliza en un disolvente nitrogenado y luego se convierte en fibra. La Unión Europea concedió a este proceso el Premio Europeo de Medio Ambiente de 2000 en la categoría de "tecnología para desarrollos sostenibles". La fibra  SeaCell se emplea en la elaboración de algunas prendas interiores de alta calidad que comercializa la empresa alemana Speidel Lingerie cuya composición es de 65% algodón orgánico tipo Supima, un 28% Seacell y  7% elastano.

Ropa interior artesanal y ética
Otra opción es la llamada lencería ética y artesanal en la que quizás no priman tanto el origen de las materias primas como que los procesos industriales cumplan con unos mínimos éticos (mano de obra bien pagada, bajo impacto ambiental, etc.) ya que muchas de las materias primas textiles provienen de países del sudeste asiático (Nepal, India, etc.). Los tejidos utilizados en la gama incluyen algodón orgánico, bambú y telas de soja, así como restos de telas de recortes.

Piezas elaboradas de forma artesanal por el proyecto Maduixa en España.

En España hay Maduixa,  un proyecto de autogestión a través del diseño y la elaboración de lencería íntima y complementos de forma artesanal. Todas las piezas se  diseñany crean a mano en un pequeño taller artesanal en las montañas de la Garrotxa (Girona, España), provisto de energía solar. Cada pieza es única, elaborada de forma sostenible, fuera de la explotación laboral. Se trata de lencería íntima artesana de proximidad a un buen precio. Únicamente utilizan tejido de algodón de procedencia ecológica certificada, sin tintes ni blanqueantes. En definitiva, piezas respetuosas con el medio y con la persona, porque evitan rojeces, picores, alergias, dermatitis, eczemas o cualquier otra afección de la piel provocada por el contacto con tejidos altamente tratados con materiales tóxicos en nuestro día a día.

En el Reino Unido, encontramos aLuva Huva es quizás una de las más conocidas que produce prendas de diseños divertidos, hechas a mano con telas de fuentes éticas y sostenibles y sobretodo que le imprimen un estilo femenino singular. Sin duda, esta opción  proporciona una alternativa de tinte sostenible y respetuosa del medio ya que además todos los productos de Luva Huva están hechos a mano en el Reino Unido.

Ropa interior de Luva Huva elaborado con criterios éticos y fibras sostenibles de la marca británica Luva Huva.

Ropa interior ecológica no europea

Uno de los mercados más activos en ropa interior ecológica tanto femenina como masculina con una gran calidad de confección y diseños elegantes es el de Estados Unidos.

Conjunto de ropa interior de fibra de soja de Xylem Clothing.

En este país, una de las marcas más comprometidas es Xylem Clothing, una empresa familiar de Oregón, que confecciona todo tipo de prendas interiores (braguitas, sujetadores, camisolas, bodies, etc.) de una estética sutil, pero también atrevida y con unos acabados muy esmerados. Los sujetadores están libres de varillas y cuentan con dos capas de tela y un encaje recortado parte inferior de apoyo. Uno de sus productos básicos es la fibra se soja no transgénica que es suave como la cachemira, más transpirable que el algodón o la seda, y sorprendentemente también es resistente a las bacterias al absorber mejor la humedad de la piel. Su composición es una mezcla de fibra de soja (50%), de algodón orgánico (44%) y de spandex (6%).

Otras empresas en aquel país se centran en el uso del algodón orgánico local como Bazsarózsa ubicada en Nueva York la cual dispone de una apuesta más creativa como argumenta su diseñadora Bázsa: "Estoy interesado en la creación de diseños que celebran la feminidad de forma natural". 

Además, y como prueba del interés por las prendas íntimas ecológica en Estados Unidos, en aquel país existe una tienda virtual Faeries Dance que aglutina en su web una amplia oferta en ropa interior y lencería ecológica no sólo de Estados Unidos sino también de Europa.

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Artículo elaborado por la redacción de terra.org. Imagenes de los fabricantes mencionados.

Modificado
03/05/2018

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