Tierra desincronizada. La subida de las temperaturas afecta los ciclos biológicos estacionales

Un polluelo recién salido del huevo espera hambriento con la boca abierta un padre para que le dé su primera comida. Un azafrán de primavera mira disimuladamente hacia arriba a través de la nieve. Los ríos fluyen rápidamente mientras el hielo se rompe y la nieve se derrite. Los mamíferos soñolientos emergen de la hibernación, y los cantos tempranos de la rana penetran en la noche.

El baile de las especies

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Cómo las comunidades cambiantes de plantas interactuarán con las polinizadoras sigue estando por contestar.

El despertar de la primavera ha proporcionado inspiración a los poetas, los artistas, y los escritores del almanaque. Incluso para un tiempo notoriamente voluble, de sol, de lluvia, y de oscilaciones en las temperaturas, una cierta sabiduría estacional pasada de moda fue bastante consistente para ser transmitida a través de las generaciones. La primera germinación de una flor específica, por ejemplo, tradicionalmente podía señalar cuando encontrar cierto pez recorriendo los ríos, cuando buscar setas, o cuándo plantar los cultivos. Los tiempos de estos acontecimientos estacionales están coordinados en un intrincado baile - un baile infravalorado, quizás, hasta que algo se desfase.

Con una subida de las temperaturas medias globales de 0.5 grados Celsius desde los años 70, el clima cálido de la primavera se está adelantando en las regiones templadas de la Tierra. Varios organismos han respondido a la subida de las temperaturas alterando los tiempos de los acontecimientos claves de su ciclo vital. El problema, sin embargo, es que no todas las especies se están ajustando al mismo ritmo o en la misma dirección, perturbando así la danza que conecta el depredador con la presa, la mariposa y la flor, los peces y el fitoplancton, y el entramado entero de la vida.

Los registros históricos nos muestran claras tendencias
Los tiempos de los acontecimientos biológicos estacionales, conocidos también como fenología, se han seguido en algunos lugares durante siglos. La floración, muy celebrada, del cerezo de Japón se ha registrado cuidadosamente desde antes de 1400. Los árboles no mostraron ninguna tendencia clara en sus períodos de floración hasta principios de siglo 20, cuando comenzaron a florecer antes, con un adelanto marcado desde alrededor de 1950.

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Los investigadores encontraron que la floración de la primavera se ha adelantado un promedio de una semana durante los últimos 150 años. Fotografía: Cerezo

Los registros meticulosos de Henry David Thoreau nos ayudan a calibrar cómo la primavera ha cambiado en Concorde, Massachusetts, desde mediados de 1800s. Comparando sus notas sobre unas 500 especies y subespecies de plantas con informes y  registros actuales, los investigadores encontraron que la floración de la primavera se ha adelantado un promedio de una semana durante los últimos 150 años mientras las temperaturas locales de la primavera han aumentado.

Las variedades de plantas que avanzaron su metabolismo parecen haber prosperado durante estos años, mientras que las otras han disminuido en número. Las variedades dejadas atrás incluyen asteres, mentas, orquídeas, lirios, y violetas. Algunas plantas nativas (EE.UU.) han avanzado su floración dramáticamente: el arándano azul  tres semanas y la oxalis común amarilla un mes. De momento, estas plantas nativas pueden ser la excepción más que la regla; en promedio, las plantas invasoras alóctonas avanzaron su floración 11 días más que las autóctonas. Las invasoras exóticas parecen adaptarse más rápidamente a la subida de las temperaturas, y la preocupación es que podrían competir mejor que algunas plantas nativas, llevándolas a su desaparición.

La agricultura también se ve perjudicada
Primaveras más tempranas y otoños más tardíos significan épocas de crecimiento más largas - mientras las plantas no sucumban a la sorpresa de una ola de frío tardana ni se marchiten en el pico de calor del verano. En Alemania, los albaricoqueros y  melocotoneros ahora florecen más de medio mes antes que en 1961. Los manzanos en el noreste de los Estados Unidos adelantaron su floración ocho días entre 1965 y 2001; los manzanos requieren tiempo frío antes de florecer, e inviernos más calientes se han relacionado con cosechas más pequeñas. El adelantamiento de la floración de primavera ha alargado semanas las estaciones de polen en algunos lugares. Los que sufren de alergia cuidado: esta tendencia es probable que empeore a medida que el planeta se caliente.

Una estación de crecimiento más larga podría beneficiar a algunas cosechas como la remolacha. Para otros alimentos, sin embargo, incluyendo cereales importantes como el centeno, la subida temprana de las temperaturas podría lastimar cosechas, empujando las plantas a dedicar más energía al crecimiento vegetativo que a la producción de las semillas que comemos. La subida de las temperaturas prematura también eleva el riesgo de daño por heladas tardías. En 2007, por ejemplo, un marzo caliente en regiones agrícolas de los EE.UU. hizo llegar antes la primavera, sólo para ser seguida por un frío inusual en abril. El daño a las cosechas, recién germinadas, excedió los 2000 millones de US$.

Interacciones descoordinadas

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Petirrojo americano. Imagen: Ken Thomas

Exactamente cómo estas comunidades cambiantes de plantas interactuarán con las polinizadoras y los herbívoros que pueden o no estar cambiando al mismo paso sigue estando por contestar. Los miembros del reino animal están respondiendo al calentamiento de diferentes maneras. Un pájaro con costumbres tempranas por excelencia, el petirrojo americano, ahora hace a veces su debut primaveral incluso antes. En las Montañas Rocosas del Colorado, donde la migración del petirrojo no es sólo de sur a norte, sino también hacia regiones más elevadas, los pájaros han respondido al calentamiento con sus hábitos de invernada, viajando en verano a sus zonas de reproducción, a gran altitud, dos semanas antes en 2009 comparando con principios de los 80. En algunos años los petirrojos llegan mucho antes que la nieve se haya derretido, haciendo mucho más difícil para este pájaro cazar gusanos.

Para los papamoscas cerrojillos, que crían en los Países Bajos, los tiempos de migración desde sus tierras de invernada en África Occidental no han cambiado, pero la llegada temprana de la primavera ha hecho a los pájaros criar tan pronto como sea posible después de su llegada. Desafortunadamente, la oruga que le sirve de alimento ha podido responder de una manera más fuerte, avanzando su salida al bosque un promedio de 15 días en dos décadas, mientras que los pájaros sólo han avanzado 10 días. En los sitios donde las poblaciones de la oruga todavía llegan a su pico algo tarde, las poblaciones del papamoscas han caído un 10 por ciento, pero donde las orugas han avanzado más su salida, las poblaciones del papamoscas se han desplomado en cerca de un 90 por ciento.

En toda Europa en conjunto, las poblaciones de pájaros que no han avanzado su migración junto con el adelantamiento de la subida de las temperaturas en primavera han disminuido desde 1990. A los migradores de distancias cortas parece irles mejor que a aquellos que viajan largas distancias. Inviernos más suaves han incitado incluso a números crecientes de algunos pájaros, como la barnacla carinegra y la barnacla canadiense, a saltarse la migración juntos. Como las cosechas tempranas, sin embargo, los pájaros que permanecen están en peligro de ser sorprendidos por una ola de frío repentina.

Diferentes respuestas ante la subida de las temperaturas
Como las orugas en los Países Bajos han evidenciado, los insectos de breve duración tienen algunas de las respuestas del ciclo vital más rápidas al calentamiento del planeta. En el centro de Europa, donde casi todos los veranos desde 1980 han sido más calidos que el promedio a largo plazo, la subida de las temperaturas ha permitido a algunas especies de mariposas y de polillas activarse más temprano y añadir una generación adicional al año-algo no visto entre esas especies que están en los registros que datan desde 1850. Si la depredación no aumenta, una explosión de las poblaciones podría estresar demasiado las plantas que las orugas de la mariposa y de la polilla comen.

Los escarabajos de los pinos de montaña de gran altitud en el oeste de Norteamérica presentan un caso similar. En un clima más cálido pueden completar sus ciclos vitales en un año en vez de dos. Los insectos que antes estaban activos durante apenas dos semanas al año ahora se pueden encontrar volando durante hasta seis meses, dejando como estela bosques devastados. Primaveras más tempranas e inviernos más suaves también se relacionan con una incidencia creciente de la encefalitis transmitida por la garrapata y otras enfermedades extendidas por insectos que les van bien las condiciones más cálidas.

liebre americana

Si las liebres no pueden acelerar el cambio de su pelaje serán un blanco fácil para los depredadores.

Además o en vez de reajustar su ciclo vital, algunos organismos han respondido a la subida de las temperaturas cambiando sus áreas geográficas, a menudo hacia los polos o hacia regiones más elevadas. Los cambios en las distribuciones geográficas de pájaros y mariposas, con un promedio de 6 kilómetros por década, ya se han observado, con algunas especies desplazándose más rápidamente. Hay, por supuesto, limitaciones a todas estas adaptaciones. Incluso la especie más móvil sólo puede ganar altitud hasta que se acabe la montaña o solo puede viajar hasta encontrarse con el bloqueo producido por el omnipresente desarrollo humano.

Algunas especies utilizan como indicadores para llevar a cabo su ciclo vital otros factores ambientales diferentes que la temperatura. La liebre americana, por ejemplo, parece depender  de cambios en duración del día para señalarle cuando transformar el color de su pelaje del blanco del invierno al marrón del verano. Mientras que los patrones del día son iguales año tras año, la nieve en el hábitat salvaje de la liebre en Montana ahora se derrite hasta un mes antes. Si las liebres no pueden acelerar el cambio de su pelaje, estarán en apuros: una liebre blanca en la tierra pelada es un blanco notablemente fácil. Y tal como van las liebres, van los linces, que se alimentan casi exclusivamente de ellas.

Juguetear con un sistema increíblemente complejo e interconectado está cargado de riesgos. Estos desajustes son apenas algunos ejemplos de cómo un mundo más caliente es un mundo diferente de cualquiera que hayamos conocido. Todavía es demasiado pronto en este experimento global para decir qué criaturas serán los ganadores y los perdedores del clima, pero los señales indican que los perdedores serán la mayoría. Reducir el calentamiento global disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero es la única manera de evitar el riesgo de desincronizar la naturaleza aún más.

25 de marzo de 2010, Janet Larsen, actualizaciones del Plan B, traducción con permiso de Earth Policy Institute

Modificado
09/02/2017

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