Las guerras del agua



 

 
Las guerras del agua
 
 
 
Las guerras del agua 

Contaminación, privatización y negocio


Vandana Shiva
Icaria editorial
Colección Antrazyt, 200
Barcelona, 2004

 
 
 
Las guerras del agua 

Un recurso cada vez más escaso asediado por los poderosos

 

Cada vez es más evidente que, tras los conflictos bélicos, se ocultan conflictos políticos por los recursos. Se están camuflando guerras en nombre de la religión o la raza que, en realidad, camuflan el control por el poder de un recurso estratégico. El agua es ya un elemento clave en muchas de las guerras. Los enfrentamientos en el Punjab (India), que han provocado más de 15.000 muertos durante la década de los ochenta, son el resultado de disputas por el reparto del agua. La supervivencia de las personas y la democracia dependen de la respuesta que demos al doble fascismo de la globalización: el fascismo económico que destruye los derechos de las personas a los recursos, y el fascismo ecológico que se nutre del desplazamiento, el desposeimiento, la inseguridad económica y los miedos de las personas. La expropiación obligada de recursos de los pueblos es una forma de terrorismo empresarial. Los millones de expulsados en la China y la India, pero también en Canadá o Chile por los proyectos de grandes embalses hidroeléctricos, son las auténticas víctimas de este terrorismo de empresa.

Las guerras del agua supone un paseo por los entresijos del comercio internacional del agua tanto en lo que se refiere a su captación, su almacenamiento o la reordenación para obtener nuevas aplicaciones, como es el caso de la destrucción de los manglares tropicales para ubicar balsas de cría de langostinos o acuicultura en general. En 1998, 28 países padecían escasez de agua y el déficit de este recurso puede afectar ya a más de 500 millones de personas, amén de los que en el futuro serán víctimas de enfermedades causadas por la contaminación del agua dulce.

Vandana Shiva hace un repaso basado en ejemplos reales en diferentes partes del mundo para que no nos quepa duda de que las grandes multinacionales esquilman la naturaleza y los pueblos circundantes cuando se trata de obtener un recurso estratégico. Éste es el caso de la minería, que destruye las cuencas de captación del agua, o de la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos. Sin embargo, para valorar lo que significa el expolio, el libro analiza la llamada democracia ecológica y las tradiciones que las civilizaciones han tejido históricamente para conservar el agua. Tradiciones que las transnacionales actuales rompen sembrando la codicia o directamente usurpándolas. La industria actual opera gracias al derecho de pagar por contaminar. El intercambio de cupos de vertidos o simplemente los impuestos por contaminar atentan contra los principios básicos de los derechos humanos y ambientales. La autora advierte de que la sobreexplotación y contaminación de unos recursos hídricos escasos no son un problema únicamente ligado a las viejas tecnologías industriales, sino que se trata de uno de los componentes ocultos de las nuevas tecnologías. Por ello propone nueve principios que impulsen o apuntalen la democracia del agua.

Huracanes, cambio climático, inundaciones, glaciares que se derriten, manglares arrasados... son algunos ejemplos de las consecuencias de la crisis del agua. Aunque donde la crueldad de la guerra del agua se ceba con especial intensidad es en los grandes embalses proyectados sin respetar ni el entorno ni los pueblos que habitan los ahora valles anegados. Millones de desplazados y de tierras fértiles perdidas porque no administramos correctamente ni el agua ni la energía. Sin ir más lejos, el conflicto del Oriente Medio tiene que ver con las rivalidades por las aguas de los ríos Tigris y Éufrates que atraviesan Turquía, Siria e Irak.

El agua se ha convertido en un recurso estratégico. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional están impulsando la privatización de los servicios de captación, suministro y depuración. Las grandes compañías toman posiciones para controlar este preciado bien imprescindible para la vida. Vandana Shiva no se corta un pelo en denunciar a las empresas y los gobiernos que participan en esta trama. En definitiva, estamos ante un libro revelador que contribuye a expandir la nueva cultura del agua. 



 
Modificado
09/02/2017

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