Angry Inuk

Las focas son uno de los principales símbolos de la lucha por los derechos de los animales, sin embargo, también son el alimento base y un elemento fundamental de la economía de los inuit, la cultura indígena que habita las tundras del norte de Canadá, Alaska y Groenlandia. La tradición ancestral de cazar focas no solo es básica para su alimentación y economía, sino que tiene un rol central en el ámbito social y en la identidad inuit. La ruidosa lucha de las principales organizaciones ecologistas para erradicar la matanza de focas en el mundo ha estrangulado la forma de vida de esta comunidad que, debido a su naturaleza silenciosa, no ha tenido nunca voz en el debate público. Angry Inuk se alza con voz propia narrada por una directora de la propia comunidad inuit.


Los Inuit, mal llamados en occidente esquimales, están entre los pueblos indígenas cuya peculiar cultura está siendo aniquilada. Empezaron a ser acorrolados en los años cincuenta del siglo XX para que abandonaran su sociedad nómada y luego una vez la mayoría estuvieron asentados les cuestionaron sus tradiciones. Incluso filmes hollywodianos como Los dientes del diablo (1960) abordó el tema. Pero la vida de los inuits se vió definitivamente alterada cuando en los años setenta del pasado siglo se cuestionó la caza de focas. La denuncia fue sobretodo contra la caza industrial llevada a cabo por grandes corporaciones canadienses pero también  incidió en la  cacería de focas artesanal al bloquearse comercialmente cualquier producto de la foca. Para este pueblo, la foca es más que un alimento.

Hace décadas que las organizaciones ecologistas obtienen mucho dinero defendiendo a las focas (peluches promocionales incluidos) y sin duda es necesario detener las masacres industriales. La cuota fijada por el Gobierno de Canadá era para el 2017 de unos 250.000 ejemplares, aunque la caza real no llega a un tercio debido al bajo precio de las pieles por la prohibición en comercializar productos de este mamífero marino en EUA y toda los países de la Unión Europea. La caza de crías de la foca de Groenlandia (de piel blanca) y de crías de foca de capucha (de lomo azul) está prohibida por el Gobierno de Canadá desde 1987.

La regulación contra la caza de foca excluye las cazadas  para consumo propio de los indígenas inuits pero a su vez esta normativa les impede vender la artesanía basada en la piel y los huesos de foca que es uno de los recursos para su economía de subsistencia. Irónicamente, las personas que luchan contra la caza de focas están haciendo más difícil la vida de los pueblos del Ártico cuyo medio de vida ha estado ligado a la conservación de su fauna y el medio ambiente en general.

Las prohibiciones comerciales de pieles de foca en todo el mundo a partir de 1983 y actualizada en 2009 especialmente en la Unión Europea para evitar la captura de foca hizo que los precios de todos los productos de la foca se desplomaran y con ellos el medio de vida de los inuits. "Nunca nos hemos recuperado de eso" reconocía la directora de Angry Inuk y añadió que  después de que los Inuit fueran forzados a abandonar su estilo de vida y no pudiendo vender productos de foca la pobreza se cebó en toda la comunidad inuit.   "Los grupos de derechos de los animales y las campañas contra la cacería de focas se llevaron nuestra fuente de ingresos", afirma Alethea Arnaquq-Baril ya que es el único modo de vivir de los pueblos árticos.

Inicialmente, con la película Angry Inuk Alethea Arnaquq-Baril quería centrar su testimonio en la historia de la prohibición y los efectos de la normativa de la UE bloqueando cualquier producto de piel de foca. Pero poco después de iniciar la filmación, la UE aprobó una nueva regulación en 2009, incluso más estricta que la anterior. Así que de repente Arnaquq-Baril se encontró en una tormenta de controversia. El documental sigue en buena parte a algunos inuits intentando denunciar que con esta normativa se les impide disponer de recursos económicos para llevar una vida digna. La realidad es que en las comunidades inuits más norteñas, 7 de de cada 10 niños inuit pasa hambre por la pobreza en la que viven. En definitiva, se nos muestra la realidad vital del pueblo inuit desprovisto de su principal recurso económico y alimenticio. Arnaquq-Baril  no dudó en tomarse un año libre para denunciar la pobreza a su alrededor: "los niños inuit van a la escuela con hambre, siete de cada diez niños inuit van a la escuela con hambre y no está bien" y no puedo callarme.

Inuit enojado (mejor que Inuit enfadado) que es como podríamos traducir su título original Angry Inuk, es una advertencia sobre que la caza artesanal de foca en el norte la cual nada tiene que ver con las matanzas a palos de las crias de foca. Este documental pone su foco, con un cierto sarcasmo, sobre  un problema al que los grupos ecologistas parecen explotar para sus intereses particulares ya que las campañas contra la matanza de focas es muy lucrativa como reconocen testimonios de activistas de estas organizaciones. El documental muestra claramente que grupos como IFAW (International Fund for Animal Welfare) evitan el diálogo con los inuits y con Arnaquq-Baril que trata de tener una conversación. Así, de forma asombrosa se pone de manifiesto como por parte de los animalistas se antepone la cultura ancestral de los inuits al problema de la caza comercial de focas que nada tiene que ver con la que practican los indígenas. Curiosamente, Greenpeace pidió disculpas por no haber atendido las demandas inuits. Sin embargo, ningún grupo animalista lo ha hecho ni  ha querido suscribir, por ejemplo, crear un sello ético para los productos de foco cazados artesanalmente por los inuits.

La película utiliza el elemento de la ira para mostrar la lucha de los pueblos árticos por defender sus tradiciones. Por un lado, Angry Inuk presenta a los Inuit con su conciencia casi mística en el uso de aprovechar cada parte de las focas que cazan, desde sus pieles hasta sus entrañas y también su costumbre de compartir la carne cazada con los habitantes de la comunidad. En el debate sobre la caza de focas está implícito la imposición de una cultura sobre otra que no es más que un nuevo capítulo en  la historia de la domesticación de las comunidades indígenas por parte de la sociedad occidental (y los inuits es una de ellas).

Este documental  nos permite conocer desde más cerca un pueblo único en el planeta Tierra y cuyo modo de vida amenazamos al proteger la icónica imagen del bebé de foca en lugar de permitir por ejemplo la comercialización bajo un sello ético participado por las comunidades indígenas de la zona. A su vez deja entrever que las inmensas riquezas en minerales y combustibles fósiles en el ártico sólo podrán extraerse sin problema si desaparecen los pueblos indígenas inuits. No poder comercializar con productos de la foca les quita una de las pocas posibilidades de subsistencia económica.

Angry Inuk es un documental donde la directora inuit, Alethea Arnaquq-Baril, da por fin a su pueblo la oportunidad de defenderse de los prejuicios culturales que envuelven su estilo de vida y de plantar cara a los grandes grupos ecologistas internacionales que nunca les han querido escuchar frente a frente.

La iniciativa de distribuir este film es de El Documental del Mes durante el mes de septiembre 2017 a través de unas casi cincuenta salas por nuestro país. Está disponible en DVD.

Alethea Arnaquq-Baril, directora y activista
Alethea Arnaquq-Baril es una directora inuit del Ártico canadiense, donde se encuentra su compañía productora, Unikkaat Studios. Su obra gira en torno a la cultura inuit y se centra en reivindicar y mantener dicha cultura. Ha dirigido el premiado documental Tunniit: Retracing the Lines of Inuit Tattoos, el hipnótico corto Inuit High Kick y dos cortometrajes de animación, Lumaajuuq y Sloth. Ha trabajado como productora ejecutiva y ha coproducido el documental Arctic Defenders, de John Walker, y Experimental Eskimos, de Barry Greenwald. Más recientemente, ha dirigido Aviliaq: Entwined como parte del Embargo Project.

Ficha técnica

Cartel del film.

Dirección: Alethea Arnaquq-Baril
Producción: Unikkaat Studios Inc. en coproducción con National Film Board of Canada y asociados a EyeSteelFilm.
Producción ejecutiva: Bob Moore, Daniel Cross, David Christensen
Fotografía: Qajaaq Ellsworth
Edición: Sophie Farkas Bolla
Música: Florencia Di Concilio
Animación: Jonathan Wright
Año: 2016
País: Canadá - Nunavut
Género: Documental
Duración: 85 min
Disponible en DVD por Cameo

Películas relacionadas:

- Atanarjuat, la leyenda del hombre veloz (2001)

- Nanook el esquimal (1922)

- La sombra del lobo (1992)

- Otros pueblos. Canadá primavera esquimal (1993)

Artículo elaborado por la redacción de terra.org. Fotogramas del documental.

Modificado
05/10/2017

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