Sin frenos, una película de acción en bici

Sin frenos (Premium Rush), es una película que relata la historia de Wilee (Joseph Gordon-Levitt), un ágil y agresivo mensajero de bicicleta de Nueva York acostumbrado a esquivar coches a toda velocidad con su bicicleta urbana tipo fixie (de piñón fijo), una bicicleta superligera sin cambios ni frenos. Es un película en la que la protagonista es más bien la bicicleta, y en la que esta se convierte en el atractivo para mostrar no sólo un oficio urbano (el del mensajero en bici) sino de visualizar cómo en medio del caos del tránsito de una megalópolis como Nueva York, la bicicleta es el más ágil de los vehículos.

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Director: David Koepp
Intérpretes: Joseph Gordon-Levitt (Wilee), Michael Shannon (Bobby Monday), Dania Ramirez (Vanessa), Aasif Mandvi (Raj), Jamie Chung  (Nima), Wolé Parks (Manny)
Guión: David Koepp y John Kamps
Productor: Gavin Polone.
Música: David Sardy
Género: Thriller
Duración: 90 minutos
País: EUA
Año: 2012
Distribución: Sony Pictures Releasing de España

La sinopsis es simple: un bici mensajero acostumbrado a arriesgar su vida continuamente, está a punto de enfrentarse a peligros aún mayores cuando le encargan la última entrega del día.  Sin frenos es una película entretenida. Un thriller en el que la camaradería entre los ciclistas urbanos es el alma de la misma. Es por tanto una película optimista en esencia, y aunque el argumento sea simple queda muy bien resuelto. Cine que deja un buen sabor de boca, porque aunque sea una producción más bien modesta es una película con corazón.

Sin frenos se ha estrenado en España en unas pocas salas. Esto es algo que ya forma parte de la política de Sony Pictures con determinadas películas. Habrá que esperar  ahora que por su interés comercial sea publicada en DVD. Esto ya sucedió con el documental  ¿Quien mató el coche eléctrico?. Nunca se proyectó en en salas pero se publicó en DVD. Así que para los amantes de la bicicleta urbana tendrán que esperar a que se publique en DVD.

La protagonista de esta película es sobretodo la bicicleta de piñón fijo, la fixie como se conoce entre los aficionados. Es una bicicleta que va sin frenos, y que para frenarla - debido a que el pedal va sincronizado con el piñón de la rueda trasera - sólo puede hacerse con un golpe de contrapedal, o sea depositando todo el peso del cuerpo sobre los pedales para que estos dejen de avanzar y se claven literalmente. Esta maniobra requiere no sólo de habilidad sino de fuerza muscular.

La fixie (es la abreviatura de "engranaje fijo " o Fixed Gears en inglés, es decir, que la rueda trasera y los pedales están conectados a través de un único engranaje anclado a la rueda trasera. Es la hermana circense de la bicicleta urbana. Una bici con cuadro de carreras (una bicicleta tipicamente masculina, aunque también la usen mujeres), con piñón fijo (sin rueda libre) y con ausencia de frenos. El diseño de esta bicicleta nacido en Estados Unidos no pretende más que reducir la bicicleta a su más pura esencia, sin elementos que mejoren su funcionalidad y con una visión claramente estética. Nada de engranajes, cables, manetas de cambio o freno,  y por supuesto sin guardabarros, luces, timbre, etc. La mínima expresión: un cuadro, dos ruedas, manillar y sillín. Los componentes pues dada la importancia estética son generalmente también muy minimalistas. La fixie es una bicicleta andrógina, de apariencia anoréxica pero que montarla requiere habilidad, fuerza física y sangre fría. Sobre todo cuando se circula por la jungla del asfalto.

La jungla del asfalto convertida en el plató de un artista del pedaleo sobre una ligera bicicleta de piñón fijo.

El paraíso de las fixies son las calles urbanas, el asfalto. Sus seguidores son aficionados a la bicicleta hasta el tuétano de los huesos y sobre la fixie siempre corren peligro de acabar triturados sobre el asfalto. Pero los fixeros son virtuosos del pedal. Para frenar una montura tan ligera hacen falta piernas, habilidad y una buena dosis de sangre fría. Pedaleando con una fixie uno puedo frenar con relativamente facilidad sino anda brioso y si puede preverse con la distancia suficiente. Al tener el piñón fijo, esto exige disminuir el ritmo de pedaleo hasta que se detiene. Pero si debemos realizar una frenada imprevista entonces ya es otro cantar; más de un fixero ha terminado sobre el capó de un coche cuando éste ha frenado súbitamente y no ha podido esquivarlo a tiempo. Para frenar en una fixie hay que bloquear la rueda trasera hasta que ésta derrape. Esto obliga a desplazar el peso del cuerpo hacia la rueda delantera y a su vez a presionar el pedaleo con toda la fuerza que permita el peso corporal, con simplemente las piernas. Una forma de frenar que tiene más de acrobacia que de maniobra segura. Sin frenos - más allá del argumento para que el film sea entretenido-  recrea ésta habilidad sobe los pedales que muchos bici mensajeros cultivan como una "marca" profesional.

El espíritu cooperativo y solidario, la pasión por el deporte son características impresas en el ADN de los amantes de la bicicleta urbana sea esta con piñón fijo o con cambios de marcha.

Pedalear con piñón fijo y en ausencia de frenos permite realizar acrobacias y pedalear marcha atrás, así como realizar todo tipo de equilibrios diversos o girar el manillar 180°. La simplicidad de la fixie se traduce como ventaja en el bajo mantenimiento que exige y la casi ausencia de averías. Las únicas piezas que sufren desgaste son las cubiertas neumáticas a base de los derrapes que hay que practicar sobre el asfalto para frenarla. Hay sin embargo una corriente de fixie que permite el freno delantero y el buje mixto (flip flop): con piñón fijo en un lado y rueda libre en otro. En este caso el usuario decide si quiere darle la vuelta a la rueda para elegir el modo de pedaleo. Para los puristas de la fixie, si se elige el piñón con rueda libre no estamos ante una auténtica fixie. Algunas marcas de bicicleta ya montan fixies, pero lo habitual es que entre los aficionados se busquen los componentes de las mismas para el auto-montaje. El fixero es alguien en cuyo espíritu reside la pasión por el reciclaje de los viejos cuadros de bicicleta. De esos cuadros soldados artesanalmente, como por ejemplo los que realizaba Francisco Cuevas.

Pedalear con una bicicleta fixie requiere de habilidad. Sin un adecuado entrenamiento y forma física el peligro de accidente es alto.  En la película Sin frenos, la fortaleza del protagonista le permite sobreponerse a la embestida de un automóvil.

Las bicicletas fixies presentan pues un componente estético unido a un estilo de vida basada en el reciclaje y en el apego al pedaleo como sistema de movilidad. Nadie puede argumentar que las fixies son seguras como bici urbana además de poco prácticas. El fenómeno fixie en cierta manera bebe de la nostalgia por las viejas bicicletas y de la esperanza por dar brillantez a algo sin uso. En los desplazamientos urbanos estas bicicletas minimalistas encontraron su propio ecosistema, un hábitat que Sin frenos reproduce.  No sólo en la componente acrobática que acompaña a los que pedalean montados en bicicletas fixies, sino que también fotografía la cara humana que caracteriza a los aficionados al piñón fijo: compañerismo, solidaridad, cooperación y deportividad.

Artículo elaborado por el equipo de terra.org. Fotogramas de la película Sin frenos.

Modificado
09/02/2017

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