El mundo hasta ayer

El mundo hasta ayer es el nuevo ensayo del preclaro Jared Diamond que ya sorprendió con sus visiones en sus obras, muy especialmente con Colapso. En esta obra ofrece un retrato fascinante del pasado humano, tal y como ha sido durante decenas de miles de años; un pasado que hoy casi ha desaparecido, y reflexiona sobre las implicaciones que tienen en nuestras vidas las diferencias entre ese pasado y nuestro presente. Un libro provocador, iluminador y ameno, que supondrá una lectura obligada y gozosa. El mundo de ayer no fue borrado y substituido por un nuevo mundo de hoy: gran parte del mundo de ayer sigue con nosotros. Esa es otra razón para querer comprender el mundo del pasado.

Portada del libro publicado por Debate de Random House Mondadori.

Otro autor que apoya tesis parecidas en otra obra brillante es Thom Hartmann en Las últimas horas de la vieja luz del sol. En ambos casos se señala la importancia de conservar el legado de las sociedades indígenas o tradicionales que subsisten en nuestro mundo, ya que son parecidas a las que existieron durante millones de años antes del desarrollo de las sociedades actuales porque nos aportan enseñanzas que pueden ser útiles para nuestra futura supervivencia como especie. Hartmann va más allá y señala que la clave de los problemas actuales es el hecho que hemos olvidado que “toda vida es rotundamente tan sagrada como lo es la vida humana. Incluso aquí es difícil utilizar la palabra “sagrado”, pues da a entender que otras cosas son “no sagradas”. En las culturas viejas no existen estas distinciones. La vida está en el mismo núcleo de toda existencia, lo cual es de una importancia extraordinaria. Aunque las actividades de cazar y matar por alimento forman parte del orden natural, hemos de hacerlo con respeto y gratitud”.

Según Jared Diamond las sociedades tradicionales representan miles de experimentos sobre cómo construir una sociedad humana. Han ideado millares de soluciones a los problemas humanos, soluciones adoptadas por nuestras sociedades descritas por el acrónimo inglés WEIRD (western, educated, instrualizaed, rich and democratic societies). En su obra, insiste en que tal vez podríamos beneficiarnos de adoptar selectivamente algunas de esas prácticas tradicionales, ya que en ciertos aspectos, los seres modernos somos inadaptados. Y las socieades tradicionales no sólo nos sugieren, en muchos aspectos, mejores prácticas vitales, sino que también pueden ayudarnos a apreciar ciertas ventajas de nuestra sociedad que damos por sentadas.

El mundo hasta ayer se estructura en once capítulos agrupados en cinco partes para ilustrar cómo podemos aprovechar de diferentes maneras nuestros conocimientos sobre las sociedades tradicionales, aunque advierte que no se trata de tomar prestadas o adaptar prácticas de una sociedad y trasladarlas a otra, sino de ahondar entre las diferencias que existen entre las sociedades tradicionales y la actual para arrojar luz sobre las posibles soluciones. La primera parte explica cómo se dividen el espacio las sociedades tradicionales, en la segunda se adentra en la temática de la resolución de conflictos. La tercera parte aborda las ideas relacionadas con el ciclo humano contraponiendo la infancia y la vejez. La cuarte parte contiene dos capítulos sobre los peligros y nuestras respuestas y, finalmente, la quinta parte comprende tres capítulos sobre temas cruciales para la vida humana que en tiempos modernos están cambiando con rapidez: la religión, la diversidad lingüística y la salud.

Para poner un ejemplo de cómo aborda Jared Diamond los temas de su libro, nos ha parecido interesante plantear la visión sobre cómo la gente afronta los riesgos. En el mundo occidental, por sistema, se subestiman los riesgos de aquello que parece estar bajo nuestro control, pero que mata individualmente y no a grupos de personas. Por este motivo, las encuestas señalan que los estadounidenses ven como principales peligros potenciales los terroristas (en primer lugar), los accidentes de avión y las catástrofes nucleares. En cambio, no consideran como riesgos importantes los accidentes de coche o el peligro para la salud del alcohol y el tabaco. Todos éstos, anualmente, matan a muchas más personas individualmente que todo el terrorismo mundial en décadas. La cuestión en juego es que nos resistimos a permitir que los demás nos hagan cosas que nosotros nos hacemos a nosotros mismos alegremente. Sin embargo, el peligro nuclear constituye un riesgo que puede poner en jaque a un pueblo entero, -por ejemplo, el caso inconcluso de la central de Fukushima, que día a día va tomando nuevos tintes de catástrofe global. Sin duda, hay que reconocer que todas las sociedades humanas afrontan peligros, aunque los distintos tipos de riesgos que acechan a las personas varían según su ubicación geográfica y su estilo de vida. El autor afirma que se preocupa por los coches y por las escaleras, mientras que sus amigos de Nueva Guinea lo hacen por los cocodrilos, los ciclones y los enemigos. De ahí surge la pregunta ¿podemos aprender a plantearnos los peligros de una forma más realista?

La convivencia entre las sociedades industrializadas y las tradicionales cada vez es más cruenta. Foto Greenpeace.

Sea como sea, en todos los temas que aborda El mundo hasta ayer  el lector puede acercarse a su contenido valorando a las sociedades tradicionales de dos maneras sesgadas: como salvajes, bárbaros que deberían ser exterminados, barridos de la faz de la Tierra o, en el extremo opuesto, prevalece la idea de que los pueblos tradicionales son “ecologistas”, que viven en armonía con su entorno, son amables y pacíficos. Ambas visiones extremas son falsas. El libro es un paseo por una visión más equilibrada para que no se mitifique, pero tampoco se estigmatice. Existen razones por las que la gente hace lo que hace, ya viva en sociedades tradicionales o en una metrópolis cosmopolita. Jared Diamond nos deleita con sus observaciones y vivencias con los pueblos tradicionales y saca conclusiones objetivas.

Otro capítulo que resulta interesante es el onceavo dedicado a la salud con el título "Sal, azúcar, grasa y pereza" donde analiza las enfermedades ligadas a la alimentación y al estilo de vida, muchas de ellas una verdadera pandemia en el mundo occidental  (hipertensión, diabetes, etc.). El mundo de ayer ha determinado nuestros genes, nuestras cultura y nuestro comportamiento. El estudio del mundo de ayer que todavía existe entre nosotros, nos enseña a mostrarnos agradecidos por nuestras sociedades y que podamos aprender o adoptar las características que admiramos del mundo de ayer. Sin embargo, en cualquier decisión sobre el estilo de vida de una sociedad se requiere una mezcla de decisiones individuales y decisiones colectivas. En este sentido, Jared Diamond aporta también en su libro una batería de las pequeñas cosas que podemos hacer, a la vez que nos insta a reflexionar sobre nuestras vidas en la actualidad. Y esa reflexión al final del libro pone el broche de oro a la genialidad de toda la obra.

Trailer del film Jay&John Wayne A Downwinders Story.  Una impresionante película que aborda como nuestra sociedad en los años cincuenta tomó la energía nuclear a modo de juego y como una ventaja armamentística, sin valorar los riesgos para las futuras generaciones. La guerra es uno de los aspectos tratados en el libro de El mundo hasta ayer de Jared Diamond.

Según Jared Diamond, este libro probablemente ya no se pueda escribir dentro de 50 años. El mundo hasta ayer es una extensa y bien documentada recopilación de un sinfín de observaciones actuales sobre las sociedades tradicionales y los pueblos indígenas que están cambiando a una velocidad sin parangón. Hoy en día, practicamente todas las sociedades tradicionales, salvo unas pocas tribus en zonas remotas de Nueva Guinea y la Amazonía, están en contacto con el consumismo, y están cambiando. Están adoptando los estándares de vida de la civilización occidental o aspirando a ellos.

Finalmente, la esperanza del autor es que las sociedades tradicionales no desaparerán y, en este sentido, señala el caso de Japón. Señala que los japoneses están en contacto con el mundo occidental desde 1855 y que, en poco más de un siglo, se han industrializado como el que más y cuenta con un sistema político, educativo y social moderno. Más allá de su obvia "occidentalización", su sociedad sigue hablando japonés, siguen escribiendo en kanji y siguen siendo un pueblo muy distinto. Ésta es su esperanza: que sigan subsistiendo muchos pueblos tradicionales, que hablen sus lenguas nativas y que, precisamente en su lenguaje, se conserven sus formas de vida tradicionales, de las cuales nosotros podamos seguir aprendiendo. Al fin y al cabo las sociedades indígenas son como la biodiversidad en la naturaleza: nuestro mejor salvoconducto para afrontar las crisis socioeconómica, ambiental y cultural.

 

Artículo elaborado por el equipo de terra.org con los contenidos del libro.

Canviat
09/02/2017

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