Picobike, historia de una bici plegable

Algunos de los ingenios de este último medio siglo han nacido en un lugar tan cotidiano como un garaje o la galería de un piso. En una pequeña galería de un piso del ensanche barcelonés, Francisco Guitart Camps (1942-2012), fraguó una insólita bicicleta plegable. Después de estar varios años como proyecto en 3D en la pantalla de un ordenador, pasó a convertirse en unos prototipos merced a la colaboración entre el propio diseñador, la tienda de bicis Espaibici y la Fundación Tierra.

La Pikobike en un parking de la ciudad Alemana de Burghausen después mientras realizaba un recorrido por aquel país.

El relato que sigue a continuación es fruto de la emoción de haber pedaleado con los prototipos de una bicicleta plegable diseñada en Barcelona y que, quizás, evolucione en un futuro para convertirse en un modelo accesible.

Barcelona es la ciudad del mundo en la que más bicicletas plegables circulan. No es extraño pues, que en la misma se hayan diseñado dos modelos de bicicletas plegables. Lo sorprendente es que ninguno de estos dos diseños locales, a pesar de tener genialidades, no ha triunfado en el mercado. Las razones pueden ser diversas. En cualquier caso, la falta de orgullo de las instituciones públicas y un tejido empresarial incapaz de ensalzar el ingenio de sus ciudadanos, tampoco han contribuido a que tengamos bicicletas plegables de calidad made in Barcelona. Todavía.

 

Bicicletas plegables made in Barcelona

La primera bicicleta de este relato diseñada en Barcelona que apareció en una serie limitada fue la Morabike, aunque ésta se diseñó posteriormente. Su diseñador, Josep Mora, se implicó en la fabricación de unas decenas de ejemplares que se pusieron a la venta. La primera serie comercial de Morabike, -a nosotros nos gustaba más Molabike y así se lo sugerimos, ¡pero no cuajó!-, lamentablemente tenía aspectos que debían ser mejorados para que fuera robusta y fiable. Finalmente, no se siguió invirtiendo. El uso de la patente de su ingenioso plegado fue adquirido por el fabricante Monty, que no dió continuidad a su desarrollo. De momento, su producción está parada, pero ahí está.

La segunda bicicleta plegable diseñada en Barcelona, nació primero en la mente de Francisco Guitart, pero se fabricaron sólo 3 prototipos que se terminaron finalmente en el 2011. Para este ingeniero, conocido por sus habilidades en el diseño industrial, no era la primera bicicleta que diseñaba. La bicicleta había sido una de sus aficiones. Hacia los años noventa se estrenó con una particular mini-bicicleta plegable pensada como complemento para los amantes del camping, o para personas que requerían desplazamientos cortos y disponían de poco espacio en su casa. La llamó Zerobike y, aunque tuvo una vida corta (incluso se publicitó en alguna revista nacional), se fabricaron unas miles. En nuestro país no triunfó, pero sí lo hizo en Japón.

 
La Picobike de Paco

A principios del 2000, Francisco Guitart se entusiasmó con la idea de una bicicleta urbana de rueda mayor, al estilo de las bicicletas plegables más convencionales de rueda de 16 o 20 pulgadas. Su reto era que el plegado tuviera el tamaño de una maleta de cabina de avión. Como buen ingeniero y experto en diseño industrial, su bicicleta plegable tenía la forma de unos “render” en una pantalla. Pero su invención dejaba a uno con la boca abierta. Sin éxito, buscó fabricantes que se interesaran por desarrollarla como bicicleta plegable comercial made in Barcelona.

Pedaleando con el prototipo de la Picobike.

En 2005, Fundación Tierra, a través de la tienda de bicicleta urbana barcelonesa Espaibici tuvimos acceso a visualizar el diseño de la bicicleta plegable de Paco Guitart. A partir de este momento en la entidad nos interesamos por los avances que podía tener. Así conseguimos que el diseño de la bicicleta plegable de Paco Guitart fuera vista por expertos de diferentes empresas fabricantes de bicicletas. Una de estas empresas, española, manifestó que la idea de una plegable como la que les mostraba les superaba. Nos resultó insólito que no percibieran el interés de disponer de un modelo de bicicleta plegable que podía competir con las existentes en el mercado. Mientras, Paco siguió mejorando su diseño.

 

De la pantalla de ProEngineer a bicicleta de tubos y ruedas

A mediados del 2009, en Fundación Tierra tuvimos acceso a una financiación que nos permitía destinar unos recursos económicos para que aquellos dibujos en el ordenador de Paco pudieran salir del plano digital. Los planos milimétricos elaborados con el software de ProEngineer (este software le había costado como unos 15.000 euros) permitían pasar al plano material sin lugar a error. Esto animó a formar una unión temporal estratégica entre Paco Guitart, Espaibici y la propia Fundación Tierra. El primer paso fue buscar un taller metalúrgico que pudiera realizar las piezas del cuadro, para luego poder montar prototipos de la bicicleta plegable Picobike, -nombre con la que se la bautizó en aquel momento.

Render de la Picobike en la que se muestra su ingenioso plegado que con rueda de 20 pulgadas cabe en una maleta.

El trabajo no fue fácil porque requirió de adaptaciones sobre la marcha, como bien sabe cualquier diseñador que pase del papel a las 3 dimensiones reales. A pesar de la precisión digital de los planos, hay soluciones que en el plano material demandan de ajustes improvisados. El proceso no fue sencillo pero a finales del 2011 se consiguieron montar finalmente 3 cuadros enteros de la Picobike. Éstos pasaron a la siguiente fase, en la que el taller de bicicletas de Espaibici montaría los componentes para que el cuadro de la bicicleta plegable fuera operativa.

 

Joshua Hon, presidente de TERN Bikes a la derecha, junto a Jordi Miralles de Fundación Tierra en el centro y el ingeniero jefe de Tern Bikes, examinando la Pikobike en Eurobike 2012.

El prototipo sorprende pero…

Dos de estos prototipos empezaron a ser probados para valorar qué aspectos deberían mejorarse respecto al diseño original. La Picobike funcionaba adecuadamente, pero había algunos aspectos que, en caso de fabricarse en serie, debían ser modificados. Lamentablemente, los recursos económicos que podía aportar la Fundación Tierra en esos momentos no permitían dar continuidad a un segundo prototipo mejorado. Sin embargo, los prototipos iniciales permitían que se pudiera valorar la continuidad del proyecto para cualquier interesado que podía tocar y probar el "producto".  Para ello, en julio 2012 se acordó con Francisco Guitart y los responsables de Espaibici mostrar uno de estos prototipos a diferentes fabricantes de bicicletas en la feria Eurobike. De entre los fabricantes, se escogió la empresa de bicicletas plegables de Joshua Hon, Tern y otra marca que había manifestado tener interés en disponer de un modelo de bici plegable, -Canondale. Se les mostraron los prototipos, advirtiéndoles que no disponíamos de protección legal alguna y que era un acto de confianza que se les hacía por parte de una ONG como Fundación Tierra, y que esperábamos que esta confianza fuera respetada.

En Eurobike 2012 no conseguimos un compromiso firme de ninguno de los fabricantes para dar continuidad a un proyecto que, además de unos buenos planos, disponía de dos prototipos operativos para ser valorados a fondo. Nuestras Picobike, sin embargo, sí que fueron valoradas como ingeniosas y que podían tener futuro, pero sin ningún compromiso más firme para avanzar. Hasta que la historia de la Picobike sufrió un revés importante con el deceso prematuro de Paco Guitart.

 

Ojalá tenga futuro

La Picobike de Francisco Guitart añadía algunas prestaciones muy interesantes, tales como un plegado dinámico. Su diseño de bicicleta plegable con rueda de 16 pulgadas conseguía plegarse en menos espacio y era más liviana que una Brompton. Con esta ilusión, tanto Espaibici, como el propio Paco Guitart y la Fundación Tierra unieron sus sinergias para que aquel sueño pudiera rodar. Y rodó, pero también voló. Aparte de recorrer centenares de kilómetros por las calles de Barcelona, la Picobike sumó otros casi 300 km por carreteras alemanas antes de ser mostrada a los ingenieros responsables de esto fabricantes de bicicletas.

Después de probar los prototipos, todos creíamos que había que poner algo más de inversión para terminar algunos detalles de su desarrollo e introducir mejoras que, aunque fueran detalles, resultan claves cuando se quiere comercializar un producto.

Lo fantástico de la historia de la Picobike, termine como termine, es que nos muestra que el diseño industrial en Barcelona sigue contando con una fuerza digna de ser reconocida, aunque no siempre reciba el apoyo que se merece. Actualmente, los prototipos están en manos del hijo de Francisco Guitart, Daniel Guitart, quien quizás en algún momento valore dar continuidad al proyecto como heredero de las ideas de su padre.

Espaibici, la Fundación Tierra y Paco nunca firmamos ningún acuerdo de colaboración por si el proyecto triunfaba. Todos teníamos claro que trabajábamos desde la amistad y el respeto mutuo por convertir aquella imagen plana del ordenador en una “escultura” móvil. A la Picobike le quedan muchas mejoras para ser una bicicleta plegable comercial, pero quizás algún día se pueda pedalear por las calles de la ciudad que la vio nacer.

La Fundación Tierra, con este relato, quería dejar constancia de su participación en un pequeño sueño ciclista que no hemos querido que quedase sin voz. Además, sentíamos el deber de homenajear el entusiasmo por la movilidad sostenible de Paco Guitart al diseñar la Picobike.

Gracias Paco por contribuir con tus ideas a un mundo mejor.  

 

Paco Guitart, un ingeniero cuyo trabajo a favor de la bicicleta urbana está ya en nuestra memoria.

Breve reseña biográfica

Francisco Guitart Camps (1942-2012), nacido en Barcelona el 4 de julio de 1942, fue ingeniero de profesión y de vocación. Pasó una feliz infancia en Bellavista, población situada a pocos kilómetros de Valls (Tarragona). Estudió en los colegios Jesuitas y Virtelia; en este último, perteneciendo a la asociación de Scouts, demostró ya sus habilidades constructivas que más tarde desembocarían en la afición por el aeromodelismo.

A los 17 años montó una fábrica de carenados para motos, “Zippo”, y trabajó con las principales firmas del momento. Seguidamente se dedicó por completo a su mayor afición: el automovilismo, participando en la construcción de coches de Fórmula 1430 y, más tarde, participando en el campeonato europeo de Fórmula 3. Fue el diseñador del automóvil concepto “Campeador” y creador de su carrocería. Ya retirado del mundo del automovilismo, se dedicó al diseño industrial como freelance, diseñando material eléctrico (Sistema 47 de Eunea) y más tarde juguetería. Se asentó en Pamplona donde conoció a su mujer Milagros Pagola y tuvo a su único hijo, Daniel. Volvió a Barcelona para seguir ejerciendo como autónomo del diseño y se embarcó en proyectos de diseño y patentes. Realizó el proyecto de bicicleta minimalista Zerobike (se presentaba en España en 2003) y poco más tarde comenzó el proyecto de diseño de la bicicleta plegable Picobike (la protagonista de este artículo) que contó con el asesoramiento de Miguel Santalices de Espaibici.

El 23 de diciembre 2012 falleció. Su muerte fue un duro golpe para todas las personas que lo querían. Sabía de su enfermedad y lo había visto personalmente en julio 2012 con un aspecto físico relativamente bueno, siempre albergué la esperanza. Pero, la salud es un bien gozoso a nuestro favor hasta que la enfermedad toma las riendas de nuestra vida y, a veces, lo hace de forma pertinaz y a gran velocidad para sacarnos de la Vida.

Relatando este proyecto, queríamos honrar la memoria e ingenio de Paco Guitart en una web donde recopilamos mucha información sobre el mundo de la bicicleta como vehículo para la sostenibilidad.

Canviat
09/02/2017

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