Mitos solares que hay que combatir

Los científicos nos ilustran de que la Tierra recibe cada hora suficiente energía solar  para alimentar a toda la sociedad durante un año entero. Esta energía recibida tan solo hay que captarla y transformarla adecuadamente. A pesar de este enorme potencial energético seguimos mirando hacia el poder de los combustibles fósiles y nucleares que están contaminando todo el planeta y amenazando nuestra civilización.

Sobre la energía solar todavía se siguen soltando viejos tópicos algunos de los cuales se podían aplicar a sus inicios, pero no con el desarrollo que ha alcanzado la captación de la radiació solar en la actualidad.  La energía solar es efectiva y su implantación casi cuesta igual que producirla con energía sucia. No es extraño que haya campañas como "saca el dinero del banco y ponlo en el tejado", en clara alusión que mientras hay sol, la electricidad limpia que generemos no es más cara y puede compararse con la electricidad de las grandes centrales energéticas actuales.  

Muchas de las opiniones y argumentos en contra de la energía solar se basan en información obsoleta o incorrecta. Aquí detallamos algunos de los mitos más comunes que todavía persisten sobre la energía solar y que deben desterrarse de nuestro imaginario.

1. Mito: La energía solar es demasiado cara y no es económicamente viable para la mayoría de la gente.
La realidad: Esta afirmación fue posible hasta finales de los años ochenta. Desde entonces el coste medio de paneles solares no ha parado de decrecer. Cayó un 75 por ciento entre 2009 y 2014, y algunos analistas predicen que todavía se reducirá un 25 por ciento más hasta el 2018. El resultado es que en muchas regiones de todo el mundo, la electricidad generada con energía solar es igual de barata - o incluso más - que la electricidad generada a partir de carbón, petróleo o gas natural.

Que esto es así lo avalan los datos estadísticos sobre la potencia solar instalada en los últimos años en todo el mundo la cual ya representa más del 20 por ciento de la generación de la electricidad mundial. Donde más se utiliza la energía solar es para usos domésticos, escuelas, comunidades de vecinos. Todas las instalaciones fotovoltaicas contribuyen a cambiar el modelo energético y además a sus propietarios les convierte en partícipes reales que combaten las emisiones de carbono que amenazan con el letal cambio climático actual.

Pérgola fotovoltaica en un entorno urbano (Vallbona, Barcelona).

2. Mito: El dióxido de carbono no es la causa principal del calentamiento global. ¿Qué pasa con las irregularidades climáticas?
La realidad: Hay un consenso del 99 por ciento de los científicos que el cambio en el clima es producto de  las actividades humanas ya que las irregularidades cíclicas no son tan virulentas. Los científicos saben nuestro clima está cambiando, sobre todo debido al incremento de la proporción de dióxido de carbono en la atmósfera que ya ha alcanzado niveles peligrosos  (400 ppm), cuando los científicos afirman que no deberíamos haber superado las 350 ppm (la proproción que había a finales de los años sesenta).

La quema de combustibles sucios como el petróleo, gas natural y carbón también está incidiendo en la radiación que nos llega del sol  y conocida como oscurecimiento global. Sólo la obcecación puede no dejarnos ver que la contaminación de dióxido de carbono acumulada en la atmósfera por parte de la actividad humana es la principal causa del calentamiento global que estamos experimentando ahora.

3. Mito: El cambio climático hay que afrontarlo con el carbón limpio.¿Por qué invertir en energía solar cuando tenemos carbón limpio?
La realidad: El carbón por definición no puede ser limpio pues cuando se quema emite dióxido de carbono y otros gases. El llamado "carbón limpio" es una falsa solución. El carbón es un combustible sucio, no importa en qué ángulo se mire. Además, el proceso de la minería del carbón también está asociada a una elevada contaminación del entorno donde se ubican.  La quema de carbón y los gases que se desprenden de este en las centrales eléctricas térmicas y, en general, de vehículos e industrias químicas es perjudicial para la salud humana.

4. Mito: La energía solar no vale la pena, ya que no funciona si el cielo está nublado
La realidad: La energía solar funciona incluso en lugares fríos o nublados si la climatología local permite. No hay que olvidar que a lo largo de un día pueden circular nubes que corten la captación fotovoltaica, sin embargo, hay muchas horas de sol a lo largo del año. Incluso en lugares tan inhóspitos como la Antártida hay horas de luz que permiten ahorrar energía de otras fuentes menos limpias.

Aplicación de la captación solar fotovoltaica en una población de Alemania.

La captación de fotones por parte de las células de silicio es muy eficaz. En los paneles comunes se llega a una eficiencia de hasta el 14 % transformando la luz del sol (fotones) en electricidad.  Es cierto que cuando está nublado no funcionan, pero en la mayor parte del planeta hay suficientes horas de sol para que como mínimo la solar fotovoltaica y termosolar aporten hasta un 60 % del consumo energético de media. Alemania, por ejemplo, es un país que no es particularmente soleado, pero sin embargo es el líder mundial en la implantación de la energía solar.

5. Mito: Los paneles solares no son fiables
La realidad: La afirmación contraria es la cierta. La mayoría de los paneles solares se han fabricado para que conviertan la luz solar en electricidad durante más de 20 años (manteniendo hasta un 85 % en su rendimiento). No tienen partes móviles que se desgasten por lo que los convierte en una tecnología muy robusta. De hecho, muchos de los primeros sistemas solares instalados hace 40 años siguen en activo en la actualidad, lo único que con menor capacidad de transformación energética. Ciertamente, la electrónica que transforma el voltaje de corriente continua en la corriente alterna que usamos a diario tiene un desgaste, pero es un componente relativamente barato en el conjunto de la instalación.

Portada del último libro de Hermann Scheer.

El uso de la energía solar diversifica nuestras fuentes de energía, por lo que toda la red eléctrica que dispone de energía fotovoltaica se estabiliza y es más confiable. Actualmente la combinación de la energía solar fotovoltaica con sistemas de almacenamiento ya permite que un hogar pueda ser independiente respecto a la red eléctrica convencional. La lástima es que todas las inversiones en investigación energética van a los combustibles fósiles y la fusión nuclear (el llamado proyecto ITER), el gran espejismo que nos ponen los oligopolios para que no miremos hacia el futuro renovable.

Si apagamos el interruptor a la luz sucia e instalamos y contratamos electricidad de fuentes renovables podemos ahorrar miles de millones de euros. Los costes de mitigación y adaptación al cambio climático van a ser mucho más altos que invertir en renovables, la mejor opción disponible para luchar contra el cambio climático.  También  los gastos de asistencia sanitaria y los daños causados por el clima extremo que ya estamos padeciendo disminuirían.

Si quieres profundizar en el tema, te recomendamos la lectura de El imperativa energÉtico, un libro que no te desengañará, porque cuenta las verdades ocultas que impiden que la energía solar avance realmente en el planeta.

Artículo elaborado por la redacción de terra.org. Fotos: Fundación Tierra.

Canviat
09/02/2017

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