350.org, un movimiento global contra el cambio climático




350.org, un movimiento global contra el cambio climático
Marzo de 2008 - Elaborado con información de 350.org

Un movimiento social con un número por respuesta. Argumentan que es el número más importante del planeta. Volver a la concentración de las 350 partes por millón de dióxido de carbono en la atmósfera es asumir el estilo de vida que teníamos a principios de los años ochenta. Hoy ya hemos superado las 383 ppm y siguen subiendo. Estamos en riesgo de causar un daño irreversible al planeta o, mejor dicho, de alterar las condiciones climáticas para que la civilización humana tal como la conocemos no pueda sobrevivir. 350.org invita a acciones individuales y colectivas como medida de presión mientras se negocia un nuevo acuerdo internacional sobre el calentamiento global.



Bill Mckibben, impulsor de 350.org


350.org no es sólo un número, es la imagen de un posible escenario global para que nuestro planeta salga de la zona de riesgo climático en la que se encuentra en la actualidad.


Una de las iniciativas promovidas por 350.org es visualizar este número en todas partes, pero también adoptar acciones personales y comunitarias para reducir nuestra huella de carbono.


El 24 de octubre de 2009, día internacional de acción contra el cambio climático.





El calentamiento global es consecuencia de la emisión de los llamados gases de efecto invernadero en la atmósfera y los científicos ya han confirmado que son debidos a las actividades diarias que llevamos a cabo, a consumir de forma desmesurada, a transportar mercancías de una punta a la otra del planeta, pero también a los pequeños gestos cotidianos tales como encender la luz, cocinar, utilizar la calefacción o el aire acondicionado en nuestras casas. La mayor parte de la actividad humana, desde hace más de un siglo, depende de fuentes de energía como el carbón y el petróleo, que emiten dióxido de carbono y otros gases que atrapan el calor.

La imparable escalada de gases de efecto invernadero
Desde la llamada revolución industrial, la concentración de dióxido de carbono a la atmósfera no ha parado de incrementarse. Las primeras lecturas fiables son de finales de los años 50, cuando la concentración ya era de 315 ppm (partes por millón). Alcanzamos las 350 ppm a mediados de los años ochenta. Hoy, a finales del 2007 ya estaba en más de 383 ppm. La concentración de CO2 condiciona la temperatura planetaria. A mayor concentración de CO2, más se incrementa también la temperatura global. En los últimos 100 años ya lo ha hecho en casi 1 ºC. Sólo unos grados de temperatura pueden cambiar completamente el mundo tal y como lo conocemos y poner en peligro las vidas de millones de personas.

El símbolo de los 350 ppm
Regresar a un mundo con menos CO2 no es nada fácil. Pero exige tomar una determinación, como cuando uno va al médico y se entera de que tiene sobrepeso o el colesterol alto. Esta persona no muere inmediatamente, pero hasta que cambie su estilo de vida y vuelva a situarse en la zona segura, corre más riesgo de sufrir un infarto o una apoplejía. El planeta Tierra ha sido sometido a un estrés de dióxido de carbono que nos sitúa en la zona de riesgo, porque hemos emitido demasiado carbono a la atmósfera y ya estamos comenzando a ver indicios de graves problemas, tales como masas de hielo que se derriten o la rápida propagación de la sequía. Tenemos que luchar por volver a la zona segura lo antes posible.

Para reducir las emisiones de carbono se aprobó el Protocolo de Kyoto el 11 de diciembre de 1997, aunque no entró en vigor hasta el 16 de febrero del 2005. Aunque es un acuerdo a nivel internacional, es muy insuficiente, pues apenas compromete a una reducción del 5 %. Científicos acreditados advierten que volver a una situación segura exige una reducción del 90 % de la emisión de gases con efecto invernadero. Por este motivo se precisa de un NUEVO acuerdo internacional para reducir rápidamente las emisiones de carbono. Las Naciones Unidas están elaborando un tratado que debería terminarse en diciembre de 2009 en una conferencia en Copenhague, Dinamarca. Sin embargo, los planes actuales en relación al tratado no son lo suficientemente contundentes como para devolvernos a la zona segura. Este tratado debe establecer un precio para el carbono que sea lo suficientemente alto como para que dejemos de utilizarlo con tanta frecuencia. Además, debe asegurar que los países pobres tengan posibilidades de desarrollarse.

No es un reto sencillo, pero por ello hay que marcarse objetivos. Volver a la zona de 350 ppm en la concentración de dióxido de carbono a la atmósfera significa transformar el mundo. Significa construir paneles solares en lugar de centrales térmicas que quemen carbón o gas natural, plantar árboles en lugar de talar bosques tropicales, incrementar la eficiencia energética, disminuir nuestro consumo y asumir un estilo de vida más austero, frugal y sencillo. Por lo tanto, llegar a 350 significa desarrollar miles de soluciones diferentes, las cuales serán mucho más fáciles de alcanzar con un tratado que impulse las energías renovables, la bioeconomía y los valores sociales basados en la igualdad y la justicia.

¿Porqué 350 ppm y no más o menos?
El Dr. James Hansen, de la NASA (la Agencia Espacial de los Estados Unidos), pionero en la investigación sobre el calentamiento global (fue la primera persona en declarar ante el Congreso de los Estados Unidos en 1988 que el calentamiento global era real) ha demostrado con sus modelos de simulación climática que un planeta sin riesgo de calentamiento global se sitúa en la zona de los 350 ppm de CO2.  Él y sus colegas han utilizado la observación del mundo real, la simulación por ordenador y la gran cantidad de información existente sobre climas ancestrales para calcular qué cantidad de carbono es peligrosa para la atmósfera. No podemos olvidar que actualmente los Estados Unidos han estado produciendo más CO2 que ningún otro país y, además, están a la cabeza del mundo industrializado en términos de emisiones per cápita. Sin embargo, China e India y muchos otros países, incluido España, no cesan en aumentar su cuota de CO2. El Carbon Budget Project ha advertido que estamos sobre el punto de inflexión del crecimiento logarítmico, como lo demuestra que el porcentaje de la concentración de carbono en la atmósfera se está duplicando. Posiblemente ya sea demasiado tarde, por la inercia del sistema, pero tampoco tenemos esta certeza. Hoy acumulamos simulaciones informáticas que suponen que con 350 ppm de CO2, el riesgo climático por causa humana es mínimo y en todo caso es una forma optimista de enfocar el necesario cambio de reducir las emisiones de efecto invernadero en un 90 %. Los países industrializados tenemos que utilizar la riqueza que hemos obtenido al emitir carbono a la atmósfera durante décadas para emplearla en crear nuevos desarrollos limpios y transferirlos a los países en desarrollo. 

Un número pero también un mensaje
El objetivo 350 ppm es un número y, por tanto, de comprensión universal. Pero no es sólo un número, ya que va acompañado de un mensaje, de información para nada aburrida. 350 nos dice lo que tenemos que hacer, adoptar medidas concretas que reduzcan las emisiones de gases con efecto invernadero. Nos indica el camino para lograr un mundo muy diferente, un mundo que evolucione sin ser esclavo del combustible fósil barato utilizado en el pasado, para adoptar una tecnología más razonable inspirada en la naturaleza, comunidades más interrelacionadas y una sociedad internacional más justa.

Ciertamente, el movimiento 350.org es un lema que ha sido adoptado por muchas organizaciones y personas implicadas en la lucha contra el cambio climático. 350.org pretende, pues, ser un foco de atención sobre el trabajo que están haciendo las organizaciones ya existentes, destacando las iniciativas locales para llamar a la acción, un llamamiento internacional, científico y específico. Se trata de una campaña internacional para unir al mundo en torno a este número y Bill McKibben y el equipo de 350.org pretenden que se convierta en una presión sobre los líderes mundiales que están negociando un nuevo tratado internacional sobre el cambio climático, que debe firmarse en Copenhague (Dinamarca) a finales de 2009. Por este motivo proponen elevar el número 350 a cada comunidad a través del arte, la música, la educación, las manifestaciones políticas, las iniciativas ciudadanas y cualquier otro medio. La misión de 350.org es interconectar las acciones que se están llevando a cabo en todo el mundo, unas más audaces, otras más intimistas. Al final debemos impulsar que todas ellas se conviertan en mucho más que la suma de sus partes, por eso se requiere de la participación global. Al fin y al cabo, en la lucha contra el cambio climático nos jugamos como especie el futuro.









Canviat
09/02/2017

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