Huertos Urbanos en Acción
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El Taller de Huerto Urbano y Ecológico puede tener lugar en casales y equipamientos para adultos y mayores.

Los mayores no paran. Viajan y bailan; se ven con los amigos y amigas; cuidan de los nietos y de sus parejas; aprenden de todo... y cultivan.

Desde el año pasado, las terrazas de algunos centros municipales para gente mayor de la ciudad de Barcelona se ven más verdes. Se realizan en ellos talleres de huerto urbano y jardinería ecológica en los que los participantes aprenden a hacer crecer todo tipo de plantas comestibles, aromáticas y ornamentales, con métodos ecológicos. Se usan mesas de cultivo elevadas, que permiten cultivar sin necesidad de disponer de suelo y que resultan de lo más cómodas, puesto que evitan la obligación de agacharse para manipular la tierra o las plantas. Independientemente de que dispongan de un terreno, del tiempo o de la salud necesarios para cultivar, el taller les permite obtener su propia cosecha urbana de hortalizas y plantas preferidas, con una dedicación moderada.

Huertos en acción para una vida más sana y activa

Con el creciente envejecimiento de la población y las problemáticas sociales existentes en el colectivo de los más mayores (desde la soledad y el aislamiento en el propio hogar, a las deficiencias alimenticias o el sedentarismo, que a su vez agravan los problemas de salud) los objetivos de la puesta marcha de una actividad como los Talleres de Huerto Urbano y Ecológico son claros: promover una vida más saludable y un ocio activo, fomentar una alimentación beneficiosa para nosotros y para el planeta, y vivir la ecología práctica.

La actividad manual, el ejercicio moderado y el ocio activo que permite el huerto son básicos para un estilo de vida más sano. Además, el aprendizaje de nuevos conceptos y técnicas ejercita la mente y supone un reto personal para los participantes. La realización de las tareas de cultivo del taller requiere una cierta movilidad y se realiza con sistemas y métodos cómodos y que evitan lesiones o malas posturas.

La actividad en el huerto permite fomentar una vida más saludable y un ocio activo, así como una alimentación beneficiosa por nosotros y para el planeta.


Por otro lado, la ingestión de productos vegetales frescos y locales, mejora nuestra salud y reduce la huella ecológica de nuestra alimentación. Además, cultivar los propios alimentos ecológicos, aprender cómo prepararlos y aprovechar sus propiedades tiene consecuencias positivas para nuestro organismo y también para el medio, al reducir, por ejemplo, las emisiones del transporte y distribución de los alimentos.

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Los participantes aprenden a cultivar bajo los criterios de la agricultura ecológica para compartir una cosecha 100 % sana y respetuosa.

Finalmente, cultivando y comiendo alimentos ecológicos podemos volver a hacer verde la ciudad y recuperar los conocimientos agrícolas tradicionales, que en muchos casos, en el colectivo de la gente mayor, todavía no se han olvidado completamente. También se generan menos residuos y se evitan sustancias contaminantes, además de que se trabaja por una sociedad más autosuficiente y por un suministro alimentario más respetuoso.

Ecología y diversión

Echemos un vistazo al primer día de taller tras el verano. Algunos de los nuevos participantes, como Juan Miguel, tienen un pequeño terreno en el que están deseando poner en práctica los nuevos conocimientos y técnicas, basados en la agricultura ecológica, para cultivar sin sustancias químicas. “No sabía que se puede fertilizar y proteger de las plagas con sistemas más respetuosos pero que sean efectivos”, afirma. “Me interesa mucho, porque en mi huerto me he visto obligado algunas veces a fumigar, pero después no me apetecía comer los frutos”.

Pilar llega acalorada de la clase de country, con una compañera, para empezar el Taller de Huerto Urbano. Le interesa especialmente la jardinería ecológica, aunque el huerto también, y este año repite. Sin duda estamos hablando de un taller diferente: todos los participantes se implican especialmente y mantienen la participación durante todo el curso, puesto que nadie se quiere perder cómo las semillas que ha sembrado se convierten en sabrosas hortalizas ecológicas... Además, la profundidad y el valor de la acción de cultivar no escapa a nadie: la mayoría de ellos siente que están recuperando algo que ellos mismos y sus familias abandonaron hace años. La compañera de Pilar, que venía sólo a dar un vistazo, queda impresionada, sobre todo por el vermicompostador. Este ingenio -que no es más que un recipiente que acoge

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El vermicompostador permite convertir los residuos orgánicos en fertilizante natural, y es el complemento perfecto de las mesas de cultivo para una agricultura urbana sostenible.

en condiciones adecuadas una colonia de gusanos de tierra para tratar los residuos orgánicos y convertirlos en fertilizante natural- es el complemento perfecto de las mesas de cultivo para una agricultura urbana sostenible. Durante el verano, los gusanos han preparado una buena cantidad de humus de lombriz, que será ideal para mejorar la productividad del huerto este otoño.

Durante este retorno a la actividad en el huerto, el responsable del taller, German, los ha sorprendido explicándoles algunos sistemas de control de plagas ecológicos y los ha hecho reír con uno de los tratamientos más efectivos y respetuosos que existen para el pulgón: las mariquitas. Al acabar el taller, todos los participantes se han marchado con un paquetito de semillas (de caléndula, de albahaca), para seguir extendiendo el verde, y algo de apio y cebollino que emplearán en ensaladas o sopas. Pero esto sólo es el principio de la cosecha. Dolors afirma que las lechugas del huerto que comió el año pasado eran de lo más bueno que había probado en meses, y Ricardo explica, divertido, cómo se pudo llevar plantel ecológico para su terreno y comió lechugas ecológicas todo el año. Milagros, recién llegada este año, destaca que el grupo es “encantador”.

Una actividad de ocio diferente

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Cada día hay algo que hacer o cosechar en el huerto.

El Taller de Huerto Urbano, sin duda, aporta algo especial al Casal. Es una actividad entretenida, como el resto de la oferta de que disponen los usuarios (baile, manualidades, informática), pero su originalidad radica en que se hace al aire libre, en que crea un nuevo espacio vivo y verde en el equipamiento y en que fomenta una nueva cultura ambiental. La dinamizadora del Casal no duda en animarles a que participen, en oposición a simplemente “permanecer sentados toda la mañana jugando al dominó o tomando un café”.

El rato ha pasado de manera agradable. Hace sol y los participantes se mueven, riegan, huelen, cosechan, siembran, recuerdan y aprenden sobre los ritmos e interacciones de la naturaleza. El trabajo manual, el aprendizaje, la salud, la alimentación, la ecología y la diversión se entrelazan en la acción de hacer un huerto ecológico, una actividad completa y que deberíamos valorar como imprescindible, en el momento de crisis ambiental actual, por un puñado de razones. Para hacer más verde la ciudad y reducir el transporte de los alimentos. Para recuperar la capacidad de cultivar. Para saborear los frutos del propio trabajo. Para cultivar de manera respetuosa con el planeta y con la salud. Para alimentarse con todas las propiedades. Para vivir un ocio más activo a cualquier edad.

El Taller de Huerto Urbano y Jardinería Ecológica es un servicio de la Fundación Tierra que se desarrolla actualmente en tres Casales del distrito de Sant Andreu, a través de la gestión técnica de Entorn COOP: el Casal de Gent Gran La Palmera, el Casal de Gent Gran Navas y el Casal de Gent Gran Mossen Clapés.

Canviat
09/02/2017

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