Ser ecológicos con nuestro váter

Se calcula que en un año, en una ciudad de 100.000 habitantes se vierten unas 3 toneladas de limpiadores de váteres y diversos millones de preservativos de látex. En otras palabras, cada uno de nosotros tira al cabo del año por el inodoro el equivalente a 10 cajas de preservativos, 12 paquetes de compresas y 10 rollos de papel higiénico, que irán a parar al mar. Desgraciadamente, nuestro váter se ha convertido en el desagüe por excelencia del hogar.

 

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La lejía o los limpiadores diversos no contribuyen a mantener sano tu inodoro.

El mayor consumidor de agua de toda la casa

El inodoro es uno de los peores sistemas de eliminación de residuos. De hecho, no hace otra cosa que disolver con agua los residuos, de forma que contribuye a dispersar productos que no siempre se degradan, y consume una importante cantidad de agua. Además, si un váter pierde agua, se pierden 34.000 litros de agua en un año. Cada vez que se hace funcionar el inodoro se utilizan de 8 a 10 litros de agua.

 

Actualmente existen mecanismos sencillos y económicos que permiten regular la cantidad de agua que necesitamos. También hay sistemas que, con dos litros de agua y una presión adecuada, son suficientes, pero aún están muy poco difundidos. En definitiva, el 40 % del agua que se consume en una casa baja por el inodoro.

El causante de las aguas residuales

El efecto de disolución del váter es el responsable de que en muchos de los ríos mediterráneos las 2/3 partes del caudal sean aguas residuales. Y con el váter se esparcen productos celulósicos como el papel higiénico, tampones o compresas. Se calcula que por el inodoro pueden bajar 200.000 toneladas de papel higiénico y millones de compresas, que finalmente llegan al mar o acaban atascando los filtros de las depuradoras. En estos momentos, y por los ríos que todavía no disponen de depuradoras, llegan productos al mar que se depositan, sedimentan e impiden la vida en el fondo marino.

 

Las sustancias tóxicas que tiras por el inodoro se dispersan en el medio ambiente.

Deberíamos controlar qué tiramos al inodoro. Se tiran sustancias tóxicas como la lejía y limpiadores diversos, hechos de productos que no hacen que el váter sea más sano y, en cambio, matan las bacterias que después contribuyen a descomponer los residuos en las depuradoras. Adicionalmente, estos productos vuelven el agua más ácida, cosa que obliga a las estaciones depuradoras a tratamientos que acaban produciendo lodos salinos.

 

 

Pero lo peor de todo es que al inodoro se vierten restos de pinturas, disolventes, aceites usados, medicamentos caducados y toda clase de sustancias domésticas altamente tóxicas y que con esta práctica no hacemos sino contribuir a dispersarlos por el medio ambiente.

Resumiendo ...

-El inodoro no es un agujero mágico para deshacernos de todo aquello que nos molesta.

 

-Ahorremos agua en el váter. Instalemos algún sistema para regular la cantidad de agua que es necesario evacuar.

 

-Evitemos tirar compresas, tampones y preservativos al inodoro. Hagámoslo en la bolsa de la basura.

 

-Si es posible, utilicemos papel higiénico reciclado.

 

-Utilicemos productos alternativos, como el vinagre de limpiar o los productos ecológicos presentes en el mercado desde hace un tiempo para limpiar el váter. Evitemos la lejía.

Canviat
09/02/2017

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