Ni boquerones ni tiburones, cambiar la pesca

España es el segundo país del mundo en cantidad de pescado ingerido por persona con 41,2 kg por persona (detrás de Portugal, con 55,6 kg) y muy por encima de los quince de la Unión Europea cuya media es de 25,6 y por supuesto más de tres veces más que la media mundial de 16,4 kg por persona al año. El problema, sin embargo, no somos únicamente los españoles. El consumo mundial de pescado no ha parado de crecer como lo prueban el incremento de extracciones pesqueras. En los años 70 se capturaban cerca de 45 millones de toneladas y en el año 2009 era de unos 90 millones de toneladas. Sin embargo, hay otro dato que muestra que estamos al borde del colapso de las pesquerías mundiales. Desde los años 90 las capturas apenas han aumentado a pesar del mayor esfuerzo pesquero. Por el momento, en parte el incremento de demanda lo está cubriendo la acuacultura la cual aporta ya unos 10 kg por persona y año, o sea que a nivel mundial supone ya un 30 % de la pesca mundial. Pero la acuacultura también depende de la pesca industrial. Hoy por hoy, un tercio de lo que se pesca está destinado a alimentar los peces de granja (y algo también para pienso para la ganadería). Y de la acuacultura que se produce en Europa es mayoritariamente de moluscos, sobre 4,5 kg de moluscos por un kg de pescado.

El pescado es un producto básico esencial para más de mil millones de personas y es una actividad crucial para una gran parte de los países más pobres del mundo.

Nuevos productos para hacer frente a la depredación global
La pesca industrial se ha lanzado a un depredación por todo los rincones de los mares del planeta para abastecer un mercado sediento de pescado. Las corporaciones pesqueras se las ingenían ahora para aprovechar nuevas especies antaño no consideradas comerciales. El último invento de la flota española es la nototenia coluda (Patagonotothen ramsayi) al que la  flota gallega que faena en el caladero malvino y del Atlántico Sur, responsable de su comercialización, ha bautizado como "marujito". Es un pescado de carne blanca y sabor parecido a la merluza, de entre 150 y 200 gramos cada pieza y buen sabor. Hasta hace un lustro este pez abundante que se colaba en las artes de los pescadores de merluza y calamar era descartado. En la actualidad, sus capturas superan las 51.000 toneladas, pero de momento sólo ha sido ampliamente aceptado en mercados de la Europa septentrional y Rusia. Ahora buscan su implantación en España. En un mercado ávido de peces, los milagros comerciales se van sucediendo a cada rato.

Hace menos de cinco años nadie conocía el panga (Pangasius hypophthalmus). Este pez producido exclusivamente en piscifactorías del Vietnam ha conquistado los mercados europeo y español eclipsando a otras especies. España, por ejemplo, recibió en el 2008 121.863 toneladas de panga procedente de Vietnam, una cifra que cuadruplica la producción de dorada de acuicultura española (30.000 toneladas) ese año y quintuplica las descargas de merluza en las lonjas gallegas en ese período (26.438 toneladas). En el 2005, se vendieron a España 41.868 toneladas de este pescado y en el 2009 se alcanzaron las 130.000 toneladas (según datos de la asociación de exportadores de panga de Vietnam). Este país ya vende fileteado y congelado (aunque a veces en nuestros mercados se vende como "fresco" que ha sido descongelado)  1,45 millones de toneladas de panga de las que llegaron a la Unión Europea unas 668,000 toneladas. La rápida penetración de este producto fileteado con un precio minorista que se sitúa en unos 6 €/kg lo hace muy competitivo incluso frente a la perca del Nilo. La OCU ha lanzado ya algunas advertencias sobre la presencia de herbicidas y otros minerales tóxicos como el mercurio. Sin embargo, las autoridades sanitarias garantizan que este producto pesquero vietnamita cumple con todas las normativas. Lo que si es evidente es que la calidad nutricional de este pescado de agua dulce no es comparable con los pescados tradicionales marinos como la merluza, el bacalao o los jureles, sardinas, caballas, etc.

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Los mares del mundo se están quedando sin peces, a menudo con ayuda de subvenciones públicas y lejos de las aguas reguladas por los países de origen o conveniencia de los barcos.

Otro ejemplo de un producto pesquero que está esquilmando los mares del planeta es el del salmón chileno (primer productor mundial de engorde de salmón) que llega a nuestros mercados a través de 12 empresas que controlan el 71 % de todos los salmones de este país, entre ellas la española Pescanova. El colectivo No et mengis el món ha denunciado los efectos perniciosos a nivel social y ambiental del engorde de salmón. Por ejemplo, por cada kg que se obtiene de salmón se precisan 5 kg de peces que podrían ser aptos para el consumo humano. El del salmón chileno es otro caso en el que la sobreexplotación del recurso no contribuye a la riqueza de la zona. La región salmonera de Chile tiene un 22 % de su población en condiciones de pobreza y es la que tiene la renta familiar más baja de todo el país. A esta situación social se suma la superficie marítima necesaria para alimentar los salmones a engordar y que es de 350 millones de hectáreas en las que la contaminación por los residuos y antibióticos amén de la incidencia sobre las poblaciones salvajes por los entre 4 y 9 millones de ejemplares que se escapan anualmente de las jaulas.

Una flota por toda el mundo
El poderío pesquero español es notable. Es el tercer país de Europa (un 13,2 % de los barcos y un 15 % de la potencia motor, aunque el arqueo (GT) representa el 24,7 %). En el apartado flota (datos a 31 de diciembre de 2009), la flota pesquera española estaba compuesta por un total de 11.116 buques que representan un arqueo total de 438.997GT y 1.330.193 CV de potencia. De ellos, 10.625 buques pertenecen al Censo del Caladero Nacional (5.545 en el Cantábrico Noroeste; 3.260 al Mediterráneo; y 802 al Golfo de Cádiz); 209 operan en aguas comunitarias; y 277 en caladeros internacionales (34 en el Atlántico Norte; 107 en aguas internacionales y terceros países; y 136 en aguas internacionales). Por modalidades, 1.331 pertenecen al segmento de arrastre; 722 son cerqueros; 484 palangreros; 155 operan con redes de enmalle y 8.419 pertenecen al segmento de artes menores. Estos datos ponen en evidencia que estamos ante una realidad compleja. Por otro lado está la flota compuesta por empresas y buques que operan bajo el llamado Cluster de Empresas del Sector Pesquero que agrupa a 220 empresas con 500 buques operando e 20 países. Esta es la flota que trabaja en áreas de las llamadas 200 millas en convenios con acuerdos con otros países o directamente en alta mar regulada por las llamadas Organizaciones Regionales de Pesca.

Como los efectos de la pesca van mucho más allá de las especies explotadas comercialmente, hay que considerar su impacto en todos los componentes del ecosistema marino.

El milagro español de los peces se inició a partir de los años 60 con la Ley sobre renovación y protección de la flota pesquera. Esto llevó a la creación de una flota pesquera congeladora de gran altura. Las capturas en los años setenta llegaron a 1.400.000 toneladas. En cuanto a las capturas realizadas por la flota española, los datos oficiales indican que en 2008 se pescaron 865.101 toneladas (795.461 toneladas en 2007) por un valor de 1.790.363 miles de euros. De este total, 422.136 toneladas se corresponden con peces, crustáceos y moluscos frescos, mientras que los 422.136 toneladas restantes se corresponden con su presentación en congelado. Las principales zonas de pesca son del Atlántico que aporto 824.939 toneladas del total del peso vivo. Pero la realidad es que cada vez pescamos más lejos, a más profundidad y nuestro consumo provoca que, por ejemplo, en el caso de la Unión Europa, un 20 % viene de fuera de sus aguas y que en el caso del Estado español alcanza el 54 %.

La pesca ilegal en el Estado español, suma y sigue
Los datos no pueden ser más concluyentes según se desprende del informe elaborado por la campaña No et mengis el món (No te comas el mundo). Un tercio del pescado: atún, bacalao, pez espada y otros es de procedencia ilegal. Se entiende como pesca ilegal aquella que se realiza con artes y de forma no reglamentaria, que no se declara (para ello se usan entre otros métodos las llamadas banderas de conveniencia que pueden ser cambiadas por los barcos incluso desde alta mar antes de llegar a puerto y de este modo evadir las multas) o porqué las realiza un barco no registrado para faenar en una determinada zona. Actualmente, la pesca está regulada y controlada por las llamadas Organizaciones Regionales de Pesca. A pesar de ello, existen pues múltiples mecanismos para cometer ilegalidades. Una de las impulsores de pesca ilegal es la industria conservera. España es el principal productor del mundo de atún en lata con 229.397 toneladas y es el cuarto país especializado en la captura de túnidos. El Estado español será cómplice de la inminente desaparición del atún rojo, pues como señalan los expertos en menos de cinco años no quedarán ejemplares reproductores.

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Ganador 2010 del premio "Y no esquilmo más porque no puedo" otorgado por Ecologistas en acción.

Pero esta industria conservera con sus artes llega a capturar muchos otros pescados. El caso es que una empresa española, Vidal Armadores (que tiene una compleja trama de empresas sobre las que opera por medio mundo) es la principal responsable de la captura de tiburones del planeta. Esta empresa recibe subvenciones públicas para en concepto de pesca experimental o inversiones diversas. El informe sobre esta lamentable actividad de captura de tiburones no puede ser más elocuente. Según datos oficiales, en el 2008 se registraron capturas por valor de 24.437 t de peso vivo de tiburones. Además los españoles, tal y como muestran las encuestas, no son concientes de comer tiburones; por ejemplo, el 76,4% no sabía que tanto el “cazón” como el “marrajo” pertenecen a la familia de los tiburones y cerca de un 33% afirmó que los consumía. Otro sondeo de TNS Demoscopia, comisionado por Shark Alliance, demostraba que el 95 % de los españoles está para que se protejan a las especies de tiburón en peligro y que se fijen límites para la captura de tiburones con el fin de garantizar una pesquería sostenible. Frente a esta demanda, empresas como la de Vidal Armadores ha empezado a sortear las numerosas denuncias convirtiendo los tiburones que pesca en rico aceite con omega-3 (el aceite de pescado es rico en aceites omega-3 los cuales contribuyen al desarrollo del cerebro, así como a la salud de sus articulaciones y cardiovascular).  La marca Biomega Nutrición será la responsable de esta transformación y esta empresa privada cuenta con el apoyo económico de la Xunta de Galicia según advierten las entidades que estudían la pesca ilegal en España.

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Sobran las palabras. Hay que acabar con esta impunidad de las empresas pesqueras.

Otros casos que podríamos considerar de pesca ilegal o cuyos resultados son el esquilmamiento de las poblaciones de peces resulta ser el consumo de peces que no alcanzan la talla legal permitida. En este tema, mientras el organismo responsable lanza campañas contra su consumo (pezqueñines), luego no interviene para evitar la captura de especies que como el boquerón saben perfectamente que no es adecuada para la conservación de sus poblaciones. Resulta que el boquerón (en el Mediterráneo se autoriza para ser pescado a partir de 9 cm de largo) no alcanza la madurez sexual en la zona para reproducirse hasta que no mide 11 cm, de modo que se autoriza su pesca cuando no ha podido desovar, lo cual explica su rápido declive en el Mediterráneo. Este es un caso alarmante que los propios pescadores artesanales de la zona han advertido y que sin embargo la administración no lo corrige ni pone los medios para evitarlo.

 

La importancia de transformar las políticas pesqueras
Frente a estos desmanes las entidades expertas opinan que hay que iniciar una transformación de las políticas pesqueras. Por este motivo se creó una alianza de organizaciones dedicadas a incidir para transformar la Política Pesquera europea para detener la sobrepesca, acabar con las prácticas de pesca destructiva y hacer un uso justo y equitativos de los bancos de peces saludables. Por este motivo defienden que la Política Pesquera Comunitaria (PPC) debe transformarse ya que como determinó el Libro Verde de la PPC más del 80 % de los bancos de peces evaluados en las aguas comunitarias se considera sobreexplotado y la industria pesquera se tambalea de una crisis a otra lo cual demuestra que de fondo hay una terrible crisis ecológica. En este sentido, OCEAN2012 defiende que el principal objetivo de la PPC reformada que surja en 2012 debe ser garantizar caladeros sostenibles social y ambientalmente en aguas comunitarias y dondequiera que se encuentren activas las flotas de la UE. Para ello, deben consagrarse objetivos medioambientales en el nuevo Reglamento base y deben tener prioridad respecto al resto de objetivos como requisito previo para conseguir la sostenibilidad social y económica. El enfoque de precaución y el basado en el ecosistema, mencionados en la PPC actual, deben formar la base de cualquier política posterior. En concreto, deben definirse de modo operativo y aplicarse de forma rutinaria en la gestión de caladeros.

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Hay que transformar la política pesquera europea.

A su vez OCEAN2012 argumenta la necesidad de transparencia y participación en el proceso. Para mejorar el entendimiento de los responsables de tomar decisiones de gestión de caladeros y para garantizar la responsabilidad pública, son necesarias la transparencia del proceso de toma de decisiones y la participación de las partes interesadas. La participación significativa sólo es posible con información accesible, puntual y precisa para todas las partes interesadas. Por lo tanto, OCEAN2012 recomienda, entre otras cuestiones, que:
•la información sobre todos los desembarques de todos los barcos esté disponible públicamente (como sucede en EE.UU. y Noruega);
•los datos agregados del sistema de localización de buques (SLB) estén disponibles para los científicos (como sucede en EE.UU. y Noruega);
•los datos de capturas y actividades de flotas pesqueras de larga distancia estén disponibles para terceros países donde se encuentren activos;
•las valoraciones y evaluaciones de impacto de los acuerdos de colaboración en el sector pesquero estén disponibles públicamente.

En España, además se da la oportunidad también de que hay que revisar la Ley de Pesca. Por este motivo y dado el peso que tiene el Estado español en la Unión Europea (un 20 % de sus expertos) sin duda es algo que las entidades sociales no pueden dejar de advertir. Nuestro país dispone ya de ejemplos concretos de proyectos pesqueros artesanales que han conseguido afrontar la crisis del mar de manera que se garantice la conservación de las áreas de pesca.

Reducir la dependencia pesquera
Para ser concientes de toda la problemática abordada en este reportaje, la New Economics Foundation, una fundación cuyo objetivo es el de promover una economía justa supeditada a los recursos del planeta y no al revés como sucede en la actualidad, lo ha ilustrado de forma muy gráfica. Su propuesta es la del índice Fish Dependence el cual establece en que momento del año dejamos de comer pescado de las aguas territoriales de un país para empezar a consumir del resto del mundo. Así, la media europea hacia los años noventa respecto a la dependencia de pescado no autóctono empezaba el 4 de agosto y en la actualidad (2009) fue el 19 de julio. Sin embargo, en España que es un mayor consumidor de pescado agota mucho antes sus "recursos" y es a partir de primeros de mayo que ya empezamos a consumir pescado foráneo. Eso indica que estamos extrayendo proteína de otros lugares del planeta y afectando a su soberanía alimentaria. En un contexto de escasez de petróleo y de cambio climático no tiene sentido depender de una pesca de lejanía. Sin duda, el consumo de pescado no sólo exige un cambio en políticas gubernamentales sino también de una mayor conciencia del consumidor para reducir la dependencia pesquera.

El atún rojo del Mediterráneo, un pez en peligro de extinción.

Lamentablemente, los certificados ambientales sobre la procedencia del pescado son escasos: MSC y FOS. Todo el pescado está sometido a una estricta etiqueta debe detallar su nombre comercial, tipología y procedencia. Con esta información podemos conocer su procedencia y determinar si queremos consumir o no un determinado producto. Tampoco podemos olvidar que detrás de la problemática socioambiental de la pesca industrial está también la nutricional y es que el pescado incorpora buena parte de los tóxicos que se acumulan en el mar. Documentales como The Cove, muestran la opacidad e incluso la connivencia de los gobiernos en esconder la contaminación  por tóxicos en el pescado.

Artículo elaborado a partir de la información presentada en el Seminario El Estado español, el Rey Pescador. La insostenibilidad del modelo pesquero, celebrado en Barcelona el 20 de noviembre 2010.

 

 

Canviat
09/02/2017

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