Los máximos del 2010 en el registro de temperaturas

Rematando la década más caliente de la historia, el 2010 registró una temperatura media global de 14,63 ºC, y 2005 quedó como el año más caliente de los 131 años de mantenimiento de registros de temperaturas.

Estas noticias no serán ninguna sorpresa para los residentes de los 19 países que sufrieron las olas de calor en 2010. Bielorussia alcanzó un registro récord de 38,7 ºC el 6 de agosto y después incluso lo superó en 0.2 ºC apenas un día después. Los 47,2 ºC en Birmania fijaron un nuevo récord de temperatura máxima en el Sureste asiático en conjunto. Y el 26 de mayo de 2010, la antigua ciudad de Mohenjo-daro en Paquistán alcanzó los 53,5 ºC – un récord no sólo para el país sino para toda Asia. De hecho, fue la cuarta temperatura máxima registrada en el mundo. (Véase los datos recopilados por Earth Policy Institute).

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Temperatura global media, 1880 - 2010. Fuente: Earth Policy Institute, 2011, de NASA GISS.

La temperatura de la Tierra no sólo se está incrementando, también está aumentando la velocidad a la que lo hace. De 1880 a 1970, la temperatura media global aumentó cerca de 0,03 ºC cada década. Desde 1970, esta evolución ha aumentado dramáticamente, hasta los 0,13 ºC por década. Dos tercios del aumento de casi 0,8 ºC en la temperatura global desde los 1880s ha ocurrido en los pasados 40 años. Y 9 de los 10 años más calientes fueron en la década pasada.

La temperatura global está influenciada por varios factores, algunos naturales y otros debidos a actividades humanas. Un fenómeno conocido como la fluctuación meridional "El Niño" se caracteriza por temperaturas extremas en el Océano Pacífico y afecta los patrones atmosféricos. El ciclo implica a dos fases que tienen impactos globales. La fase del El Niño aumenta habitualmente la temperatura media global, mientras que su contraparte, La Niña, tiende a reducirla. Las variaciones de la temperatura también son determinadas en parte por los ciclos solares. Como actualmente estamos cercanos a un mínimo en la irradiación solar (cuánta energía la Tierra recibe del sol) y entramos en un episodio de La Niña durante la segunda mitad de 2010, contábamos con un año más frío de lo habitual – con lo que las temperaturas máximas de 2010 son registros aún más notables.

Desde la Revolución Industrial, las emisiones de actividades humanas de gases de efecto invernadero tales como dióxido de carbono, han conducido peligrosamente al sistema climático de la Tierra fuera de su rango normal. Los niveles del dióxido de carbono en la atmósfera se han levantado casi un 40 %, desde 280 partes por millón (ppm) a casi 390 ppm. Mientras la atmósfera se sobrecarga cada vez más con los gases de efecto invernadero, la temperatura de la Tierra continúa incrementándose.

Los eventos meteorológicos extremos y su relación con el aumento de la temperatura global

Incluso los aparentemente pequeños cambios en la temperatura global tienen efectos de gran envergadura sobre nivel del mar, la circulación atmosférica, y los patrones de tiempo alrededor del globo. Los científicos climáticos indican que los aumentos en la frecuencia y la severidad de acontecimientos extremos del tiempo son característicos de un clima más caliente. En 2010, la ola de calor en Rusia, los fuegos en Israel, las inundaciones en Paquistán y Australia, los derrumbamientos en China, las nevadas récord a lo largo de la región Atlántica de Estados Unidos, y 12 huracanes en el Océano Atlántico estaban entre los acontecimientos meteorológicos extremos de ese año. El coste humano de estos acontecimientos no fue pequeño: la ola de calor y los incendios forestales rusos se cobraron 56.000 vidas, mientras que las inundaciones de Paquistán provocaron otras 1.760 muertes.

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Inundaciones en Australia en 2010. Fuente: Trendsupdatter.com

Aunque el clima de 2010 parezca extremo comparado con el de años anteriores, los científicos advierten que tales patrones podrían llegar a ser aún más comunes en un futuro próximo. Pero aunque ningún acontecimiento se puede atribuir directamente al cambio climático, el científico climático James Hansen de la NASA señala que el tiempo extremo de 2010 no habría ocurrido “casi con total certeza” en ausencia de emisiones de gases de efecto invernadero excesivas. Un aire más caliente contiene más vapor de agua, y esa humedad adicional conlleva tormentas mayores. A la vez que las precipitaciones están siendo mayores en algunas áreas, el cambio del clima causa sequías más intensas y prolongadas en otras regiones. Algunas estimaciones indican que las sequías podrían ser hasta 10 veces más severas antes de fin de siglo.

Al igual que un número creciente de acontecimientos extremos del tiempo, un aumento en el número de altos registros de temperatura, -y una disminución concomitante del número de registros mínimos-, es también característico de un mundo que se calienta. Por ejemplo, mientras que 19 países registraron récords en 2010, ninguno reportó una temperatura mínima de récord. A lo largo de Estados Unidos, los datos de las estaciones meteorológicas revelan que los registros diarios de temperaturas máximas de récord superan en número a los registros mínimos récord de temperatura durante nueve meses de 2010. Durante la década pasada, los récords de temperatura máxima eran más de dos veces más habituales que los descensos de récord, mientras que, hace medio siglo, la probabilidad de superar ambos extremos de temperatura era prácticamente igual.

El deshielo y el aumento del nivel del mar

Las temperaturas se están incrementando más rápidamente en algunos lugares que en otros. El Ártico se ha calentado cerca de 3 - 4 ºC desde los años 50. Se está calentando el doble de rápidamente que el índice promedio de la Tierra, convirtiéndose en la región que más rápido se calienta en el planeta. Este enorme calentamiento desproporcionado en el Ártico es parcialmente debido al efecto del albedo. A medida que el hielo marino se derrite, se expone el agua más oscura del océano; entonces, la energía adicional absorbida por la superficie más oscura derrite más hielo, provocando un proceso de realimentación que se refuerza a medida que avanza en el tiempo.

Iceberg Fjor Balog. Se aprecia el proceso de retroalimentación, -o feedback-, cuando se deshiela parte de él, provocando el oscurecimiento de una área que provoca, de nuevo, el aceleramiento del deshielo al reducir el efecto albedo del hielo blanco. Fuente National Geographic.

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Rotura de la placa Larsen en el Antártico. Fuente: National Geographic.

En 2010, el hielo marino del Ártico se redujo a su tercer menor superficie registrada, después de 2007 y de 2008, y también alcanzó el que probablemente su volumen más bajo en millares de años. En ambos polos, las grandes capas de hielo están mostrando signos preocupantes: cálculos recientes revelan que Groenlandia está perdiendo más de 250 mil millones de toneladas de agua por año, y el 87 % de los glaciares marinos en la península antártica se han reducido desde los años 40. Hay bastante agua congelada en Groenlandia y en la Antártida para levantar los niveles del mar globales cerca de 70 metros si se derriten enteramente.

A menos que se estabilicen las temperaturas globales, mares más altos de las capas de hielo fundidas y de los glaciares de montaña derritiéndose, combinados con la propia expansión del agua del océano conducida por el calor, llevarán a un eventual desplazamiento de millones de personas así como a la inundación de las zonas costeras bajas y algunas islas. La subida del nivel del mar ha sido mínima hasta ahora, con un promedio global de 17 centímetros durante el siglo pasado. Pero el índice de la subida se está acelerando, y algunos científicos mantienen que una subida de hasta 2 metros es posible antes de que termine este siglo.

Y no son sólo las poblaciones costeras las que están amenazadas por el incremento de las temperaturas globales. Temperaturas más altas reducen las cosechas y los abastecimientos de agua, afectando la seguridad alimentaria de todo el mundo. Los científicos agrícolas han dibujado una correlación entre una subida de temperatura de 1 ºC sobre el grado óptimo durante la estación de crecimiento, y una disminución de la producción del grano del 10 %. Las olas de calor y las sequías pueden también causar drásticos recortes en las cosechas. Los glaciares de la montaña, que se están encogiendo por todo el mundo como resultado del levantamiento temperaturas, proporcionan el agua de consumo y de irrigación a gran parte de la población mundial, incluyendo centenares de millones en Asia.

Más que cualquier variación natural, las emisiones de carbono de actividades humanas determinarán la trayectoria futura de la temperatura de la Tierra, así como la frecuencia de acontecimientos meteorológicos extremos, la subida del nivel del mar, y el estado de la seguridad alimentario. El informe 2007 del Panel Intergubernamental del Cambio del Clima proyectó que la Tierra se calentaría entre 1,1 y 6,4 ºC antes de fin de siglo. Con todo, una subida de solo 2 - 3 ºC convertiría a la Tierra en un planeta tan caliente como lo era hace 3 millones de años, cuando los océanos tenían un nivel de más de 25 metros que hoy. La investigación subsecuente ha proyectado incluso un incremento mayor de temperatura, hasta los 7,4 ºC, si el mundo continúa dependiendo de un sistema de energía basado en combustibles fósiles. Pero podemos crear un futuro diferente optando por una nueva trayectoria: un camino con fuentes de energía sin carbono, un transporte reestructurado, y una eficiencia creciente. Sólo si reducimos drásticamente las emisiones, podemos detener la rápida subida de la temperatura de la Tierra.

 

Alexandra Giese, Earth Policy Institute.

Traducción al español con permiso expreso de Earth Policy Institute. Texto original en inglés disponible en http://www.earth-policy.org/indicators/C51/temperature_2011.

Fuentes adicionales de los datos y de información en www.earth-policy.org.

Canviat
09/02/2017

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