Comprometeos, de la indignación al compromiso

El nuevo libro de Stéphane Hessel (autor de ¡Indignaos!, con casi 500.000 libros vendidos) amplia su mensaje en ¡Comprometeos! Ya no basta con indignarse. Conversaciones con Gilles Vanderpooten. Sin duda, pasa a ser un nuevo manual básico para los tiempos de cambio que estamos viviendo. «¡Comprometeos! constituye no tanto un programa o una conminación, como una incitación a movilizarse. Una invitación a comprometerse personalmente en la vida ciudadana y en las luchas de nuestro tiempo. Os corresponde a vosotros, amigos de España —país en el que la diversidad de las culturas es mundialmente reconocida—, ciudadanos del mundo, a cada uno de nosotros individualmente, y a todos nosotros colectivamente, encontrar las pistas a través de las cuales la internacional ciudadana en gestación podrá dotar de vida este siglo. No para lograr el mejor de los mundos, sino un mundo viable.» ―Del prólogo-salutación a los lectores españoles―.

De la indignación al compromiso
«No basta con indignarse ante "la injusticia del mundo", como si se tratara de un vasto panorama... Muy concretamente, la injusticia se presenta ante mi puerta, ahora, de manera inmediata. »

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Publicado por Ediciones Destino. Primera edición, 21 de junio 2011.

«Comprometerse significa abrirse al mundo que nos rodea. Supone decir, en contra del determinismo histórico, que existe algo que inventar. Es lo contrario del derrotismo y de la resignación.

Contra qué resistir hoy
«Creo que es preciso indignarse, sobre todo los jóvenes. ¡Y resistir! Resistir supone considerar que hay cosas escandalosas a nuestro alrededor que deben ser combatidas con vigor. Supone negarse a dejarse llevar a una situación que cabría aceptar como lamentablemente definitiva.»

«Creo que [hoy] el escándalo mayor es de índole económica: las desigualdades sociales, la yuxtaposición de la extrema riqueza y la extrema pobreza en un planeta interconectado. No se trata únicamente de la existencia de los países ricos y los países pobres, sino del aumento de la distancia que existe entre ellos, en especial durante los últimos veinte años. La lucha por que se reduzca es del todo insuficiente.»

«Los jóvenes son tan capaces como yo de reconocer lo que hay de escandaloso en la injusticia económica y social, en la degradación del planeta, en la violencia no reprimida en Darfur, en Palestina, en algunas regiones de África y de Oriente Medio. Es normal que se reflexione sobre ello y que se hable al respecto... Pero ¿cómo conseguir que esta actitud desemboque en un compromiso práctico?»

«Por consiguiente, el combate es múltiple, y es ahí donde se deben poner límites a la palabra “resistencia”. Existe una vocación de resistencia, pero una construcción no puede limitarse a esto. Decíamos: “Resistir es crear; crear es resistir”. Pero hay que desconfiar. Debemos crear, no basta con resistir. Toda simplificación resulta siempre peligrosa.»

Nuevas pautas y prioridades
«Desde un punto de vista más global, nuestro enriquecimiento tiene que ser esencialmente cultural, espiritual, ético, en vez de un enriquecimiento puramente cuantitativo que se traduce en un incremento de la cantidad de energía utilizada, o del número de productos financieros que salen al mercado. Es preciso romper con este pensamiento productivista, basado en el "cada vez más".»

«Debemos, por ejemplo, aprender a ser menos violentos, para franquear no pocos obstáculos. Nada está excluido, somos una especie joven pero que puede irse al garete mañana, desaparecer... Ya hemos hecho muchas estupideces y podemos seguir haciéndolas, algunas bombas atómicas bien colocadas y sería el fin.»

«Poniendo límites y regulaciones a la economía de mercado se deja libre espacio a la economía social. Del mismo modo que hay que dejar sitio a todas las culturas en el mundo, en el interior de un país se debe hacer lo propio con todas las formas de coexistencia de los hombres.»

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Sólo nos queda reiniciar el sistema por haberse quedado desfasado. Foto: Fundación Tierra.

«Hay que cuidar que lo local y lo global estén en equilibrio. La visión del mundo de mañana como un mundo más justo, más sabio, no puede ser sino global. Ahora bien, la realización y la acción que contribuyan a un mundo semejante sólo pueden ser locales.»

Conciencia ecológica y globalización
«Ser ecologista supone darse cuenta —algo que ahora es una evidencia— de que el hombre no es el amo de la naturaleza, sino un objeto natural más, y en consecuencia que la evolución del planeta constituye un marco en el que él mismo evoluciona. Comprender cómo cambia la naturaleza, cuáles son los riesgos que corre, ya sea por su propia evolución o por la acción del hombre, supone abrir paso a una estrategia inteligente para preservar los equilibrios indispensables sin los cuales la supervivencia de las sociedades humanas no resulta posible. Así es como imagino el cambio: el nuevo hombre no es el hombre de la Biblia al que Dios dice: “Serás el amo de la naturaleza”, sino el hombre instruido por un mejor conocimiento de como funciona esa naturaleza.»

«La globalización ha convertido en un modelo a imitar el desarrollo cultural de los países más ricos, a veces de los países más poderosos, como la Unión Soviética o la China posterior a Mao. Estas culturas tienen una tendencia natural a la expansión, y nosotros, los europeos, hemos sido los primeros en alentar ese movimiento. Europa, la primera parte del mundo en adquirir notable riqueza y poder, fue el origen de la aculturación de otras regiones: América y la Rusia soviética son hijas de Europa. Esta tendencia a la expansión ha creado riesgos reales: hemos alentado una economía predadora de la Tierra.»

«Iríamos directos al fracaso si las culturas se redujeran a una sola, ya fuese americana o china. Es importante proteger la multiplicidad de las culturas y velar por que se respeten mutuamente. El derecho de cada cual a su cultura y a que ésta sea considerada por los demás como una realidad que hay que respetar es lo que permite a la coexistencia de las culturas crear algo distinto de la confrontación. »

Aún estamos a tiempo
«En el fondo, para mí el problema esencial entre una generación vieja y una generación joven radica en luchar contra la desesperanza. Y entre los riesgos que corre el planeta, está el de la desesperanza. Uno puede sentirse tentado de decirse: "Es demasiado tarde, la hemos liado, ya no hay nada que hacer, estamos perdidos". Sin embargo, hemos conocido un sinfín de problemas que han podido superarse, no hay razón para que lo que hoy parece probablemente perdido no pueda ser probablemente salvado. »

«El mundo desestabilizado en el que vivimos desde la crisis mundial —desestabilizado por los grandes aprovechados de la economía financiarizada mundial— es un mundo detestable. Hay que transformarlo lo más rápidamente posible en otro donde la justicia, la igualdad para todos, la libertad para todos puedan encontrar sus cimientos. »

«La reforma de las instituciones que más me interesa es la creación de un Consejo de Seguridad Económica y Social, el cual reuniría por elección a los veinte o treinta Estados más responsables —diversos por su cultura, capaces de actuar por su autoridad— con el fin de instaurar una estrategia mundial que afrontara los grandes retos y ejerciera su autoridad sobre las instancias económicas, comerciales, de trabajo, de la salud... »

Comprometidos con el futuro
« Me siento inclinado a afirmar que los cambios son siempre obra de un 10 a un 20 por ciento de las personas, como mucho, que son las que se mueven realmente, y que los demás se limitan a seguirlas. Lo cual da prueba de cierto optimismo.»

Las experiencias de cada generación marcan a la siguiente. Foto: Fundación Tierra.

«Cada generación se halla en condiciones de encontrar su lugar y su compromiso sartreano, según el cual un hombre sólo es un verdadero hombre si está realmente comprometido y se siente responsable.»

«Vivimos en un mundo de interdependencias en el que los cambios sólo pueden darse todos juntos. Lo cual implica solidaridad. Concretamente, esta solidaridad toma cuerpo en las redes, numerosas y cada vez más densas, de organizaciones cívicas, de defensa de los derechos humanos, de lucha por el desarrollo.

«El hombre es un animal peligroso y susceptible de cargárselo todo —ha dado varios ejemplos flagrantes—, ¡pero es formidablemente capaz de abordar nuevos problemas con nuevas ideas!»

Texto basado en frases del libro Comprometeos suministradas por Ediciones Destino que publica el libro en España en exclusiva.

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