La pesca del salmón en Yemen

Hay películas en que el mensaje ecologista es contundente, mientras que en otras este es casi una neblina que la acompaña. El cine es ante todo la magia de convertir lo imposible en posible sobre el celuloide. Pero también es un espacio que incita a la sensibilidad para no aceptar las cosas tal como son. En estos momentos de crisis, donde todo concuerda con un guión preestablecido por los poderes fácticos, pensar que la persistencia por lo imposible hace milagros y que hay que rebelarse contra este guión es saudable. La pesca del salmón en Yemen es una buena píldora de optimismo con carácter.

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Director: Lasse Hallström
Actores: Ewan McGregor, Emily Blunt, Kristin Scott Thomas, Amr Waked
Productor: Paul Webster
Guión: Simon Beaufoy
Música: Dario Marianelli
Fotografía: Terry Stacey
Género: Comedia
Año: 2011
Duración: 111 min
País: Reino Unido
Estreno: Abril 2012
Distribución: Wandavision

La película se basa en la novela de Paul Torday Salmon fishing in Yemen con el mismo título publicada en castellano por Editorial Salamandra (2007) que tuvo bastante éxito por ser una historia donde se muestra que aunque el dinero lo puede todo, la fe es a su vez una energía capaz de hacer cumplir cualquier convicción que se tenga por acertada, por muy imposible que, a primera vista. En este contexto aparecen elementos que unen una trama de sátira política con una relación romántica y un sueño imposible. Sin embargo, el guión de la película los aspectos del viaje emocional, parecido a una fábula, intensificando las emociones y las relaciones muy reales así como elementos bizarros.

La pesca del salmón en Yemen narra la aventura de Fred Jones (Ewan McGregor), un científico del Ministerio de Pesca, anclado en un matrimonio sin amor y muy “práctico” que verá como su vida da un vuelco radical cuando le encargan poner en marcha el descabellado proyecto de introducir la pesca de salmón en los áridos wadis del Yemen. La historia toma impulso porque detrás de este plan alocado está un jeque yemení (Amr Waked), dueño de una propiedad deportiva en Escocia y convencido de que la introducción de su hobby en su país natal, ayudará a promover la paz y la espiritualidad en una parte del mundo, asolada por los conflictos.

La historia argumental que atrapa en La pesca del salmón en Yemen la lleva la relaciones públicas del Primer Ministro Británico, Patricia Maxwell (Kristin Scott Thomas) quien conoce el plan del jeque y lo ve como una oportunidad ideal para explotar una historia positiva e interesante y sobre todo desviar la atención de la última metedura de pata del premier del gobierno. Por eso asigna a Fred, no sin presión, el encargo de llevar a cabo el sueño del jeque, ayudado por la joven y dinámica representante del mismo, Harriet (Emily Blunt). Mientras Fred se lanza a la aventura, va disminuyendo su intransigencia y acaba sucumbiendo al encanto contagioso del jeque, de su plan y de la atractiva y efervescente Harriet.

Tal y como sugiere el título, La Pesca del Salmon en Yemen trata sobre la fe en lo imposible. Para el jeque yemení que quiere importar el salmón a su país este pez es una criatura mística y su migración anual del océano al rió la cuenta como una alegoría del viaje humano hacia la plenitud espiritual. Mientras se desarrolla la historia, el modo de pensar del jeque acaba sintonizando con el biólogo británico, quien empieza a creer que lo imposible puede ser posible. En ese viaje, Fred también descubre el amor por primera vez. El personaje del jeque, interpretado por el mega-actor egipcio, Amr Waked, añade un elemento único a la historia. Es sabio e ingenioso y su mundo islámico es más místico que malévolo. Él es quien ayuda a que la historia tenga a veces ese tono de fábula.

Mientras se desarrolla la historia, el modo de pensar del jeque acaba sintonizando con el biólogo británico, quien empieza a creer que lo imposible puede ser posible.

Para poder agrupar las piezas y conseguir hacer malabares con elementos tan diversos y divertidos, los productores decidieron contratar a un director que supiera apreciar la sutileza y los matices. El director sueco, Lasse Hallström, autor entre otras películas de Chocolat (2000), encaja perfectamente en esta producción que destaca por su sensibilidad en todos los ámbitos del film.

 

Anécdotas sobre el rodaje
La historia se desarrolla en tres localizaciones importantes — Londres, los Highlands de Escocia y los Wadis de Yemen — Ante la imposibilidad de viajar a Yemen se buscaron localizaciones en Jordania y Marruecos, decidiéndose por el último país, concretamente la región de Ouarzazate, “porque es más montañosa y la gente está más abierta a un rodaje.”

Pero si las gentes de la región podían ser amables y comprensibles con el rodaje no lo fue la naturaleza. Rachas de lluvia sin precedentes en los picos del Atlas provocó una riada que destruyó el montaje escenográfico. Lo reconstruyeron y de nuevo, la lluvia se lo llevó. Afortunadamente, las inundaciones siempre ocurrían en mitad de la noche. Pero siete días antes de llegar los actores, un muro de agua de casi 4 metros se llevó la localización entera. 

Fotograma de la película.

Una vez que el equipo de producción llegó a Marruecos y estaban preparados para el rodaje, ya no había agua. “Hubo agua durante las inundaciones. Pero arrasó con todo y nos dejó sin tiempo para poner en marcha el plan original que era perforar y sacar nuestra propia agua. Hay una escena en la que Fred y Harriet están nadando en el río y realmente estaban nadando en medio metro de agua, que era la única que pudimos conseguir!”

La historia comienza en Londres en una casa del suburbio de Hampstead, “una calle perfecta con casas de estilo eduardiano, idénticas entre sí, todas con el césped recién cortado. Para recrear el lugar de trabajo de Fred en las oficinas del Ministerio de Pesca y Agricultura, se localizó un lugar “muy gris para enfatizar el contraste con el lugar de trabajo de Harriet, Harrison Price Consultancy, en el fabuloso edificio Blue Fin en Southwark, con vistas maravillosas de cristal y superficies cromadas. Un lugar precioso donde trabajar, un espacio maravilloso que contrasta con el cubículo miserable de Fred.” 

El guión de la película trata sobre los aspectos del viaje emocional, parecido a una fábula entre los personajes implicados en el sueño del salmón en Yemen.

Para la finca escocesa del jeque, se eligieron los alrededores de Arrochar on Loch Long en Argyll y Bute en los Highlands Escoceses. “De un mundo muy reprimido, de los interiores que ocupa Fred, nos trasladamos lentamente hacia los Highlands,” dice Webster. “La localización allí arriba era increíble. Te das cuenta de que se eligió por su belleza aunque desde un punto de vista práctico, te pasas todo el día conduciendo para llegar a ellos. Las distancias en Escocia son tremendas, el productor argumenta que rodar en Escocia requirió más esfuerzo físico que rodar en Marruecos. 

Articulo desarrollado a partir del Pressbook elaborado por Wandavision.

 

Canviat
26/03/2017

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