Al Gore, un monstruo en el escenario




Al Gore, un monstruo en el escenario ##fechadiario##
Un evento contra el cambio climático pero con el puro estilo del capitalismo conservador.

En el turno de preguntas que se permitió, Al Gore hizo algunas afirmaciones curiosas.

"Soy escéptico con que la energía nuclear sea una solución al calentamiento global puesto que es una energía cara y que permite obtener armas nucleares a sus poseedores".

"Los países ricos tienen que exigir un protocolo de Kioto más comprometido. Para que los menos favorecidos no quieran ser como nosotros tenemos la responsabilidad de cambiar. Tenemos la tecnología para hacerlo sólo nos falta la voluntad”.

"Podemos ser recordados como la generación que destruyó la Tierra o como la que afrontó la amenaza. La palabra crisis en los ideogramas asiáticos se compone de dos conceptos: peligro y oportunidad, nosotros decidimos como afrontamos la oportunidad”.












La vida siempre es un balance entre lo deseado y lo real. Esta vez me ha tocado pasarme por el forro todos mis principios anticlimáticos en pro de un buen clima. Pero esta parte del relato la dejo para otro diario y de esta forma puedas ilustrarte de forma práctica sobre porqué estamos cavando nuestra tumba si no tomamos un cambio radical en nuestro comportamiento.

Pero, de momento… a lo que iba. Me han enviado al primer encuentro Energía, Municipio y Cambio climático, nombre en clave: emcg.  El ayuntamiento de Madrid llevaba tiempo intentándose dar un baño ecológico y al final las sinergias llevaron a que un pupilo de Al Gore lo convenciera de que este aterrizara en la capital. Rápidamente la cita se convirtió en un evento de culto. Las empresas se posicionaron y meterse en la bañera con Al Gore pues tenía su precio (un coste de 470 euros por persona -IVA no incluído- aunque para empresas había paquetes de 5 y 10 entradas a un precio de 1.700 y 3.000 euros). Claro que en este evento prevaleció la versión misericordiosa con lo que se otorgaban algunas plazas para ONG’s y medios gratis. A las primeras se las invita a las segundas se las agasaja (a si lo atestiguaba la carpetilla que acompañaba a la tarjeta de acreditación; la de las ONG2, pues nada, papel para que tomásemos notas). Así que he seguido al dictao el mensaje subliminal y he tomao muchas notas. Donde no fue necesario ha sido durante la intervención del Al Gore, un monstruo en el escenario que no defraudó al público de la emcg  que hasta el momento no se hubieran atrevido a ver su película.

Tras unos 40 minutos de metro y paseíllo entre mi hostal en Atocha y el Centro de Convenciones Norte, ahí estaba yo, en primera fila de las no reservadas y al lado de mis amigos de Isofotón, empresa patrocinadora del evento. Bueno, ni que decir que con un montaje al más puro estilo de animación yankee el Señor Alcalde de Madrid daba la bienvenida a su invitado, el impresionante Allllllll Gooooooor. Tras sus palabras, la prensa gráfica es invitada a desalojar la sala argumentando la organización que las imágenes inéditas de la Nasa, el ejército americano, y estamentos científicos nunca antes vistas y que acompañarán la conferencia del Sr. Gore, este sólo tiene permiso para usarlas en sus conferencias y no para que su difundan por ahí sin pago. Así que, obviando esta problemática que no me afecta (no llevo ni cámara) me pongo los cascos de la traducción simultánea para gozar en directo del mayor espectáculo Contra el Cambio Climático jamás diseñado. Sin embargo, en los primeros compases de la melodía goregiana me traspongo ya que mi cerebro confirma la realidad: esta música me suena. Y no me equivocaba. A lo largo de 90 minutos el Sr. Al Gore repetirá ante mis ojos lo que ya he visto en su película Una verdad incómoda por dos veces en la gran pantalla (recuerden que esencialmente, el film es una conferencia del ex Vicepresidente de la nación más rica del planeta aportando datos sorprendentes que acusan a la humanidad de poner en jaque la estabilidad atmosférica de nuestro planeta y, por tanto, de nuestra supervivencia). Así, que cualquiera podrá entender que me desconectara del audio traducido para limitarme a seguir la magistral puesta en escena de alguien que ha estudiado seguro en la mejor escuela de interpretación del planeta. Porque, nos guste o no, el teatro, el cine, no es más que el arte de contar historias. Y Al Gore, que cuenta historias de no ficción, conoce bien el arte de la declamación, de las elipsis, del humor dosificado y demás recursos para que la historia del cambio climático nos llegue al corazón. Pero como sucede en el cine o el teatro, una cosa es lo que se cuenta y otra quien la cuenta. El problema es que uno nunca debe confundir al artista en el humano que hay dentro. Al Gore ha creado un producto mediático sobre un tema de no ficción y que como ratifican todos los estamentos científicos  tenemos ya encima como la espada de Damocles. Por lo demás, en el plano real es un humano con poco angel, aunque sea un enamorao de los ordenadores Apple que tantas alas dan a sus usuarios.

Tras los aplausos, el artista se retira a sus aposentos y deja a los verdaderos artífices de lo real. Estos no podían ser otros que las empresas e instituciones patrocinadoras, supongo que por orden de pasta metida en el tema. Abrió el turno el Sr. José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona. El hombre está claro que no ha estudiado interpretación pero su presentación parece sincera:
Primero. Tenemos un problema: Necesitamos ahorrar 18 Gt de CO2 sino queremos sobrepasar las 590 ppm de estos gases que es el máximo que los científicos argumentan como límite antes de la catástrofe. Si no provocamos una reducción el 45 % en los gases con efecto invernadero y nos regodeamos con las previsiones actuales para el 2030 la demanda energética prevista de 15.405 MTep nos acercará a las 40,42 Gt y las 700 ppm de CO2 letales.
Segundo. Un modelo alternativo es posible: Acciona lo tiene claro y demuestra que la energía eólica podría aportar un 21 % de esta reducción y otro 6 % con al fotovoltaica. Argumenta que para el 2030 el 55 % de la electricidad podría ser renovable. Pero además se compromete y suelta que con la inversión que ya realiza su grupo bastaría tan sólo con otros 100 agentes empresariales para conseguir la reducción que plantea.
Tercero. Acciona seguirá en la brecha de apostar por la sostenibilidad no con palabras sino con su capacidad de inversión. De momento, en el ámbito de la energía esto es comprobable.

Le sigue el Consejero de Estado D. Enrique Alonso que confirma que las autoridades locales pueden hacer mucho y que tienen los mecanismos para hacerlos y anuncia la conferencia del ICLEI  sobre Cambio Climático en Kioto (viva el CO2). Me sorprende lo poco que dice pero lo que no he sabido seguramente apreciar es lo muy importante que debe ser el menda.

Aparece a continuación el Consejero de Territorio y Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana. Ahí, empezó el olor a socarrado. Precisamente, por qué no es la comunidad autónoma más ecológica del país ni la que más se esfuerza por la protección del litoral, el ahorro de agua, la vivienda digna, etc. Pero, este es un país de toreros y abundan los marracos con ansias de cornear. En este caso, la plaza estaba llena y una buena faenilla entona el día. La platea se quedó muda al conocer que el tema iba de naranjas contra el cambio climático. Fácil: van a convertir las 500.000 toneladas de pulpa más corteza de 4 empresas de zumo de naranja en 3,7 millones de bioetanol que según sus datos con esta cantidad podría mezclarse en el 25 % del parque automovilístico y ahorrar pingües barriles de petróleo. En fin, que invertirán 40 millones de euros en convertir este residuo en oro líquido.

Tras las naranjas ecológicas había llegado el momento de las ruedas verdes. Al escenario subía un pez gordo, de altura, digno para preceder a la máxima autoridad política ambiental del país. El Vicepresidente ejecutivo en Europa de la multinacional Toyota-Lexus, con un descaro de impresión, nos discurseó o, más bien, nos babeó y relamió sobre las bondades de los vehículos híbridos de su compañía. No lo hizo con el Prius, del que ya han vendido más de 600.000 unidades en todo el mundo, sino con las nuevas gamas altas de los Lexus híbridos (poco implantados en este país) que como el 400h y el 600h (a la venta pronto) son puro lujo híbrido (vaya del estilo que puede ser atractivo para las incentivos de las empresas a sus directivos). Durante su intervención mis ojos quedaron descompuestos. Intenté no sucumbir a la sesión de hipnosis a la que nos sometió el pajarraco que tiene el apoyo de un ejemplar del 600h en blanco virginal estratégicamente situado en el hall del evento para que haya sido la primera imagen con la que todos los asistentes nos topáramos pasados los ya –me abstengo de adjetivar- controles de seguridad, y antes de adentrarnos en la sala de convenciones.

En fin, todavía empapados de la baba automovilística (recordemos que la tesis del actual capitalismo con alma en esto del cambio climático es que desarrollo, economía y ahorro de emisiones es totalmente compatible) subía al estrado la Ministra de Medio Ambiente para cerrar esta sesión inaugural. Esta mujer lo tiene claro: anuncia que cambiarán la flota de coches oficiales (no dice con qué vehículos, pero el gordo que la precedió hecha un resoplido). No dice la Ministra que van a reducir la flota, ni que se sustituirán por vehículos Zero Emisión.  Continúa argumentando las razones de que estamos en el buen camino: exalta el artículo 45 de la Constitución Española como garante para la protección del medio ambiente. No dice que este no es un derecho fundamental de los españoles y que este artículo contradice el Tratado de la Unión Europea, pero ya saben…en este país la Constitución no se toca, sólo se celebra.  Finalmente, remata la faena: ¡qué buenos son los ecologistas!...y me elevo a las alturas cuando felicita a la tenacidad de las entidades ecologistas por demostrarnos que ciertamente el cambio climático nos está jodiendo y que teníamos razón cuando argumentábamos que “que Kioto no era la tumba para las empresas” como decían los líderes económicos. Aplausos y a buscarse la vida para comer.

A partir de ahí la tarde del primer encuentro emcg2007 se proponía ahondar en las soluciones. Al Gore nos puso el problema, pero lo importante es el espectador y el tema son pues las soluciones…no que seamos la solución. Por eso se inicia la tarde con paneles paralelos sobre energía solar, transporte y biocombustibles, residuos y reciclaje, energía eólica, eficiencia y edificación y biomasa. En todos estos paneles dos expertos de cada tema acompañados de un moderador ilustre aportan su visión. De entre todos los ponentes destaco a Ernesto Macías, Director General de Marketing y Relaciones Externas de Isofotón que plantea un atrevido reto: colocar energía solar térmica en el 50 % del parque actual de vivienda que aunque costaría 3.300 millones de euros, nos permitiría reducir 4,3 millones de toneladas de C02 y ahorraríamos cada año 540 millones. Vaya, que en menos de 6 años todo amortizado y a ganar. Para que tengamos claro de qué va la apuesta el mismo nos recuerda que el 16 % de la energía final la consume el sector doméstico y que de esta el 26 % es precisamente para agua caliente sanitaria. O sea que la inversión tiene su sentido.

El final del día se deja en manos de las ONGs para que expongan su visión. Una espléndida Mar Asunción del WWF Adena, mujer comprometida como pocas nos ilustra con los ejemplos del activismo de la entidad a la que pertenece. Se interpone y merece mi atención, Begoña Urién, Gerente de la Fundación Cenifer, entidad que lidera en la exclusiva Navarra la formación en energías renovables en este país y que ofrece miles de horas para tener buenos operarios en solar, bioclimatismo. Cierra la sesión antes del debate un siempre agudo José Luis García, responsable de energía de Greenpeace, que demuestra al auditorio que hay escenarios para rebajar las emisiones, pero reduciendo la demanda en un 47 % y, por tanto, pasar sólo del 7 % actual a una previsión de incremento de tan sólo el 12 % en lugar del 48 % que prevén las estimaciones oficiales para el 2030. Vaya que la Revolución Energética es posible y necesaria. Y como siempre, Greenpeace, no se cortó y aprovechó para denunciar que los ayuntamientos no están implicados en la lucha contra el cambio climático y sin ellos, no hay forma de reducir el tráfico y fomentar el transporte público. Greenpeace también criticó que el alcalde popular de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, haya olvidado la promesa de Madrid 2012 de incentivar las energías renovables.

Hasta aquí llegó mi tiquet de invitado o quizás mejor mi disponibilidad. Al día siguiente ya no había baños termales. En el programa oficial se reseñaba un plenario para abordar las referencias, ayudas, networking, mezclando a personajes tan dispares como Alfonso González Finat, Director de Energías Renovables, Eficiencia Energética e innovación de la Comisión Europea, a la Sra. Alejandra Escudero, Concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Getafe y miembro de la Red Española de Ciudades por el Clima o al Sr. José María González Vélez, Presidente de la Asociación de Productores de Energías Renovables. No lo veré, pero sabiendo que está moderado por el periodista Luis Guijarro, Presidente de APIA (Asociación de Periodistas de Información Ambiental de España) seguro que no decae. El resto de la mañana ya sólo es para preparar la intervención final que el siempre provocativo y político consumado Arturo Gonzalo Aizpiri, Secretario General para la Prevención de la Contaminación y del Cambio Climático tiene previsto y que precederá a la lectura de lo que pretende llamarse Declaración de Madrid. Vaya, que no hay historias felices sin los aplausos finales.



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09/02/2017

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