Econoticias nº 7. Antenas bajo sospecha




20 marzo 2002. Unas 23.000 antenas de telefonía móvil serán sometidas a una revisión general en la cual se tomarán medidas de la radiación a lo largo del primer semestre del 2002, dentro de una campaña financiada con 20 millones de euros por las operadoras Amena, Vodafone y Telefónica Móviles.

El objetivo de esta actuación es disponer de un certificado sobre inocuidad con el fin de transmitir tranquilidad a la opinión pública, especialmente, tras la agria polémica suscitada por las quejas del colegio García Quintana de Valladolid ante la presunta sospecha de que una antena en las proximidades de este centro esté relacionada con la aparición de cuatro casos de cáncer en el mismo.

Para ejecutar este programa, las tres operadoras de telefonía móvil han contratado los servicios de 720 profesionales independientes, que dispondrán de 210 equipos técnicos para realizar sus informes. La documentación generada se remitirá a los colegios oficiales de ingenieros, encargados de visar las certificaciones. En última instancia será el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCYT) quien controle la inspección por lo que se prevé verificar mil certificaciones para chequear la veracidad de los datos aportados.

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Las operadoras se han visto gravemente afectadas por la controversia que en estos momentos crispa a muchos vecinos. A parte de las dificultades administrativas con las antenas de nueva ubicación, las operadoras necesitan un mayor despliegue de sus redes para prestar servicios de tercera generación (la llamada tecnología UMTS), lo que triplicará el número de antenas de telefonía móvil. De todas maneras las antenas UMTS tienen mucha menos potencia que las actuales, son menos aparatosas y suponen un menor impacto visual y medioambiental.

A pesar que esta iniciativa de las tres operadoras de teléfonos móviles se inscribe dentro del Real decreto sobre emisiones de radiaciones electromagnéticas (Enero 2002) en determinados círculos se duda que esta medida tranquilice a la población. En este sentido algunas entidades ecologistas han sugerido que todas las antenas estén monitorizadas y que permitan leer en continuo los datos. En definitiva, que se disponga de una red de datos ambientales sobre electromagnetismo de la red de antenas de móviles. Existe la tecnología y es muy barata. Lástima que los operadores ignoren la actualidad sobre la monitorización ambiental.



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09/02/2017