La industria petrolera americana va a destruir la vida silvestre en Alaska




La industria petrolera americana va a destruir la vida silvestre en Alaska
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Internacional

La industria petrolera va a destruir la vida silvestre en Alaska


El caribú y otros animales silvestres del Ártico se verán afectados por la destrucción del paisaje a manos de la industria petrolera


Los paisaje árticos del Refugio Nacional Salvaje de Alaska en amenazados por por las extracciones de petróleo.




Washington, 17 marzo 2005. Una disputa político-ecológica de más de dos decenios en Estados Unidos se saldó ayer con una importante victoria de la industria petrolera, apoyada por la Administración Bush, y un revés histórico para el movimiento ecologista.

El Gobierno Republicano de los Estados Unidos se han empleado a fondo para tejer una estratagema procedimental con el objetivo de autorizar la explotación de los campos petroliferos ubicados bajo el subsuelo del Refugio Nacional Salvaje del Ártico en Alaska. El Senado abrió la vía -por 51 votos contra 49- para que una porción del Refugio Nacional Salvaje del Ártico, en el extremo nororiental de Alaska, pueda ser objeto de prospecciones para explotar lo que alberga su subsuelo. Esta jugada de la Administración Bush pone en jaque los dos decenios de lucha político ecológica librada por el movimiento ecologista para salvar este espacio protegido y permitirá a las compañías petrolíferas explotar unas reservas estimadas por el Gobierno estadounidense entre 5.600 millones y 16.000 millones de barriles de petróleo.
 
El Refugio Nacional de Vida Animal en el Artico, creado por el presidente Eisenhower en 1960 es una zona en el extremo norte de Alaska de 79.380 kilómetros cuadrados sin infraestructuras terrestres y que sólo es accesible por medios aéreos. Los ecologistas defienden que la implantación de la industria petrolera será letal para las colonias de caribúes, los osos polares, las aves migratorias y una extensa fauna particular y única de la región.

La Administración Bush valora la apertura del refugio ártico a la explotación de crudo como un elemento estratégico para que EE.UU. pueda ejercer su influencia energética en el ya complicado mundo del petróleo. Curiosamente, la Administración Bush sorprende con esta decisión a muchos analistas dado que cada vez son más los expertos que aseguran que se ha llegado al llamado “cénit del petróleo” y que por tanto, ante la clara realidad de la entrada de la era del petróleo caro los esfuerzos de una potencia con ansias de liderazgo debería ser apostando por la ecoeficiencia y las energías renovables. La decisión de sacrificar un espacio natural como el Refugio Nacional Salvaje de Alaska sin duda es anacrónica y demuestra una nula capacidad de visión de futuro. En el Senado, el último candidato presidencial demócrata, John Kerry votó en contra e insistió que la explotación comercial de un tesoro natural tan preciado podría evitarse si se pusiera énfasis en el ahorro de energía, la fabricación de vehículos más eficientes y la inversión en energías renovables, así como la explotación adicional de las aguas del golfo de México donde aún hay ingentes reservas.



Modificado
09/02/2017

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