El cambio climático está sacando al tiempo de sus casillas

Noviembre, 2013.- Los meteorólogos llaman el tifón que azotó las Filipinas con vientos de 195 kilómetros por hora el 8 de noviembre de 2013, la más poderosa tormenta tropical que ha tocado tierra en la historia. El súper tifón Haiyan tenía ráfagas que alcanzaron las 235 millas por hora (378 km/h) y una subida de la marea por la tormenta de hasta 6 metros, por lo que la destrucción que dejó detrás fue la combinación de un tornado con un tsunami.

Tres días más tarde, en la apertura de las negociaciones sobre el clima de Naciones Unidas en Varsovia, Polonia, el jefe de la delegación de las Filipinas, Yeb Saño, habló de la "Tormenta del Infierno" , que dejó "un vasto páramo de lodo, escombros y cadáveres." Y continuó: "a pesar de los esfuerzos masivos... en la preparación para el ataque de este monstruo de tormenta, era una fuerza demasiado poderosa e, incluso, como nación familiarizada con las tormentas, Haiyan fue algo que nadie había visto antes, o tal vez nada que ningún país ha experimentado antes."

Recorrido del tifón Haiyan en el océano Pacífico antes de alcanzar Filipinas. Desde su formación hasta tocar tierra firme, fue acumulando fuerza debido a la temperatura del agua del océano. Fuente imagen: CNN World.

 

Un tifón fuera de rango

Haiyan llegó menos de un año después del tifón Bopha, que en ese momento fue la tormenta más costosa en la historia de Filipinas con un coste de 1.700 millones de US $ en daños y perjuicios y unos 1.900 muertos. Después, el tifón Bopha quedó relegado en costes económicos por Trami, que en agosto de 2013 trajo lluvias torrenciales e inundaciones en Filipinas, dejando unos 2.200 millones de US$ en daños a su paso. Las primeras estimaciones ponen los costes de la destrucción de Haiyan en 14.000 millones de US$. Con más de 4 millones de personas desplazadas y miles de muertos, Haiyan parece ser un récord en múltiples frentes.

La escala de velocidad del viento de la tormenta tropical subió a la categoría 5: más de 250 kilómetros por hora. Pero, como señala Yeb Saño, "si existiera una categoría 6, [ Haiyan ] habría caído de lleno en ese nivel."

El mundo está literalmente saliéndose de sus registros, de sus casillas. Con la temperatura media del planeta aumentando por encima de medio grado Celsius desde 1970, y con un mayor calentamiento en la recámara por llegar, estamos empezando a presenciar anomalías climáticas tan graves que tenemos que actualizar nuestros métricas y extender nuestros gráficos.

Efectos del tifón Haiyan, conocido localmente como Yolanda, azotando las costas de Filipinas en la ciudad de Legaspi, en el sur de Manila. Fuente de la imagen: Daily Telegraph. Charism Sayat/AFP/Getty Images

 

El calentamiento global genera desastres climáticos

El calentamiento es el resultado de una acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, principalmente por la quema de carbón, petróleo y gas natural, que atrapan el calor del Sol. El aporte adicional de calor es absorbido por los océanos y también calienta la atmósfera, -los primeros se calientan más rápidos que la segunda-, y la creación de un diferencial de temperatura puede crear tormentas más fuertes. Una atmósfera más cálida puede contener más vapor de agua, condiciones ideales para producir lluvias más castigadoras.

Unas superficies marinas más cálidas proporcionan más energía a las tormentas, que se hacen más fuertes. Las aguas superficiales, donde Haiyan se ha formado están hasta 1 grado celsius por encima de lo normal, -es decir, la tormenta ha aspirado el calor como su combustible mientras pasó por encima del mar.

Supervivientes cargan una persona muerta por el súper tifón Haiyan que azotó la ciudad de Tacloban, en el centro de Filipinas el 9 de noviembre de 2013. Fuente: The Baltimore Sun, Romeo Ranoco / REUTERS. Más imágenes en http://darkroom.baltimoresun.com/2013/11/philippines-bracing-for-enormous-typhoon-haiyan/#1

La física dicta que el agua caliente también ocupa más espacio, por lo que el exceso de calor en los océanos del mundo ha hecho que aumente el nivel del mar, un proceso que se agrava por el derretimiento acelerado de los casquetes polares de la Tierra y de los glaciares de montaña. A finales de este siglo, el nivel del mar podría subir unos 1,8 metros, por lo que las tormentas serían aún más peligrosas.

En los últimos años, han aparecido tormentas intensas en lugares sin precedentes. Brasil fue golpeado por el primer huracán registrado en 2004, y España y las Islas Canarias experimentaron sus tormentas tropicales por primera vez en 2005. En 2007, un fuerte ciclón tropical  en el Mar Arábigo trajo lluvias torrenciales a partes de Omán e Irán. En 2008 , la primera tormenta tropical severa golpeó una zona densamente poblada del delta del Irrawaddy en Myanmar dejando 90.000 personas muertas. Y la súper tormenta Sandy de 2012 en EE.UU. era inusual tanto en su duración, como en su camino, - tomó un giro inesperado hacia la izquierda directamente a New Jersey.

Al igual que con los registros récord de estas tormentas monstruosas, nos encontramos en un territorio desconocido. Se han producido grandes tormentas antes al cambio climático inducido por el hombre, por supuesto, pero elevar la temperatura de la Tierra es como inyectarle esteroides al clima. Puede que no veamos más tormentas tropicales, pero las que se forman son propensas a azotarnos más poderosamente. Se predice que las olas de calor van a durar más tiempo y serán más intensas. Las precipitaciones pueden llegar más rápido y ser más furiosas en algunos lugares, mientras que en otras partes del mundo podrían ver muy poco de todo.

La Tormenta tropical Delta fue una tormenta tropical que afectó a las Islas Canarias (España) y a Madeira (Portugal) entre el 28 y el 29 de noviembre de 2005. Inició su andadura en el golfo de Guinea, y, al contrario de lo que suele ocurrir, giró hacia el norte, manteniéndose estática cerca de las Azores para luego girar al este y no al oeste como ocurre normalmente. Se empezó a notar en las islas más occidentales del archipiélago (La Palma y El Hierro) la mañana del 28, y a medida que pasaba el día se fue trasladando hacia el este, de modo que esa tarde ya empezó a actuar con fuerza sobre Tenerife (la isla a la postre más afectada). Durante la noche, los vientos arreciaron y llegaron a alcanzar los 140 km/h en la costa y casi los 250 km/h en el Teide, cumbre de Tenerife.

A nivel mundial, los récords de altas temperaturas ya se han establecido cinco veces más que lo que cabría esperar en ausencia del calentamiento global. En la última década, los registros diarios de altas temperaturas superaron las mínimas históricas en los Estados Unidos en un proporción de dos a uno, y esa proporción va en aumento. A principios de este año, la Oficina de Meteorología de Australia tuvo que añadir una sombra más profunda a su código de color de la cartografía de la temperatura porque se había llegado al máximo de 50 grados Celsius: la Oficina amplió el rango a 54 ºC (129 ºF) después de una ola de calor en todo el país que trajo temperaturas abrasadoras que batieron récords en todos los estados.

 

Acuerdos de papel mojado

Todos los gobiernos acordaron en 2009 trabajar para mantener el aumento de la temperatura media global por debajo de un umbral de 2 grados Celsius, para evitar un cambio climático "peligroso". La ONU advierte que, para alcanzar este objetivo, se necesitan reducciones inmediatas en las emisiones de gases de efecto invernadero. El problema es que las negociaciones internacionales se mueven lentamente, mientras que las temperaturas están subiendo más rápido, -más rápido, de hecho, que en cualquier momento desde el comienzo de la civilización. El modelo de mínimo común denominador de las negociaciones, en las que los países se esfuerzan por conceder el mínimo compromiso posible, sólo hará empeorar las cosas.

Los costes de re-equipar las economías para funcionar de manera más eficiente en materia de energía renovable son insignificantes en comparación con el daño que el mundo va a incurrir por el proceso de calentamiento global fuera de control. Haiyan y otros extremos climáticos recientes son llamadas a la urgencia de poner fin a nuestra adicción a los combustibles fósiles. Si seguimos ignorándolas, los costes de la lucha contra el cambio climático seguramente van a salirse mucho más allá de los gráficos.

 

Este artículo es una traducción de Plan B Updates, Climate Change Driving Weather off the Charts publicado el 18 de noviembre de 2013 por Janet Larsen de Earth Policy Institute. Traducido del inglés al castellano con permiso expreso de Earth Policy Institute. Copyright © 2013 Earth Policy Institute.

Modificado
09/02/2017

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