El monóxido de carbono que respiramos




Modificado
09/02/2017

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El monóxido de carbono que respiramos

Un gas sin olor que mata

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El coche, una de las principales fuentes de envenenamiento por monóxido de carbono.

 

El envenenamiento por monóxido de carbono (CO)
Si aparcamos nuestro coche en un parking subterráneo intentemos permanecer el mínimo tiempo y no circulemos por su interior con las ventanas bajadas dado que el mónoxido de carbono que expulsa el tubo de escape es un gas tóxico que puede envenenarnos. Si disponemos de cocina y caldera de gas debemos seguir los consejos de mantenimiento del fabricante para evitar combustiones de mala calidad que desprendan monóxido de carbono. Recordemos que con una hora de exposición a 20 ppm de monóxido de carbono causa malestar y con 30 ppm ya nos intoxicamos.
El peligro del gas de la combustión
El envenenamiento por CO se conoce desde hace cientos de años, debido a que muy pronto nuestros antepasados pudieron percatarse que hacer fuego en refugios no-ventilados se convertía en una trampa mortal. Sin embargo, la primera descripción del envenenamiento por CO fue realizada por Claude Bernard en 1857. Desde entonces se han realizado grandes avances en la comprensión de la fisiopatología de este gas. Se desconoce la incidencia real del envenenamiento por CO, ya que muchas exposiciones no-letales son indetectables. Se estima que un tercio de los casos de envenenamiento por CO no se diagnostican como tales. En el año 2000 unas 10.000 personas recibieron atención médica o perdieron al menos un día de su actividad laboral debido al envenenamiento por CO. Muchas veces sin saber que era debido a este gas pues los símptomas en exposiciones leves son muy diversos.
Sitios de riesgo para intoxicarse con CO
Algunos estudos apuntan que más del 50% de los envenenamientos por CO son debidos a vehículos a motor; y de estos más del 80% corresponde a vehículos aparcados en garajes. Los garajes subterráneos se han convertido en un sumidero de CO aún cuando dispongan de puertas o ventanas abiertas, puesto que la ventilación pasiva no es suficiente para reducir el riesgo en espacios semicerrados. Por suerte permanecemos muy poco rato en un parking subterráneo, sin embargo muchos de los trabajadores del sector están expuestos a los efectos nocivos de este gas. La inhalación de humos de todo tipo de fuegos es la segunda causa de envenenamiento por CO; los bomberos es el colectivo que sufre un mayor riesgo de este tipo de intoxicación. Entre otras causas de intoxicación por CO destacan las calderas domésticas de gas natural para agua caliente sanitaria y calefacción, las estufas de leña y de gas, el humo del tabaco y las cocinas y hornos de gas. La época con mayor propensión a los envenenamientos por CO son los meses de invierno y las fuentes incluyen el maluso de calefactores no-eléctricos o aparatos de cocina así como el sistema de evacuación de gases en automóbiles.
Un gas que se come el oxígeno de la sangre
El CO se combina preferentemente con la hemoglobina para producir la llamada carboxihemoglobina COHb antes mencionada la cual desplaza el oxígeno y disminuye el contenido de oxígeno arterial. El CO se une de manera reversible con la hemoglobina con una afinidad 200-300 veces mayor que el oxígeno. Los habitantes no-fumadores de una gran ciudad pueden alcanzar niveles de carboxihemoglobina (COHb) del 1-2%. El humo del tabaco es también una fuente importante de CO, dado que contiene aproximadamente un 4% de CO; se ha observado que los fumadores tienen generalmente niveles de COHb del 4-5% pero pueden llegar a niveles más altos (hasta el 9%).
Los mecanismos de la toxicidad
Los posibles mecanismos de toxicidad incluyen:
-Disminución de la capacidad de transporte de oxígeno de la sangre.
-Alteració de las características de disociación de la curva de la oxihemoglobina,con la consiguiente disminución del aporte de oxígeno a los tejidos.
-Disminución en la respiración tisular por su unión con el citocromo a3.
-Unión con la mioglobina, causando potencialmente disfunción del músculo miocárdico y esquelético.
El mecanismo más claro por el cual el CO es tóxico es porque compite con los enlaces químicos de las moléculas o elementos que componen la hemoglobina. Este efecto es magnificado además por las propiedades alostéricas de la molécula de la hemoglobina.
La vida media de la COHb es de 320 minutos (desde dos horas hasta -más de 6 horas) en condiciones de respirar aire sano y puro. La administración de 1% de oxígeno a 1 atmósfera reduce la vida media a 80 minutos, mientras que con oxígeno al 100% y a 3 atmósferas reduce la vida media de la carboxihemoglobina en sangre a poco más de 20 minutos.