¿Puede todavía la energía nuclear ser una alternativa energética para España?



 

¿Puede todavía la energía nuclear ser una alternativa energética para España?
Paco (Madrid)


  Definitivamente, la energía nuclear no puede ser una alternativa energética en ningún país del mundo. Sin embargo, todavía hay políticos en España que apostillan como el Secretario General de Comisiones Obreras el Sr. J.M. Fidalgo que ‘la energía nuclear tiene virtualidades indudables’. Imaginaremos, por ejemplo, que entre las ‘virtualidades indudables’ de esta fuente de energía cabe destacar que es la única fuente de energía que, a pesar de las substanciosas ayudas públicas que ha recibido desde sus orígenes ha sido incapaz de pasar la prueba del mercado.

Tras la liberalización y desregulación de los mercados de la energía el trato de favor que ha recibido el sector nuclear por parte de los gobiernos para poder continuar vertiendo kWh en la red es escandaloso. Aún hoy, los analistas financieros del mercado mundial dudan que una fuente de energía, cuyo coste de construcción se eleva a mas de 2.000 $/kW instalado (siendo optimistas) pueda competir con otras fuentes mucho más baratas, a no ser que los gobiernos le otorguen, una vez más,  jugosas subvenciones como las que se le han otorgado hasta el día de hoy.

Hasta el año 1973 los gobiernos de los países de la OCDE otorgaron a la energía nuclear mas de 150 mil millones de dólares para proyectos de investigación y desarrollo. Entre 1974 y 1992, se le otorgaron 168 mil millones más, mientras a todas las energías renovables se les otorgaba sólo 22 mil millones. La extravagante promoción de la energía nuclear a través de Euratom (el Tratado Europeo de la Energía Nuclear) no está incluida en estas cifras. Tampoco las cifras que el gobierno francés ha dedicado y continua dedicando a la energía nuclear, pues permanecen secretas. Se pueden estimar el monto de las ayudas públicas estatales a la energía nuclear en todo el mundo en una cifra que supera el billón (1.012) de dólares. Y solo unos 50 mil millones se han dedicado a las energías renovables. ¿Puede la humanidad permitirse tanto despilfarro? Quizás sea hora de hacer las paces con el planeta y reorientar las políticas energéticas para empezar a hacerlas sostenibles de verdad.

Cuando un país se encadena a la energía nuclear empieza a tener enormes dificultades para desarrollar las energías renovables. Un ejemplo de ello lo tenemos en Dinamarca, un pequeño y dinámico país europeo que ya a comienzos de los años 80 su Parlamento, haciéndose eco de la oposición ciudadana a la energía nuclear, tuvo la valentía de adoptar una resolución que impedía la construcción de centrales nucleares. Como resultado hoy Dinamarca es una potencia mundial en tecnología eólica y exporta a todo el mundo, dando trabajo a miles de personas y generando una enorme riqueza económica. En cambio en España, las comunidades autónomas de Catalunya y Extremadura, con un importante parque nuclear que causó enormes problemas económicos a las empresas que se enzarzaron en su construcción, no son precisamente pioneras en energías renovables. En el lado opuesto tenemos, Aragón, Navarra y Galicia que no construyeron centrales nucleares, han sido capaces de movilizar los recursos necesarios para desarrollar de forma importante las energías renovables.

Además si un país se encadena a la energía nuclear, incurre en una enorme deuda ecológica con las futuras generaciones, pues se les traspasa un legado radiactivamente envenenado: la gestión, durante siglos, de los residuos que el ciclo del combustible nuclear genera, empezando por las montañas de estériles de la minería de uranio, pasando por los cientos de miles de toneladas de uranio empobrecido y de combustible irradiado y acabando con el plutonio contenido en las barras de combustible irradiado, con el cual se pueden fabricar decenas de miles de bombas atómicas.

Pero la energía nuclear produce solo electricidad, y con electricidad se cubre solo una parte de la demanda energética de una país. Aprendamos del pasado y de los enormes problemas económicos que causó la construcción de las centrales nucleares hoy en funcionamiento en España.

Un país que quiera ser competitivo de verdad, avanzado tecnológicamente, solidario con los sistemas naturales, culturales y sociales, debe apostar decididamente por las energías limpias y renovables, desarrollando las tecnologías que permitan captar los flujos de energías libres que se manifiestan en la biosfera terrestre, fruto de nuestro viaje planetario alrededor del Sol, y aprovecharlos para que todas las personas humanas podamos disponer de una vida digna y saludable.



Modificado
09/02/2017

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