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China produjo en el 2002 más de la mitad de las cámaras fotográficas del mundo, el 30% de los aparatos de aire acondicionado y televisores, el 25% de las lavadoras, cerca del 20% de los frigoríficos y el 70% de los juguetes. Una fábrica de Cantón -Galanz- fabrica el 40% de los microondas que se venden hoy en Europa. Y la cosa va en aumento.
Los precios competitivos que ofrece China han impulsado a la mayoría de los fabricantes occidentales a encargarles la producción. Algunos expertos advierten del peligro que representa entregar todo el know-how (necesario para la producción) a un país cuyas leyes internas son herméticas a pesar de formar parte de la Organización Mundial del Comercio. En cualquier caso el coste de producción se reduce pero se incrementa la huella ecológica por el transporte desde China a los centros de consumo situados a miles de kilómetros.
Lo barato no paga el impacto ambiental y amenaza la propia seguridad laboral y económica de la producción local. Consumimos barato y de calidad, pero el precio a medio plazo está en manos de mil dos cientos millones de personas disciplinadas y educadas para trabajar... |
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