El tiempo no es sino el río donde voy a pescar




El tiempo no es sino el río donde voy a pescar. La tenue corriente baja por el río pero la eternidad permanece.
Henry David Thoreau

El agua refleja todos los colores de la vida. Colores en los que los poetas encuentran inspiración mientras otros encuentran preocupaciones vitales por una agua que no llega.
El agua cambia de estado y de forma, aparece y desaparece, pero siempre acaba por determinar el destino de la humanidad. Los ríos fluyen hacia el mar llevándose en ellos los fotogramas de todo el tiempo y de todos y cada uno de los encuadres de los paisajes que atraviesa.
Pescamos sabiduría y pescamos fracasos, pescamos amores y desamores. En el río de la vida fluyen todos los estados, igual que en el río pendenciero a lo largo del año el agua se viste de hielo invernal o en vapor en plena canícula estival.
En este río que nos parece eterno sólo concretamos algunos momentos de una historia particular que se transforma en colectiva donde la corriente fluvial se mezcla con las olas del mar: donde reposan nuestros ancestros. Conservar la vitalidad de los ríos y su régimen hidríco permite el bienestar sostenible.



Modificado
09/02/2017

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