Tierra prometida

Abril, 2013.- En la película Tierra prometida (Promised land), Steve Butler es un vendedor que ha recorrido un largo camino desde su granja natal hasta la empresa en la que trabaja, que promueve la construcción de pozos de gas con la técnica del fracking o fractura hidráulica.

Cartel de la película cuyo título original es "Promised land".

Cuando Steve y su compañera de trabajo, Sue Thomason, llegan a McKinley, un pueblo duramente golpeado por la crisis financiera de los últimos años, tienen la convicción que estarán encantados de aceptar la oferta de su empresa a cambio de dejarles perforar pozos en sus granjas. Lo que en principio iba a ser un trabajo fácil y una estancia corta se complica profesionalmente cuando el respetado profesor de instituto reúne a los habitantes para explicarles de qué se trata el fracking y los peligros ecológicos que conlleva esta técnica. Todo se complica aún más cuando el protagonista conoce a Alice. Y lo remata la llegada de un ecologista. El subtítulo de la película no deja muchas dudas de por dónde andarán las disputas: "Todo el mundo tiene un precio". La película también denuncia las técnicas de manipulación que emplean las empresas globales y como son capaces de asumir todos los papeles para lograr sus propósitos. Aunque a veces no les sale bien.

Tierra Prometida, dirigida por el mismo director que rodó también con Matt Damon "El Indomable Will Hunting", es claramente una denuncia contra el fracking, esta polémica forma de extracción de gas o petróleo no convencional iniciada en EE.UU. De hecho, Tierra prometida pone en ficción lo que ya había presentado sin ficción cinematográfica el documental Gasland de Josh Fox. Matt Damon se ha implicado también en el guión del film, el actor estadounidense hace tiempo que es un notable defensor de la causa ambiental y otras causas sociales.

La técnica del fracking consiste en perforar un primer pozo vertical de entre 2 y 5 kilómetros de profundidad hasta llegar a la roca madre (shale), y a partir de ahí se continúa perforando en horizontal 2-3 km más. Hecho esto, se inyectan en el agujero grandes cantidades de agua a alta presión, mezclada con arena y productos químicos, para fracturar la roca madre y facilitar la liberación del gas o petróleo atrapados en esa roca en los nano poros.

La fractura hidráulica podría empezar a emplearse en nuestro país, donde hay en trámite permisos en diversas autonomías. Esta técnica tiene evidentes graves impactos ambientales y en la salud humana, y ya se ha prohibido y aprobado moratorias en países como Francia, Bulgaria, Irlanda, Canadá y algunas regiones de Alemania. En el estado español también se ha prohibido por parte de las Cortes Aragonesas, el Parlamento de Cantabria y la Diputación de Valladolid, además de el Parlamento de Cataluña. Ante estas deserciones autonómicas, el Gobierno de España, -que sigue rehén de los oligopolios energéticos-, intenta convertirse en árbitro de todas las concesiones de explotaciones de la fractura hidráulica.

Fotograma de la película "Tierra prometida" (2013).

Diversas plataformas y entidades ecologistas han repartiendo octavillas para informar al público que lo que pasa en la película puede suceder en nuestro país si no se paran los permisos que se están tramitando. Por otra parte, la cuestión es que si lo que se argumenta con las explotaciones por fractura hidráulica es de obtener gas, podemos obtenerlo a raudales con la biomasa procedente de los residuos orgánicos urbanos y agrícolas. 

La película sigue la estela de otras de los años noventa que denunciaron de forma contundente las perforaciones petrolíferas en las tierras vírgenes del Ártico, En Tierra peligrosa (1994), o también la denuncia por el almacenamiento de residuos tóxicos y peligrosos como sucede en En Tierra peligrosa 2 (1997).

Fotograma de la película "Tierra prometida" (2013).

El film Tierra prometida, sin duda, formará parte del elenco de películas medioambientales impresdincidbles para promover el debate ciudadano sobre el ocaso de la era del petróleo. Además, seguro que puede animar, en este caso, a que la ciudadanía se organice para impedir otro método de extracción de combustibles fósiles que destruye el paisaje, es incompatible con los recursos propios de desarrollo económico y social, contamina el agua y el aire e, incluso, puede provocar movimientos sísmicos.

El mismo día que se estrenó la película en los cines españoles, un miembro del Gobierno anunciaba que su intención era dar todas las facilidades posibles al fracking. Un claro ejemplo de como los gobiernos siguen siendo puros títeres de los oligopolios de las energías sucias.

 

Ficha técnica

Título original: Promised land 
Dirección: Gus Van Sant
Interpretación: Matt Damon (Steve Butler), John Krasinski (Dustin Noble), Frances McDormand (Sue Thomason), Rosemarie DeWitt (Alice), Scoot McNairy (Jeff Dennon), Titus Welliver (Rob), Hal Holbrook (Frank Yates)
Guion: Matt Damon y John Krasinski
Música: Danny Elfman
Fotografía: Linus Sandgren
Género: Drama rural
País: USA
Año: 2013
Distribuidora: Universal Pictures International Spain. 
Estreno en España: 19 Abril 2013.

Modificado
09/02/2017

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